El magnate tecnológico Elon Musk, considerado uno de los hombres más influyentes del mundo, se burló del sistema comunista que se mantiene en el poder en Cuba desde hace más de seis décadas y que ha provocado las mayores oleadas de emigrantes de la historia de la isla.
“En otras noticias, grandes grupos de estadounidenses amantes del comunismo fueron vistos remando rumbo a Cuba…”, escribió Musk en Twitter, la red social que adquirió a finales de octubre pasado.
El empresario de origen sudafricano respondió de esa forma a una burla similar publicada por el medio de noticias The Babylon Bee sobre una supuesta caravana de liberales estadounidenses en camino hacia el “paraíso socialista de Venezuela”.
Hay verdades tan incuestionables que decir lo contrario se entenderá como sarcasmo: “El socialismo es bueno cuando no vives en Venezuela o Cuba. Luego vuelven llorando”, respondió una usuaria de la red social, siguiendo la rima a ambas publicaciones.
“El señor Bernie Sander va en camino”, dijo un internauta en la misma cuerda sarcástica, a lo que otra añadió que Alexandria Ocasio-Cortez llevaba los remos.
La falta de incentivos, la corrupción, la planificación centralizada y la represión política son algunas de las características inherentes al sistema comunista que lo condenaron al fracaso histórico desde mucho antes de la caída del Muro de Berlín.
Pero en los pocos países que mantienen las estructuras impuestas e importadas de la extinta Unión Soviética, los dirigentes se niegan a reconocer lo evidente, pues a algunos les costaría su privilegiado nivel de vida mientras a otros los llevaría directamente a la cárcel.
Ninguno de esos países podría dar un Elon Musk, esa es otra verdad que se cae de la mata, porque los partidos comunistas no permiten libertades ni iniciativas individuales que hagan destacar a una persona fuera de sus madejas burocráticas infladas con cuadros leales y temerosos de la cúpula gobernante.