El huracán Ian avanza indetenible hacia la Florida donde el principal problema parece estar en la vulnerable bahía de Tampa. Según señala AP, allí se teme «una tormenta no vista en un siglo».
Los residentes de esa ciudad se preparan desde hace varios días para proteger sus propiedades; al menos de las inundaciones.
El azote visto en Pinar del Río, donde las autoridades cubanas debieron evacuar a cerca de 50 mil personas, pudiera ser un «leve» adelanto de lo que pudieran enfrentar los residentes de Tampa por cuanto se espera que el huracán alcance categoría 4 antes de tocar tierra en esa ciudad del noroeste de la Florida como categoría 3.
Eso, es lo que se tiene previsto, pero Ian pudiera hacer caso omiso a los pronósticos y tal y como sucedió con Cuba, donde se esperaba que llegara con categoría 2 y lo hizo con 3, pudiera hacer en la Florida: llegar como 4, aunque es esperado como un categoría 3.
Al menos así lo señala AP que indica categórico que Ian «podría golpear la costa oeste de Florida como un huracán de categoría 4,» pues se pronostica que Ian se fortalecerá aún más sobre las cálidas aguas del Golfo de México antes de llegar a Florida el miércoles como una tormenta de categoría 4 con vientos máximos de 140 mph (225 km/h).
El director de Manejo de Emergencias del condado de Hillsborough, Timothy Dudley, dijo el lunes durante una conferencia de prensa sobre los preparativos para la tormenta en Tampa que «esto no es un simulacro» y pidió a los residente actuar como tal ante un peligro real.
En otra nota escrita por AP, la agencia señala que «ha pasado más de un siglo desde que una gran tormenta como el huracán Ian azotó el área de Tampa Bay, que creció de unos cientos de miles de personas en 1921 a más de 3 millones en la actualidad».
La nota señala que «muchas de estas personas viven en vecindarios bajos que son altamente susceptibles a marejadas ciclónicas e inundaciones que rara vez han experimentado antes», y señalan que «el problema que enfrenta la región es que las tormentas que se aproximan desde el sur, como lo hará el huracán Ian, arrastran enormes volúmenes de agua hacia las aguas poco profundas de Tampa Bay y es probable que inunden hogares y negocios.»
“Los vientos fuertes y persistentes empujarán una gran cantidad de agua hacia la bahía y no habrá a dónde ir, por lo que simplemente se acumula”, dijo Brian McNoldy, investigador asociado principal de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y de la Tierra de la Universidad de Miami.
“Tampa Bay es muy propensa a las marejadas debido a su orientación”, añadió.
El peligro es real. El Centro Nacional de Huracanes ha pronosticado marejadas de ciclón en el área de la Bahía de Tampa, señalando que el agua acumulada pudiera ser de hasta tres metros de altura, debido a una acumulación de «las condiciones normales de la marea y precipitaciones de entre 10 y 15 pulgadas (12 y 25 centímetros) debido al huracán Ian.»
“Eso es mucha lluvia. Eso no se agotará rápidamente”, dijo Cathie Perkins, directora de gestión de emergencias en el condado de Pinellas, donde se encuentran St. Petersburg y Clearwater.
“Esto no es una broma. Esta es una marejada ciclónica que amenaza la vida”, precisó.
AP señala que los funcionarios en el área comenzaron a emitir órdenes de evacuación desde el lunes para una amplia franja de Tampa, e igual hicieron más tarde y durante este martes, en el área de St. Petersburg.
Y si en Cuba se evacuaron a 50 mil personas por riesgo, tan solo en el condado de Hillsborough, el principal de esa área, las evacuaciones podrían estar en el orden de las 300,000 personas o más, que son las vulnerables a las inundaciones.
“Claramente, cuando miras el área de Tampa Bay, una de las razones por las que tememos las tormentas es por la sensibilidad de esta área y la fragilidad de esta área”, dijo el gobernador de la Florida Ron DeSantis en una conferencia de prensa el lunes por la tarde en Largo, Florida.
AP señala que la última vez que Tampa Bay fue azotada por una gran tormenta fue el 25 de octubre de 1921.
La Gran Tormenta del 25 de octubre de 1921.
Aunque el huracán no tenía un nombre oficial, se le conoce localmente como la tormenta Tarpon Springs, ciudad costera por donde penetró el fenómeno a tierra.
«La marejada ciclónica de ese huracán, estimada en categoría 3 con vientos de hasta 207 km/h (129 mph), se fijó en 3,3 metros (11 pies). Al menos ocho personas murieron y los daños se estimaron en $ 5 millones en ese momento.»
En toda esa franja y más, la población ha aumentado considerablemente. Casas y negocios corren el riesgo de verse inundados por las aguas.
En el año 1920, Tampa tenía 51 mil residentes. Actualmente son 395 mil; y «muchas de las otras ciudades de la región han experimentado un crecimiento explosivo similar,» señala AP.
La agencia cita un informe elaborado por una firma de modelos de catástrofes con sede en Boston Karen Clark and Co., la cual concluyó en 2015 que el área de la bahía de Tampa «es el lugar más vulnerable en los EE. UU. a las inundaciones por marejadas ciclónicas de un huracán y puede perder $ 175 mil millones en daños.»
Y no, no es el único pronóstico que aborda la vulnerabilidad de esa área ante el embate combinado de olas y lluvias. O de olas o lluvias solamente.
AP indica que «un estudio del Banco Mundial unos años antes colocó a Tampa como la séptima ciudad más vulnerable a las grandes tormentas en todo el mundo.»
A pesar del peligro, la buena fortuna ha sido benévola con esa área, a tal extremo que hil Klotzbach, científico investigador del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Estatal de Colorado, señaló que solo uno de cinco huracanes de categoría 3 o superior ha azotado la Bahía de Tampa desde 1851.
Es algo inexplicable pero «en general, los ciclones que se desplazan sobre el Golfo de México tenían una tendencia de pasar muy al norte de Tampa”, dijo la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica en un informe sobre la tormenta de 1921.
La culpa entonces es ¿del cambio climático?
Sin la certeza de que el cambio climático modele el camino de los huracanes hacia el área de la bahía de Tampa, la pregunta debe enfocarse en otro sentido. Y es este:
«Debido al calentamiento global, los modelos climáticos globales predicen que los huracanes probablemente causarán lluvias más intensas y tendrán un mayor riesgo de inundaciones costeras debido a una mayor marejada ciclónica causada por el aumento del nivel del mar», según lo dicho por Angela Colbert, científica del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en un informe elaborado el pasado mes de junio.
Otro investigador, este de la ciudad de Miami, puso las cosas en contexto para aquellos que viven allí: si el huracán Adrew (1992) llegase hoy a Miami, la marejada ciclónica sería 17 centímetros más alta de lo que fue.
“A medida que aumenta el nivel del mar, la misma marejada ciclónica podrá inundar más áreas porque la línea de base sobre la que está sucediendo es más alta”, dijo el investigador, de apellido McNoldy.
Solo para referencias de los que no lo vivieron, no lo conocen y tampoco han oído hablar del huracán Andrew: El huracán Andrew fue el huracán más destructivo que jamás haya azotado Florida en términos de estructuras dañadas o destruidas, y sigue siendo el más costoso en términos financieros, hasta que el huracán Irma lo superó 25 años después.
El huracán Andrew aterrizó en el condado de Dade, Florida, el 24 de agosto de 1992, con vientos máximos de 165 millas por hora y una marejada ciclónica de 17 pies sobre el nivel del mar. Destruyó vecindarios, destruyó 50,000 hogares y dañó a más de 100,000. Cobró 43 vidas y dejó a 250.000 personas sin hogar, según el Servicio Meteorológico Nacional.
Aunque Andrew fue principalmente «viento», causó alrededor de $26 mil millones en daños y $15 mil millones en costos de seguro.Solo con el costo de la inflación actual, los daños de Andrew serían el doble de lo que fueron en 1992, y ascenderían a alrededor de $ 50 mil millones.
Según recoge AP en su nota, existe una leyenda local que dice que «las bendiciones de los nativos americanos que una vez llamaron hogar a la región la han protegido en gran medida de las grandes tormentas durante siglos.»
«Parte de esa leyenda son los muchos montículos construidos por la tribu Tocobagan en lo que ahora es el condado de Pinellas que algunos creen que están destinados a proteger contra los invasores, incluidos los huracanes.
En todo caso, y aún cuando el huracán Irma destrozó esos mitos en el 2017, aquellos que creen en él tendrán la oportunidad de corroborar si «la protección» funcionará contra los vientos, las lluvias y las marejadas que Ian trae consigo.
La realidad más allá del mito
AP indica que ayer lunes, muchos residentes sacaban sus botes del agua mientras «los trabajadores de la ciudad destapaban los desagües pluviales» pues se espera mucha, muchísima lluvia; y otros seguían llenando sus sacos de arena. Y no solo ellos, también lo hacen muchos en el sur de la Florida.
Escuelas abiertas hasta el martes
Los funcionarios del distrito escolar en los condados de Broward y Miami-Dade dijeron que las clases continuarán según lo programado el martes.
Un tuit publicado por las Escuelas Públicas del Condado de Broward señala que “las escuelas y las oficinas del distrito estarán abiertas mañana durante el horario habitual”; mientras que un tuit de las Escuelas Públicas del Condado de Miami-Dade indicaba:
“El martes 27 de septiembre será un día escolar regular @MDCPS”.
Sin embargo, ambos distritos cancelaron las actividades extraescolares y el atletismo el martes y pidieron a los padres «que recojan a sus hijos de la guardería lo antes posible”.
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