¿Quién miente aquí? ¿La primera Secretaria de la UJC o el Jefe del Departamento Ideológico del Comité Central?
Tarde, como todo periodista oficialista que se respete; sopesadas, analizadas y hasta aprobadas – si se quiere – salieron ¡finalmente! a la luz las palabras del ex director de la revista Alma Mater, Armando Franco Senén, con relación a su salida del medio.
Han pasado ya dos semanas y es ¡ahora! que el ex director de la revista Alma Mater se decide a «explicar» lo sucedido, tal vez con la esperanza de que el ruido mediático y la molestia no hagan mella en su espíritu y selle, con broche de oro del que defecó el moro, un asunto que, por más que se le mire de arriba a abajo y de derecha a izquierda – o al revés – huele fu.
Fu y fu. Y Armando Franco Senén lo sabe.
Tal vez hasta pena debería darle al pobre muchacho, que ha sido víctima como muchos otros del sistema que ha molido a más de un periodista cubano. Como víctima, todas las razones pudieran estar en solidaridad con su caso y lo qué sucedió con él. Con su silencio o respuesta tardía, no pocos dirán que se convirtió en victimario. En su propio victimario.
Y hasta vergüenza provoca escucharle decir:
«Ya habló un funcionario del PCC, la UPEC y la 1ra Secretaria de la UJC».
O risa.
Por suerte, acota rápido: «pero nosotros no», y hay que leerle. Tarde. A ver qué dice.
«Ah, estos muchachitos…»
Tomo la frase prestada de un amigo. Se la escuchó decir al Jefe de Información de una Radio Provincial en el año 1998 cuando este, llamó a contar a su oficina a un joven periodista.
No quería botarlo. Desde la llegada del muchacho a la emisora, los programas deportivos por primera vez competían con popularidad con los musicales. Se hablaba de Ligas Extranjeras de Fútbol; de la MLB, del Grand Prix de Fórmula Uno… pero las noticias no llegaban por el teletipo, y esto le preocupaba al «funcionario», por más señas, Secretario del Núcleo del Partido Comunista de Cuba en el centro laboral.
Cuando se enteró que las noticias llegaban por onda corta – radios extranjeras – se preocupó mucho; según el libreto aprendido, esas radios, transmitían desde Miami noticias contra Cuba. Cuando se enteró que otras veces los resultados salían de Internet, puso el grito en el cielo. Según le habían enseñado en la Ñico López, en la Internet pululaban las ventas de armas y planos para fabricar bombas.
Al ex director de la revista Alma Mater, es obvio, no le tocó vivir esa experiencia, pero el funcionariato funcionante – a medias – que analizó su labor en la Revista es casi el mismo.
«Ah, estos muchachitos quieren cambiar el mundo, y están tan confundidos,» dijo 24 años antes de que Armando Franco Senén fuese «liberado» de la revista Alma Mater este otro funcionario del PCC a la cual la vida – supongo – le enseñó más temprano que tarde que Internet no es el lugar donde «pululan las ventas de armas y los planos para fabricar bombas».
Señala Senén ahora, dos semanas después, que una usuaria le escribió, para «decirle» que esperaba una explicación. Y dice Senén que «ni a ella ni a otros que a través de las redes o llamadas telefónicas nos reclamaron una explicación sobre lo sucedido con nuestro equipo en la revista Alma Mater,» pero cuando Diario de Cuba lo contactó en caliente para que explicara qué había pasado, ÉL NO DIJO NADA. Más bien se limitó a decir que todo estaba dicho.
En todo caso, si es verdad que no fueron contactados, y aunque él no lo diga, el ex director de Alma Mater sabe perfectamente por qué fue que no lo contactaron, aunque esto debe ser una soberana mentira.
Con cierto matiz de autocrítica reconoce que «en cierto modo, el silencio nos/me hace cómplice de lo sucedido y sus posibles interpretaciones,» y añade:
«Para algunos, mi mutismo ha sido una confirmación de que fue una decisión justa, de que algo hice o andaba mal, de que las organizaciones políticas no se equivocan y que, si así fueron las cosas, es porque así tenían que ser.» Para otros, ha sido la confirmación de otra cosa no dicha por él y que incluso, hasta pudiera traspasar la fina línea de la decencia periodística decirlo.
Según narra, así sucedieron los hechos:
«El martes 26 de abril me citaron a la oficina del director de la Editora Abril a las 7 y media de la mañana. Tres horas después tendría lugar un Consejo de Dirección Extraordinario cuyo objetivo desconocíamos sus miembros.
«Allí Nislay Molina (Ideológica del Comité Nacional de la UJC) y Asael Alonso Tirado (director de la Editora Abril) me informaron que, por decisión de la Comisión de Cuadros de la UJC, había sido liberado.»
Permítasenos una carcajada aquí, a modo de paréntesis, pero no hay nada PEOR en esta vida que entrevistarse con un «ideológico» y eso el ex director de la revista Alma Mater lo sabe y con esto queda dicho casi todo de lo que allí pudo decirse.
«Sin mayores detalles ni tiempo para el intercambio, la funcionaria del Comité Nacional expuso cómo sería el proceso de entrega a través del cual abandonaría la Editora en horas y esperaría en mi casa por una ubicación laboral.» Eso de «sin mayores detalles ni tiempo para el intercambio» se traduce así: no lo dejaron hablar, fue una medida totalitaria, impuesta verticalmente desde arriba y tomada a priori y – muy probablemente – expresada de muy malas maneras; pero Senén mismo se encarga de explicarlo.
«Ante mi petición de explicaciones, ambos expusieron que “la decisión, aprobada el 20 de abril, era producto de continuos errores en el trabajo editorial de la revista”. Sobre la mesa estuvo todo el tiempo un documento que ambos consultaron indistintamente para listar esos “errores”.
Luego, aclara que, como intuíamos encima, la funcionaria fue grosera. Eso es lo lógico, lo normal. Es lo tradicional que así suceda; aunque es muy probable que la ideológica ni siquiera sea advertida por su maltrato verbal hacia el ex director de la revista Alma Mater.
«En aquel encuentro intenté explicarles el sinsentido de lo que exponían. La funcionaria de la UJC me interrumpió y entre otros criterios más bien groseros, que omito ahora por educación, dijo: “A tí debimos botarte hace mucho tiempo, no hay nada más que hablar, te estamos haciendo el favor de liberarte. Puedes hacer lo que quieras, es una decisión nuestra”.
La decisión tomada contra el director de la revista Alma Mater
El ex director de la Revista Alma Mater ratifica lo que se sabía: la decisión había sido tomada.
Señala Senén que «el director de la Editora se limitó a ratificar lo que decía la Miembro del Buró y a dejar claro todas las veces que me había “alertado sobre mis fallas”, con notable intención de librar responsabilidades.
Lo típico.
Luego señala que en una reunión efectuada en el Consejo de Dirección, varios presentes esgrimieron varios argumentos a favor de él pero, la funcionaria de la UJC, desestimó los argumentos, y dijo así:
«Se trata de una decisión tomada, solo vinimos a informar”.
Varios miembros del colectivo de la Revista Alma Mater piden la baja
Señala el ex director de la revista Alma Mater que, todavía la UJC y la Editora Abril tenían prevista una jugarreta más. No se reunieron con el equipo para informar la decisión tomada y esto fue el detonante de la renuncia colectiva.
Detalla Senén así el totalitarismo ocurrido.
«El cronograma de entrega presentado por la funcionaria de la UJC incluía una reunión para informar al equipo de la revista el miércoles 27 a las 9 de la mañana y ahí estuvieron todos los de AM. Sin embargo, según palabras del director de la Editora a los dos subdirectores de la revista, “el Buró Nacional decidió que este encuentro no ocurriría, pues ya todo estaba dicho”.
Y aclara lo sucedido después:
«La negativa a conversar con el equipo, la inconformidad con la “liberación” y la falta de explicaciones para esta, provocaron que algunos miembros de la revista solicitaran su baja. No existieron presiones ni condicionamientos. En cada caso, fue una decisión personal. Un periodista y la secretaria de la redacción decidieron mantenerse. El resto, todos jóvenes, buscan hoy otros destinos laborales.»
Sin embargo, todavía la UJC y el PCC entrarían en contradicción una vez más al explicar lo sucedido. Todavía la Primera Secretaria de la UJC sería inexacta y hasta mentirosa, pero esos fragmentos, se los dejamos a Uds para que los analicen.
TOTALITARISMO. GROSERIAS. Toma de decisiones al más puro estilo dictarorial. El de siempre. Nada nuevo hay bajo el Sol.
¿Y ahora? ¿Qué dice la UPEC? ¿Qué dicen los ideólogos? ¿Los idiotaólogos?
Cuba es continuidad, sin dudas. Y de eso parece haberse dado cuenta ahora el joven ex director de la Revista Alma Mater, aunque al final de la reunión con la Primera Secretaria de la UJC él accedió gustoso y risueño a una fotografía con su equipo de trabajo, donde por suerte – ¡hubiese sido ya el colmo! – faltaba el mismo verdugo que le cortó la cabeza.
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