Durante las necesidades crecientes por la pandemia en Cuba se ha de destacar la labor de activistas que han entregado medicinas
En medio de una profunda crisis sanitaria en Cuba, la voluntad y la constancia de activistas de adentro y de afuera han posibilitado que las medicinas lleguen a los más necesitados.
Cuando se reescriba la historia de la pandemia en la isla, de como los cubanos la enfrentaron, varios capítulos merecerán equipos como los organizados en las ciudades españolas de Madrid y Valencia o en la capital mexicana.
Este martes la colega Luz Escobar del medio independiente 14ymedio ha publicado un artículo en el que cuenta la historia de las voluntarias del proyecto Solo el amor. Desde el pasado mes de julio comenzó todo y luego al percatarse de que las necesidades iban a más se reúnen para gestionar medicamentos y organizar los envíos en la sede de Ludi Teatro, que se encuentra en un sótano de El Vedado.
Laura Bustillo, una de las jóvenes de Solo el amor, explica a Luz: «El 9 de julio llegué a Matanzas con el primer envío. Comencé con un post en Facebook y mis estados de WhatsApp y en menos de 24 horas ya había un cúmulo de medicamentos que nosotros creíamos en ese momento que era considerable. El chasco fue grande cuando llegamos y nos dimos cuenta que la necesidad era mucho más grande de lo que podíamos cubrir».
Los de Solo el amor ya llegan a las provincias de Mayabeque, Matanzas, La Habana, Holguín, Pinar del Río, Artemisa, Santa Clara, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Sancti Spíritus y Camagüey.
Bustillo resume así la labor de estos activistas para entregar medicinas, aunque los obstáculos no han faltado:
«Nos han mancillado tanto que estamos siempre a la defensiva, y quiero que la gente entienda que sobre la base del amor, la empatía y la amabilidad se pueden solventar muchísimas cosas. Vamos a lograr una sociedad mejor una vez que entendamos que no somos habitantes, sino ciudadanos».
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