Que las mil y una facetas de la crisis en Cuba tiene en la ausencia de medicamentos su faceta más dolorosa y virulenta no es un secreto. Para colmo de males la falta de alimentos, y además la de aquellos que contienen nutrientes en específico, hace más angustioso el asunto.
Es difícil superar una infección si no se cuenta con antibióticos; y la llamada «medicina verde» no siempre es efectiva.
Un ex vecino en la provincia de Cienfuegos dice que tuvo que vender su bicicleta montañesa para poder comprar unos medicamentos que necesitaba su madre para curarse. Un amigo en Madrid afirma que, en los peores momentos del pico de la pandemia de COVID-19, vio vender una pastilla de antibióticos en 500 CUP y el tratamiento de Azitromicina – 3 cápsulas – en 10 mil pesos cubanos.
Ahora, el medio matancero Girón da cuenta de que la escasez de medicamentos en Cuba continúa – lo cual no es un secreto – y afirma que un frasco de amoxicilina se vende en el mercado negro por 300 CUP.
El reporte señala que son los grupos de compraventa en las redes sociales, donde único se pudieran encontrar los medicamentos; pero es obvio que no todos cuentan con los recursos monetarios para adquirir una medicina de las «raras» a altísimos precios.
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El gobierno insiste en culpar a los intermediarios y revendedores de la crisis existente en Cuba con los medicamentos. Los más desaparecidos y buscados son los antibióticos y los antihistamínicos; pero no son los únicos. Entre los «extraños», hay actualmente una verdadera crisis de ausencia en Cuba con la altretamina, bendamustina, bulsufán, carboplatino, carmustina, clorambucilo, cisplatino, ciclofosfamida, entre otros medicamentos; a los que se suman, entre otros, los aerosoles, citostáticos, antihipertensivos, diuréticos, anticoagulantes y sueros de clorosodio. Más de 140 productos del cuadro básico de fármacos, están en falta, por problemas para la adquisición de materias primas y envases.
La escasez de medicinas en la isla, nace, sí, en las limitaciones de la industria nacional para producirlas, aunque el gobierno en Cuba insiste en culpar de la crisis al enemigo habitual de siempre: el embargo.
No obstante, en el caso de aquellos medicamentos que se producen nacionalmente también desaparecen; y desaparecen en gran medida no porque las personas que tienen acceso a ellos quieran robar, sino porque a muchos le es de vida o muerte hacerlo, ya que todo en la isla ha encarecido, y el salario no alcanza siquiera para cubrir la canasta básica.
Lo hacen, también, por culpa del mismo gobierno, cuyo deficiene sistema económico, la corrupción, falta de control y audorías propicia los robos.
Si la crisis de medicamentos en Cuba no ha tenido niveles más drásticos, ha sido en buena parte al exilio. A miles de cubanos a los que el gobierno y sus cancerberos sobre todo, insisten en llamarlos gusanos, apátridas y mercenarios. No pocos exiliados que contribuyen humanitariamente con los cubanos en la isla con el envío de medicinas, incluso suelen recibir injurias de otros exiliados que los acusan de «oxigenar a la dictadura».
Y claro, también ayudan los extranjeros.
El Diario de Pontevedra recoge en sus páginas cómo un Grupo de dentistas españoles creó una red para el envío de medicamentos a Cuba.
Viaje a viaje, maleta a maleta, han logrado hacer llegar entre otras cosas, equipamiento médico, anestesia, suturas, guantes, etc.
La iniciativa está a cargo del doctor Ignacio Castro – sin ninguna relación con Fidel o Raúl – y el diario señala que en un inicio fueron tres, a los que luego se les sumaron los viajeros, que son quienes en definitiva llevan los medicamentos a Cuba, para contribuir a paliar la crisis en la isla.
Castro indicó al diario español que en la isla, «hay gente esperando para poder sacarse una muela porque no hay anestesia»; y agregó que, en el caso de los aparatos para combatir el asma, «las madres hacen cola para que sus hijos los usen durante 10 minutos», y señala que a veces hay «uno solo por hospital».
Hay quien ni siquiera puede darse el lujo «de esperar», como es el caso de la joven Jessica Velázquez, quien reside en el municipio de Banes, en la provincia de Holguín.
La crisis con los medicamentos en Cuba ha golpeado a esta joven con cáncer. Con apenas 31 años de edad, la joven ha sido diagnosticada con un ‘Linfoma de Hodgkin’ variante Escleroma nodular
Las medicinas que la joven necesita son varias. «Raras», caras y de uso hospitalario.
Dayana Prieto, productora de teatro y pareja del dramaturgo y activista cubano Yunior García, posteó en su perfil de Facebook el listado de medicamentos que necesita la joven.
A saber, se necesitan “cinco bulbos de 15U Bleomicina; 33 bulbos de Dacarbazina de 200 mg; 10 bulbos de Vinblastina de 10 mg, y 10 bulbos de Adriamicina (doxorrubicina), pueden ser de 10 o de 50 mg”, para su quimioterapia.
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