Tras un 2022 literalmente oscuro por los apagones y la escasez en la isla, los cubanos se preparan para resolver algo de comida de cara a las fechas festivas de diciembre como la Noche Buena y el fin de año.
“Si la incertidumbre se comiera estaríamos bien servidos”, comenta un señor en una cola en el barrio habanero de Los Pinos para comprar algo de carne de puerco a 200 pesos la libra, cinco libras por persona.
No quiso decir su nombre, pero aclaró que es jubilado del sector de educación y que el salario no le alcanza para comer el mes completo.
“Ahora se habla de inflación todos los días en Cuba, cuando nunca antes ni en la calle ni en la prensa se utilizaba esa palabra, aunque los precios fueran elevados”, recuerda y reconoce que no imaginó terminar sus días de esta forma: “de cola en cola, a la espera de un milagro”.
El exprofesor de una escuela pedagógica dice que estuvo ahorrando cada centavo que pudo durante durante los dos últimos meses para “comer dignamente al menos el fin de año”.
“Yo vivo solo. Calculé que necesitaría unos 4 mil pesos para tener lo que me gusta en mi mesa en navidad y puede que me haya quedado corto”, confesó.
Con costumbres alimenticias muy estrechas y marcada por décadas de alta de alimentos, los cubanos suelen preferir un menú a base de carne de cerdo, arroz congrís, viandas y ensaladas por estas fechas.
Si alcanza para el postre se hacen buñuelos, y algunos con mucha suerte consiguen el turrón, un dulce tradicional entre las familias cubanas y que suele ser importado de España y Estados Unidos.
La cerveza tampoco puede faltar en este tipo de celebraciones de los cubanos aunque algunos prefieren la cidra, el vino o el ron.
Para Gisela, una ama de casa con dos nietos a su cargo, “no hay nada que celebrar, con al menos conseguir la comida y algún dulce para los niños basta”.
Ella calcula que si encuentra lo que busca —una tarea bastante difícil de por sí— tendría que gastar cerca de 6 mil pesos para comer en Noche Buena y sobrevivir hasta fin de año.
“Ahora hacen ferias agropecuarias, sacan un poco más de pollo en las tiendas y venden algo de carne de puerco por la libreta a un precio que no me parece asequible pero es más barato que en los puestos particulares”, declaró.
No obstante, dijo que prefiere que haya alimentos siempre, aunque sean caros. “De ferias no se vive. El gobierno cree que la gente es boba, que se puede tranquilizar a la gente porque vendan un poquito de comida y chucherías una o dos veces al año ¡Así no se puede vivir!”, concluyó.