Un incendio de grandes proporciones arde desde la madrugada del domingo en los alrededores de la Central Diésel Eléctrica del oriental municipio de Moa, Holguín. Reporteros locales informaron sobre las grandes llamaradas que amenazan la planta que abastece al emporio del níquel en Cuba.
La voz de alarma la dio en su perfil de Facebook la periodista Yulieska Hernández, del telecentro Moa TV, quien compartió imágenes que muestran como las llamas crecían en el perímetro de la instalación y en una loma aledaña al grupo de fuel oil.
Hernández explicó que aún se desconoce qué desató el fuego, y precisó que las fuerzas de rescate y salvamento de la industria del níquel y del Ministerio del Interior evalúan el área para enfrentar las llamas de la forma más precisa posible.
Según las hipótesis iniciales, todo quizás empezó por una colilla encendida, lanzada por algún bañista o pescador que anduviera por la zona, buscando Playa La Vaca.
Pero en redes sociales se especula sobre un posible sabotaje, apenas horas después de las protestas en el municipio de Caimanera, duramente reprimidas. Otros se preguntan hasta cuándo va a ser la escalada de infortunios para el país, que ya bastante tiene con la peor crisis de su historia.
La central en peligro fue inaugurada en 2015 y en ese momento disponía de 10 motores con una capacidad de generación de 184 megawatts.
Moa, por demás, es un territorio estratégico para la maltrecha economía cubana, con las empresas productoras de níquel Ernesto Che Guevara y Pedro Soto Alba, esta última administrada por la compañía canadiense Sherritt International.
Por otro lado, ya Holguín sufrió entre febrero y marzo de este año un devastador incendio forestal, que arrasó más de 5.000 hectáreas de bosque en las zonas de Pinares de Mayarí. Las llamas recién fueron frenadas en la vecina provincia de Santiago de Cuba.
El reportero local Ricardo Gual Hernández afirmó que se lucha “con valentía por extinguir el incendio de grandes proporciones (…) El pueblo moense coopera y las máximas autoridades políticas y gubernamentales del territorio junto a altos oficiales están en el lugar del incendio», añadió.
Este siniestro resulta inquietante, pues aún no se cumple un año del incendio que destruyó media base de supertanqueros en Matanzas, con saldo de 17 fallecidos, entre ellos varios jóvenes que pasaban el Servicio Militar, más de cien heridos, y millonarias pérdidas económicas.
La sequía predominante en la isla propicia el surgimiento de fuegos en malezas que suelen salirse de control, en una nación caldeada tanto climática como socialmente.