Tras una protesta en el municipio Maisí, Guantánamo, por la falta de agua y comida, camiones cisterna y tanques de agua fueron enviados a la comunidad La Favela, el «epicentro» de la manifestación, señala Martí Noticias.
La Favela, fundada en 2020 para afectados por el huracán Matthew, ha enfrentado problemas de suministro de agua desde su creación. De las 89 viviendas, solo 20 tienen cisternas. Las condiciones de vida en La Favela, además, son extremadamente difíciles, con escaso acceso a servicios básicos, atención médica y transporte. Las donaciones estatales no llegan a la comunidad y el acceso a medicamentos es limitado.
La protesta, liderada por madres con sus hijos, exigió soluciones a la persistente escasez.
Yadiuska Domínguez, madre de tres y residente de La Favela, difundió la protesta a través de videos en Facebook y afirmó que las autoridades solo actuaron tras la manifestación. Además, denunció amenazas de las autoridades por compartir los videos.
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Domínguez denunció la falta de alimentos básicos en la comunidad y la precaria situación económica de sus habitantes, quienes dependen de la recolección de café.
Otros residentes, como Roilma Furones y Jessica, expresaron su frustración por la situación recurrente.
Dos de ellas, Yadiuska y Roilma, después de la protesta, recibieron también «la visita del compañero que te atiende».
El portal Diario de Cuba recoge en una nota que el régimen cubano tomó represalias contra tres de las manifestantes: Yadiuska Domínguez, Yanuris Lambert y Roirma Furones.
Las tres fueron interrogadas y amenazadas con cárcel por oficiales del Ministerio del Interior (MININT) y autoridades de la Fiscalía.
Domínguez, quien difundió la protesta en redes sociales, fue acusada de «corrupción de menores» y de violar «los derechos de los ciudadanos».
Cuando menos vengativo resulta el hecho de que, a pesar de que el régimen envió camiones cisterna a La Favela tras la protesta, las familias que participaron en la manifestación fueron discriminadas y se les negó el servicio de agua.
La atención a las familias en Cuba: Un problema pendiente del gobierno
En una reciente declaración, el Gobierno cubano ha admitido deficiencias en el Sistema de Atención a las Familias, un programa destinado a apoyar a los cubanos más vulnerables. Una admisión que se produce en medio de crecientes preocupaciones sobre la situación alimentaria en el país, de la que no escapa el municipio de Maisí, en Guantánamo.
El primer ministro Manuel Marrero Cruz ha instado a las autoridades a buscar alternativas a la hora abordar los desafíos alimentarios que enfrentan muchos ciudadanos, especialmente aquellos que han dedicado toda su vida al servicio de la Revolución y que, en la actualidad, enfrentan condiciones de miseria. En las provincias orientales, donde está enclavado el municipio de Maisí, son más frecuentes estos casos. Baracoa, reconocida como Monumento Nacional, es otro ejemplo de una región donde la pobreza persiste sin respiro. Incidentes de protestas han ocurrido en otras partes de Guantánamo, como Caimanera.
Sin embargo, la mendicidad y problemas alimenticios impactan también en una provincia tradicionalmente abastecida y beneficiada por los programas: la capital, La Habana.
La presencia de mendigos en las calles de La Habana, a pesar de estar ausentes del discurso oficial, es un testimonio silencioso de la creciente pobreza en algunas áreas.