«Los cortes prolongados de electricidad y la escasez de gasolina continúan afectando las condiciones de vida de los refugiados y otros grupos vulnerables», señala la ONU en su informe
La ONU, ese organismo internacional tan vinculado a y defensor de Cuba a través de sus muchos organismos se ha visto obligada a reconocer en un informe que el país caribeño no es capaz de brindar el apoyo necesario a migrantes refugiados para su normal asentamiento, debido a la crisis económica imperante en la isla.
Así queda recogido en el informe de septiembre 2023 recientemente divulgado. Un informe que resalta la complejidad de la situación en Cuba y los esfuerzos de la UNHCR para abordar los desafíos que enfrentan los refugiados y solicitantes de asilo en el país caribeño.
Según señalan, al abordar la situación de los Refugiados y Solicitantes de Asilo en Cuba, en la isla hay aproximadamente 180 refugiados y solicitantes de asilo de más de 16 países; la mayoría de los refugiados provienen de Siria, Afganistán, Irán, Sudán y Haití, y el 54% carece de estatus legal en el país, siendo el 33% mujeres y niños.
Lo más terrible del informe es que según queda recogido en él, la crisis socioeconómica en curso en Cuba limita las oportunidades de integración local para refugiados y solicitantes de asilo. Los cortes prolongados de electricidad y la escasez de gasolina continúan afectando las condiciones de vida de los refugiados y otros grupos vulnerables.
Debido a esa situación, la UNHCR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) trabaja en coordinación con el Ministerio de Educación para implementar cursos de español para refugiados y solicitantes de asilo, pero esto no provée más armas que una integración lingüistica. El informe de la UNHCR promueve la adhesión de Cuba a los instrumentos internacionales de protección de refugiados y apátridas y la adopción de medidas para mejorar el acceso a derechos y servicios, pero debido a la falta de un estatus definido, muchos refugiados y solicitantes de asilo no pueden acceder al empleo y tienen limitadas alternativas para generar ingresos. obligando a la UNHCR a llevar a cabo actividades para garantizar su seguridad y acceso a necesidades básicas.
Sí se destaca que «los refugiados y solicitantes de asilo tienen acceso a educación primaria y secundaria gratuita gracias a acuerdos verbales con el gobierno cubano; mientras que la UNHCR proporciona asistencia complementaria pequeña a las becas gubernamentales para estudiantes refugiados saharauis.
Omar finalmente pudo escapar de Cuba luego de 9 largos años de espera
El informe hace referencia a «Omar», a quien después de una espera de nueve largos años, la ACNUR (UNHCR por sus siglas en inglés) ayudó a reunirse con su familia.
La Agencia organizó una despedida para «Omar» con sus amigos en Cuba, y cerrar así el triste caso de este hombre que en el año 1999, junto a su familia, huyó de su país de origen en Asia Central.
A pesar de haber sido reconocido como refugiado en un país vecino, la falta de seguridad y acceso a servicios básicos le hicieron buscar protección en otros lugares, aunque debió hacerlo solo.
Así, en 2014 llegó a Cuba, país donde la ACNUR lo reconoció como refugiado bajo el mandato de la Agencia.
Decidido a rehacer su vida para luego traer a su familia, Omar comenzó su integración en Cuba. Aprendió el idioma, y apoyó activamente a la oficina del ACNUR utilizando su experiencia para ayudar a otros refugiados y solicitantes de asilo de su país de origen con traducciones de su lengua materna al inglés y al español.
«Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos y debido a la actual situación socioeconómica de Cuba, el reasentamiento era la única solución adecuada y duradera para él. La oficina de ACNUR presentó su caso ante varios países, pero debido a la pandemia de COVID-19 su proceso fue retrasado o rechazado en algunos casos.
«Durante este período perdió a su madre y no pudo visitar a su familia,» describe la ACNUR en otro informe, en el que señala que «después de una larga espera de nueve años, con la promoción del ACNUR, un país europeo aceptó el caso de Omar este año.
«Su sueño se hizo realidad: reunirse con su familia y encontrar un lugar al que pudiera llamar hogar. A medida que se acercaban los días de la partida, sus amigos en Cuba se reunieron para despedirlo y con sentidas palabras le expresaron su agradecimiento por todo lo que Omar hizo por ellos,» concluye esta hermosa historia que matiza, de modo muy sutil el infierno que vivió «Omar» en la isla en los últimos años.
Una situación muy similar a la que vivió – o aún vive – Keivan Esfandiyar, un refugiado iraní en Cuba que en septiembre de 2021 expresó su desesperación por su situación en Cuba y envió una carta de queja a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
En su carta, Keivan describió una serie de desafíos que enfrentaba junto con su esposa en Cuba. Entre los problemas destacados se encontraban la falta de permiso de trabajo, la ausencia de dinero y la incapacidad para abrir una cuenta bancaria. Vivían en medio de una reforma económica y enfrentaban apagones frecuentes.
La situación era aún más difícil ya que no podían comprar en tiendas que aceptaran moneda extranjera debido a la falta de tarjetas de débito y cuentas bancarias. Keivan afirmó que había solicitado ayuda a ACNUR, pero sus peticiones habían sido ignoradas o rechazadas.
El refugiado iraní concluyó su carta con una impactante declaración, señalando que incluso en Afganistán con los talibanes, podría haber más alimentos y medicamentos en comparación con su situación en Cuba.
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