Un reporte de la agencia AP, citado por el canal de noticias Local 10 News informa que la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos está enviando inmigrantes para cualquier lugar sin avisar previamente a las oficinas encargadas de recibirlo. El patrón de conducta sugiere un trato discriminatorio y abusivo hacia los inmigrantes que llegan a los Estados Unidos. El «trato» no dista mucho del de ciertos abogados en el sur de la Florida que, según una fuente anónima «están cobrando cualquier cantidad de dinero por cualquier trámite», pero ya abordaremos este particular más adelante.
La nota de AP recoge los testimonios de varios venezolanos que, como en el caso de Wilfredo Molina, cuando llegó a la frontera y se entregó a los agentes fronterizos, pidió que lo enviaran a Miami, aunque no tenía un lugar fijo donde quedarse. Los agentes sin embargo, lo mandaron hacia «un refugio» en el centro de Manhattan, en Nueva York. Sin embargo, el edificio no existía.
Como él, hay otros 12 inmigrantes que le entregaron a la agencia AP, los documentos que le dio la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos, y dice que «fueron liberados de la custodia de EE. UU. mientras buscaban asilo después de cruzar la frontera con México (…)»
«La mayoría no tenía idea de a dónde iban, ni tampoco las personas en las direcciones que figuran en su documentación.»
AP intentó contactar con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, que supervisa a la Patrulla Fronteriza, pero esta no respondió a las interrogantes. La agencia señala que «la metedura de pata sugiere un patrón de agentes de la Patrulla Fronteriza, particularmente en Texas, que envían a inmigrantes sin amigos ni familiares en Estados Unidos a oficinas que no reciben aviso.»
«Los lugares a menudo no tienen espacio para albergar a los migrantes. Sin embargo, debido a que esas direcciones aparecen en el papeleo de los migrantes, es posible que luego se envíen allí avisos importantes.»
Pero, si «el edificio» no existe, si los inmigrantes tienen que albergarse luego en otro lugar, la documentación se perdería. Los inmigrantes no tendrían idea de que han recibido un aviso de Inmigración, y como tal hasta por no presentarse en corte, pudieran ser deportados.
El otro problema está relacionado con el hecho de que muchos inmigrantes, incluso venezolanos y cubanos, que llegan a la frontera, no pueden suministrarle a los agentes una dirección donde vivirán, porque muchos de ellos no tienen familiares en los EE.UU. En esos casos también se pierde la documentación y los inmigrantes no acceden a corte, ante el juez y terminan siendo declarados «deportables».
“Casi parece que, en la frontera, los funcionarios simplemente están buscando cualquier dirección sin fines de lucro que puedan o simplemente buscando cualquier nombre que puedan y simplemente anotando eso sin verificar si esa persona lo ha mencionado, si hay camas o refugio en ese lugar, o si este es un lugar que puede proporcionar asistencia legal”, dijo Lauren Wyatt, abogada gerente de Caridades Católicas de Nueva York.
“Claramente, esta no es la forma más efectiva de hacer esto”.
Víctimas también de un caos, fueron los inmigrantes cubanos que fueron detenidos la pasada semana con motivo de una posible deportación. Al final no fueron deportados, dijeron desde Miami varios medios de prensa como Telemundo51 y Univisión, pero lo desatado alrrededor de esta detención y la incertidumbre generalizada puso sobre aviso a otros muchos cubanos con una I-220b que, según el testimonio de una fuente, acudían en masa a oficinas de abogados a solicitar un documento de amparo que les impediría ser deportados.
La fuente añade que algunos abogados se negaron a hacer este documento porque, por una parte, eran cubanos que aún no habían sido citados para ser deportados y que tal vez no serían citados nunca; por otro lado, el desconocimiento generalizado de lo que estaba sucediendo les impedía a ellos hacer lo que se les estaba pidiendo porque no sabían qué o contra qué deberían actuar.
Sin embargo, dijo la fuente a Cuballama Noticias, otros abogados sí fueron más pillos y hasta cobraron «los que les dio la gana» por hacer lo que los familiares y probables víctimas de la deportación les pedían. La fuente, que pidió no ser identificada, dijo que al menos dos familias pagaron miles de dólares por un papel que, en teoría, evitaría la deportación «en caso de ser citado» y mencionó una cifra que luce descabellada: 8 mil dólares por «un documento».
Ambos casos exponen la fragilidad en que viven y sobreviven los inmigrantes en los EE.UU. El hecho de que las autoridades los envíen a lugares donde no son esperados ni tienen las condiciones para albergarlos; y el caso de abogados que los esquilman, son muestra eficiente del triste panorama al que se enfrentan miles de inmigrantes en los EE.UU.
AP señala que las cifras del año fiscal finalizado el pasado 30 de septiembre «reflejan el deterioro de las condiciones económicas y políticas en algunos países, la fortaleza relativa de la economía estadounidense y la aplicación desigual de las restricciones de asilo de la era Trump.»
«Muchos son expulsados de inmediato bajo las restricciones de asilo, una orden de salud pública conocida como Título 42, que niega a las personas la oportunidad de solicitar asilo con el fin de prevenir la propagación de COVID-19,» recoge la nota de AP que señala más adelante que, tanto el número de cubanos, como de venezolanos y nicaragüenses llegados a la frontera este año llegó a niveles «jamás registrado en un año fiscal.»
«En el período de 12 meses que finalizó el 30 de septiembre, los migrantes fueron detenidos 2,38 millones de veces, un 37% más que los 1,73 millones del año anterior y superando los 2 millones por primera vez,» expresa la nota.
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