A pocas horas de arribar a Madrid, Yunior García Aguilera ofreció declaraciones exclusivas al cineasta cubano Ian Padrón, quien lo entrevistó en su espacio “Derecho a réplica” en Youtube durante la tarde de este 17 de noviembre, donde también se transmitieron dos videos inéditos grabados por el dramaturgo y Dayana Prieto durante el sitio y los actos de repudios que los partidarios del gobierno ejecutaron alrededor de su casa el 14N.
Yunior confirmó lo anunciado en la mañana por Europa Press, pero sin especificar su actual residencia dentro de España para no comprometer a la “organización” que facilitó su viaje, que cuenta con miembros dentro de Cuba. Luego anunció que acababa de tener un diálogo “muy duro” con los miembros de Archipiélago, tras pasar varios días sin comunicación, y que mañana 18 de noviembre sucederán muchas cosas importantes con él, ya que en España no estará privado de su palabra, que es su única fuerza. “No soy Antonio Maceo. No aguantaría 27 tiros”.
Al Estado cubano que celebra sin dudas como una victoria esta “huida” de Yunior, que ha quebrado de cierta manera su credibilidad como líder opositor y alternativa real al gobierno, García Aguilera advirtió que “se van a sorprender” pues, hablando en términos dramatúrgicos lo sucedido es solo “el fin de un acto” y ahora viene por obligación un “punto de giro”.
Respecto a su inesperada migración, que sorprendió a muchos, declaró que las presiones de los sucesos vividos el 27N de 2020 y el 11J no pueden compararse con lo experimentado desde el 14N, cuando había declarado que marcharía en solitario por el Vedado habanero, “porque esos días yo estaba asumiendo solamente mi vida. Era mi única responsabilidad. En este caso estaba mi familia presente. Era mi casa. Estaba Dayana, estaba mi suegra y era una situación totalmente distinta. Ya no es solo tu dignidad, tu firmeza, es tu sentido de la responsabilidad. Tengo que decir con orgullo que ellas son más fuertes que yo”.
Ante las críticas a su integridad como el líder que muchos ya veían en él, comentó que lo sentía pues “soy una persona”, agregando que “los últimos días han sido más difíciles de lo que podría prever “a lo mejor no soy esa estatua de bronce o de mármol. Soy un tipo normal. Pero eso no significa que vaya a renunciar ni mucho menos a mis ideas, a mis principios, a mis objetivos”.
Sin explicar todos los procedimientos que cumplió para salir de Cuba, pidió tiempo para aquilatar todas las sensaciones que lo embargan, algunas sentidas por primera vez, como la rabia, e incluso el odio. “Necesito ahora mismo aclarar mis ideas, salir de mis bloqueos mentales” y luego “tengo que entenderme yo. Todas esas emociones bajarlas y tratar de pensar un poco con lucidez”, comentó.
Cuando el entrevistador Ian Padrón preguntó al dramaturgo si tiene la esperanza aun de que Cuba será algún día con todos y para el bien de todos, Yunior expresó que ya “no lo considera una esperanza, sino una decisión personal. Voy a hacer todo lo que pueda el resto de mi vida, todos los días, por lograr ese objetivo. Y creo que el resto de los cubanos debe dejar de esperar demasiado de otras personas, o de liderazgos, o de mesías, héroes de mármol o de roca y empezar a ver cómo personalmente, individualmente pueden empezar a aportar algo, aunque sea una palabra, aunque sea una expresión, aunque sea simplemente el hecho de quitarse la máscara y decir: yo no voy a colaborar con esto. No voy a mover un dedo para que haya más represión, para que haya más censura, para que haya más dictadura”