La prensa oficial cubana se vio obligada a reconocer que en la isla los cubanos están pagando por los servicios de salud, otro síntoma de la crisis económica y social que se vive en el país.
El periódico Girón, de Matanzas, dijo que hay dentistas que pueden cobrar hasta 1000 pesos por un empaste, algo que es una realidad cantada desde hace años entre los cubanos.
“En un contexto tan difícil, el indebido pago se normaliza y ocurre de manera solapada, a veces en forma de regalo por el buen servicio prestado o directamente con la transacción de un dinero acordado con anterioridad”, señaló el diario.
“Pagar por los servicios de salud en nuestro país no representa una preocupación constante hasta que tienes que atenderte una muela y la doctora te responde: “Mira, te voy a tener que poner una curita porque hace meses que la clínica no tiene empaste, pero yo traje un poco de Venezuela y por mil pesos nos arreglamos”, comentó.
El texto apuntó que la corrupción (palabra obviamente que omite) ha llegado a tal punto que hay personas que pagan a especialistas para ser atendidas en sus propias casas.
“Si vamos mucho más allá en el análisis de la cuestión, aquí es donde comienzan a aparecer los hombres de negocios, la gente con dinero que reclama reafirmar sus privilegios «de clases», y concertan citas o incluso reciben el servicio de salud hasta en sus propias casas, a la hora que lo necesiten”, apuntó.
El diario expuso que al que paga los médicos pueden brindarles una mejor atención.
“Las colas ( en los centros médicos) se vuelven interminables, porque el que paga entra primero y lo atienden mejor, mientras que el resto debe conformarse y esperar su turno”, añadió el diario y explicó que hay personas que justifican la situación por lo difícil que está la vida en el país.
“He visto cómo las personas justifican este tipo de prácticas con un “qué se le va a hacer, la vida está muy dura” o un “los médicos también tienen hijos a los que darles de comer”, lamentó el texto.
El artículo reconoce que los médicos han dejado sus puestos en busca de otro trabajo con mejor salario pero pasa por alto las causas del mal de fondo.
El autor del texto se pregunta “si le pasamos la mano a solo uno de estos ejemplos estaremos de a poco tirando por la borda la salud pública cubana. ¿Dónde quedaría la ética y el compromiso con una profesión que deviene en un derecho, no un privilegio?
Sin embargo Girón omite la responsabilidad del gobierno en esta situación que sigue exportando médicos mientras cada vez más escasean los profesionales de la medicina en Cuba. Tampoco menciona las malas condiciones en que estos ejercen su labor diariamente.
A raíz de la crisis provocada por el llamado ordenamiento y la represión del 11J más de 300 000 cubanos han salido del país en busca de una mejor vida y entre ellos se puede contar un importante número de médicos o trabajadores de la salud pública.
El gobierno no ha planteado una solución a esta difícil contexto y sigue insistiendo en la excelencia de la salud pública cubana, que desde hace años va en una caída libre que parece no tener fin.
