El mandatario cubano Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez y su homólogo ruso, Vladimir Putin, asistieron a la inauguración en Moscú de un monumento a la figura del dictador cubano Fidel Castro Ruz.
A pesar de las bajas temperaturas imperantes en Moscú, ambos mandatarios asistieron a la inauguración del monumento, donde rindieron honores y depositaron sendas ofrendas florales a Fidel Castro.
La ofrenda de rosas rojas llevaba escrito: «Al líder histórico de la Revolución cubana, del pueblo de #Cuba».
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, viajó esta semana a Rusia bajo los auspicios de una visita oficial de Estado, donde asistirá a la inauguración de una estatua – monumento – de Fidel Castro en la estación de metro Sokol, en el noroeste de Moscú.
Más allá del monumento, la visita de Díaz-Canel a Rusia ocurre en un momento clave dentro de la «diplomacia económica» cubana. La nación caribeña se encuentra inmersa en una crisis sin precedentes, y acude a Moscú evidentemente interesada en mostrarle al gobierno de Vladimir Putin su vocación antiimperialista a 90 millas del territorio de los EE.UU. Es decir: a reafirmar los lazos que le permitan a Rusia poder contar con la isla.
A cambio, evidentemente, Díaz-Canel negociará más ayuda de Rusia para la empobrecida nación caribeña.
El diario Granma, recogió declaraciones del secretario general del Partido Comunista de la Federación de Rusia, Andréyevich Ziugánov, quien dijo estar «muy agradecido de este encuentro» y de recibir, de parte de Díaz-Canel, un abrazo enviado desde La Habana por «su hermano»: Raúl Castro.
«Dile que es su hermano Raúl el que le manda un fuerte saludo», le dijo Díaz-Canel al funcionario ruso, quien de vuelta envió «un abrazo fuerte, grande».
La visita de Estado de Cuba a Rusia demuestra la importancia de La Habana para la agenda antiestadounidense de Putin.
El medio Fox News destaca que «Rusia ha perdonado cantidades masivas de deuda cubana y ha respaldado a su aliado clave con 700 000 barriles de petróleo», por lo que la inauguración de un monumento en honor a Fidel Castro, bien pudiera ser un chivo expiatorio para que la isla refuerce sus pedidos de ayuda a Moscú.
Cuba y Rusia siguen siendo aliados geopolíticos, económicos y militares cercanos, unidos por una visión antiestadounidense compartida.
Como bien destaca el medio estadounidense, «Rusia parece feliz de extender repetidas líneas de vida financieras a la isla caribeña a cambio de una presencia geopolítica y militar reforzada a solo 150 millas de las costas de los EE. UU.»
La estatua o monumento al fallecido líder cubano Fidel Castro, es una estrategema más.
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