Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza obtenidos por NBC News, el número de familias de migrantes con niños que cruzan la frontera sur de Estados Unidos se ha casi triplicado en los últimos dos meses, lo que ha generado preocupación entre altos funcionarios de la administración Biden sobre un posible aumento en el cruce total de migrantes, dijo el medio.
Si bien los adultos solteros aún constituyen el grupo demográfico más grande en la frontera, las familias son el grupo de crecimiento más rápido de cruzadores indocumentados, según los datos a los que tuvo acceso el medio norteamericano.
Las cifras indican que más de 2.230 migrantes cruzan la frontera diariamente como promedio. La mayoría de los migrantes provienen del norte de América Central y México.
Eso resulta particularmente alarmante porque, a principios de junio, el número estaba apenas por debajo de los tres cero: 790.
El por qué de este aumento, dice NBC, que pudiera entender así: A diferencia de los adultos solteros, los migrantes que cruzan la frontera como parte de familias con uno o más niños menores de 18 años no son detenidos bajo la política actual de la administración Biden, como sí ocurrió durante la administración Obama.
La actual administración ha considerado como inhumano la detención de las familias y la separación, pero este resquicio muy bien pudiera estar siendo aprovechado por los migrantes.
El aumento en las cifras de familias de migrantes ha suscitado preocupaciones sobre cómo manejar adecuadamente la situación fronteriza y ha impulsado a las autoridades a considerar diversas opciones de política para abordar el flujo de migrantes y proteger los derechos y el bienestar de los más vulnerables.
Existe, a no dudarlo, un comportamiento humano en el hecho de no dejar los niños atrás, y también incluso de sacarlos adelante, si se entiende por esto último los casos de las familias que envían a sus hijos menores de edad con otros adultos en viajes migratorios, en casos donde, por ejemplo, una familia no tenga todos los recursos que garanticen la salida de todos los miembros del núcleo familiar; siquiera el de un adulto para que lo acompañe.
Estos últimos casos son, a no dudarlo, un enorme desafío.
Una comparación de esta migración con niños hacia Norteamérica y los países más desarrollados de Europa – destinos preferidos de los migrantes- resulta cómo mínimo díficil de hacer.
Si bien los migrantes de Centroamérica que viajan a EE.UU. huyen de la pobreza y la violencia – principalmente en El Salvador, Honduras, Haití y Cuba – además de la corrupción de sus gobiernos, a lo que se sumaría la falta de libertades y derechos democráticos y civiles; los migrantes de África y Asia, principalmente, que viajan hacia Europa, lo hacen por travesías mucho más peligrosas, complejas, y en condiciones difíciles debido a la violencia, la guerra, la extrema pobreza y el frío, impulsados por los mismos motivos y más. Súmese a esto además, el hecho de que son más las fronteras a cruzar, lo que aumenta la inseguridad y los riesgos.
Así lo señalan datos de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, en Europa, al hacerse eco de los niños refugiados y migrantes.
No obviemos «más mafias», falta de protección en países como Grecia, Rumanía, y otros de los llamados Balcanes, donde el negocio de la trata infantil es sumamente provechoso entre grupos locales, que incluso trabajan organizados, al margen de la ley y a veces hasta amparados por oficiales locales.
En cuanto a las cifras, en 2020, los migrantes menores de 19 años representaron el 14.6% del total de la población migrante en Europa, mientras que los menores de 18 años alcanzaron los 33 millones, lo que equivale al 12% de los migrantes. Los migrantes jóvenes, de entre 15 y 24 años, llegaron a 31.7 millones en 2020. La proporción de migrantes menores de edad varía según la región, siendo África la que acoge la mayor proporción.
Respecto a los menores no acompañados, en Europa, el número de solicitantes de asilo menores de edad aumentó y luego disminuyó en los últimos años. La cantidad de menores no acompañados en Europa creció entre 2010 y 2015, pero disminuyó en 2019. Sin embargo, en Estados Unidos, ha habido informes de miles de niños no acompañados detenidos en la frontera con México durante algunos años.
De lo que no hay dudas es de que, en ambos continentes, los niños migrantes enfrentan desafíos significativos y vulnerabilidades, y que las organizaciones como UNICEF y ACNUR están trabajando para proporcionar protección y asistencia a estos niños y sus familias en travesías.
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