«Con los talibanes hay más alimentos y medicamentos», indica en su misiva el refugiado iraní.
Sin permiso de trabajo, sin dinero, sin posibilidad de tener una cuenta bancaria, en medio de una reforma económica y ahora con apagones, vive un refugiado iraní en Cuba, el cual se ha visto más desesperado que nunca y ha escrito una carta a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en la cual parece sugerir al final de la misiva que se lo lleven a Afganistán, donde la situación estaría mejor para él.
Tampoco tiene Sertralina, un medicamento que toman él y su esposa, pues ambos padecen de trastorno obsesivo compulsivo.
Así lo señala Havana Times, un medio digital independiente que recibió la declaración emitida por el refugiado iraní Keivan Esfandiyar.
Sin divisas para poder comprar en las tiendas de Moneda Libremente Convertible, sin la posibilidad siquiera de trabajar honradamente y ganarse su sustento, en su misiva Keivan expresa que la ACNUR le redujo a él y su esposa, una mesada que le daba como refugiado. Esta ahora, dice el refugiado iraní en la carta, es un tercio de lo que antes era. Y esto no le alcanza ni para sobrevivir.
«Soy Keivan Esfandiyar, un refugiado iraní que vive en La Habana, Cuba con mi esposa, desde hace ya casi tres años», comienza diciendo en su carta Keivan, la cual reproducimos integra.
«Los refugiados no tienen permiso de trabajo y, por lo tanto, siempre dependen de la asistencia financiera del ACNUR en Cuba. Nos ayudaron hasta enero de 2021 con un estipendio en moneda CUC en efectivo, pero esta moneda ya no existe. Se reemplaza con lo que ellos llaman MLC (monedas extranjeras) que no está en efectivo y solo está en tarjetas bancarias. Estos solo son buenos para comprar en las tiendas del gobierno que venden a precios en USD.
«Desde principios de 2021, ACNUR les ha dado a los refugiados pesos cubanos regulares en lugar de CUC a una tasa de 24 pesos por lo que era un CUC (la tasa irreal de moneda extranjera que anunció el gobierno cubano y que ACNUR tuvo que respetar). Pero el MLC (reemplazo de CUC) cuesta más de 70 pesos en la calle para depositarlos en una tarjeta de compras. De hecho, la ayuda financiera de los refugiados se ha reducido a un tercio de lo que era antes de que se extendiera el Covid-19. Además, somos las únicas personas en Cuba que no podemos comprar en las tiendas de divisas porque no tenemos la tarjeta de débito y no tenemos derecho a tener una cuenta bancaria en Cuba.
Yo mismo envío muchos correos electrónicos a la oficina central de ACNUR en Panamá para Cuba pidiendo que atiendan este problema o que nos den una tarjeta temporal hasta que podamos comprar alimentos y muchos productos básicos necesarios que solo están en estas tiendas con precios en USD. Pero o nos ignoraron o dijeron que no es posible. Por otro lado, no podemos competir en filas para comprar alimentos en las tiendas que venden en pesos cubanos donde debes luchar por tu turno en la fila.
Es común que aquí la gente diga «regresa a tu país» o «ve a comprar en las tiendas de dólar». No se dan cuenta de que nosotros no podemos. No somos turistas y no podemos obtener la tarjeta bancaria.
Nuestros problemas son infinitos. Por ejemplo, mi esposa y yo sufrimos de trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y tenemos que tomar pastillas de 200 mg de sertralina todos los días, pero no hay sertralina como la mayoría de los medicamentos aquí y ACNUR lo sabe desde hace meses, pero no se ha hecho nada. Parece que los refugiados importan solo en el Medio Oriente o en cualquier otro lugar donde los principales medios de comunicación hablan de ello.
Escuchas noticias sobre refugiados afganos, pero nadie sabe de los afganos que viven aquí durante 5 a 7 años sin un futuro claro y esperando el reasentamiento. En 2021, ACNUR en Cuba solo aceptó a dos refugiados para el reasentamiento, nadie más (según el sitio web de datos de reasentamiento del ACNUR hasta agosto de 2021). No somos prioridad.
Para concluir, relato el comentario de un refugiado afgano: «Incluso en Afganistán con los talibanes hay más alimentos y medicamentos en comparación con aquí». Fielmente tuyo.
Dicho así, con ese final, está dicho todo por parte del refugiado iraní. «Con los talibanes hay más alimentos y medicamentos»
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