No es país para vacas: el legado de Fidel Castro a la ganadería cubana

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«(Fidel Castro) casi que diseñó la ganadería que necesitaba este país,» dijo el mandatario cubano Miguel Mario Díaz-Canel. Sin palabras.

Aparte de meter una vaca en su casa, el legado de Fidel Castro en la ganadería cubana no es otro que el de haberla destimbalado, mal que le pese a su fan incondicional Miguel Díaz-Canel.

Ha dicho Canel , en una declaraciones que ha quedado recogida por la televisión cubana, que la ganadería en Cuba tiene “el legado tremendo” de Fidel Castro

Tal cual. Oír para creer.

“Aquí en la ganadería tenemos en particular un legado tremendo del pensamiento científico del Comandante en Jefe, que en los primeros años de la Revolución le dedicó mucho tiempo a la ganadería”, expresó Díaz-Canel y continuó diciendo:

“Casi que diseñó la ganadería que necesitaba este país. Empezando incluso por la genética, por la raza, por los cruzamientos para llegar a una raza que de verdad fuera robusta y fuera resistente para las investigaciones de Cuba”.

Por supuesto que tales declaraciones, son una absoluta falacia y una total mentira. La ganadería cubana lo único que ha hecho desde el 1959 es entrar en un declive perenne. Y si existiese un responsable directo de eso, entre muchos que se han puesto a experimentar en la ganadería cubana, es uno: Fidel Castro.

No solo fallaron en la promesa de garantizarle el vasito de leche a cada cubano, sino que la masa ganadera ha decrecido a niveles que ya a duras penas pueden garantizar el suministro. En los hoteles para extranjeros.

Datos oficiales indican que «en Cuba hay una masa bovina de 3 645 000 cabezas; de la que el 65,6% son hembras”.

«El 80% de la masa bovina del país es propiedad de productores individuales. Son 142 733 tenentes dispersos por todo el país”, indica Granma, el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), que recoge cómo «el 10,8% de la tenencia de ganado vacuno se concentra en el sector estatal; el resto está en las formas de gestión no estatal”.

Solo en este último detalle no ha habido cambios sustantivos, si se tiene en cuenta que antes del 59, también el grueso de la masa ganadera estaba en manos de los campesinos.

Pero, ¿cuáles eran los índices de la ganadería en Cuba antes de 1959?

Señala el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, ObservaCuba, que «antes de 1959, la ganadería era la segunda actividad productiva de Cuba, detrás de la producción de azúcar de caña. Las estadísticas revelan, según Truslow (1951) que existían en Cuba 4.2 millones de cabezas de ganado en 1945 y diversos autores realizan un estimado de 5 millones de cabezas de vacuno en 1959 lo que representaba casi un vacuno por persona.»

Ahora hay 3 645 000 para 11 millones de cubanos.

«Prevalecía la producción de carne y el ganado existente se correspondía fundamentalmente con el criollo y el cebú, así como la mezcla de ambas razas. También existía el cruce de Shorthorn con criollo y Cebú.  Para la producción lechera se prefería el cruce de Brown Swiss con Cebú o el cruce de Holstein con Cebú. En fin la raza Cebú era la reina de los campos de Cuba.»

¿Qué hizo Fidel Castro? Básicamente eliminarlo todo.

El llamado «Comandante», «ordenó la importación de 35 000 novillas Holstein de Canadá a fin de conseguir un ganado genéticamente favorable a la producción lechera y dispuso la mejora genética del ganado cubano». A la isla viajaron científicos como André Voisin, que le costó Dios y ayuda convencer a Fidel de hacer ciertas cosas en pro de la mejoría de la masa ganadera, teniendo en cuenta el carácter ególatra de Fidel que en ocasiones intentó, a partir de la lectura de determinados libros, saber más que este genetista.

La masa ganadera cubana de pronto «cambió». Y aparecieron en el panorama «la Holstein tropical, Siboney de Cuba, Mambí, Santa Gertrudis y otros cruces genéticos con nombres de letras.»

La «rareza» de Ubre Blanca, vaca recordista mundial de leche que de tanto ser inseminada y parir murió pocos años después, fue apenas el único logro – y ni eso, pues fue más que todo una rareza genética – del cual se pudo vanagloriar Fidel. El hombre «del legado en la ganadería cubana» a decir de Díaz-Canel.

La cifra actual de 3 millones y tantos de vacas por 11 millones de habitantes es esto: menos de una vaca por dos habitantes, cuando en el 59 era, decíamos, de casi una vaca por habitante.

ObservaCuba indica que «sencillamente, la ganadería cubana sin el Cebú no es ganadería. Es la única raza apropiada para las condiciones de Cuba. Resistente a las garrapatas, a la falta de agua y come prácticamente de todo, hasta marabú, aportando notables rendimientos de carne.»

Pero los males de la ganadería cubana no se reducen solo a eso. De modo general, la desastrosa «planificación socialista» eufemismo que pretende ponerle pautas a la depauperada economía socialista, es la causante fundamental de los males de la ganadería en Cuba.

No puede entenderse de otro modo, entre tantos inventos de Fidel Castro y de sus sucesores.

«Las desastrosas políticas genéticas voluntaristas» de Fidel Castro incluyen, «las expropiaciones forzosas de las leyes de reforma agraria, junto a la colectivización forzosa de los campesinos en cooperativas agropecuarias en sus distintas modalidades, Cooperativas de Créditos y Servicios CCS, Cooperativas de Producción Agropecuaria CPA y Unidades Básicas de Producción Cooperativa UBPC [que] trajeron como resultado que los campesinos sean simples tenedores del ganado vacuno (…) debiendo estos cumplimentar estrictos planes centralizados para acopiar al único mercado estatal.

«En pocas palabras, continúa explicando ObservaCuba, no existe para el campesino, incentivo alguno para desarrollar la producción agropecuaria, porque el estado se apropia de las ganancias que produce esta esfera, al comprar a precios monopólicos sin la libre concurrencia del mercado. Mucho menos existe incentivo para la mejora genética del ganado, donde la realidad de la monta natural supera los ambiciosos planes de reproducción con inseminación artificial. Incluso el peor escenario se está haciendo una dramática realidad. Los campos y potreros de Cuba se están vaciando por falta de trabajadores. Nadie en su sano juicio quiere ser obrero agrícola del estado y las tierras ociosas duermen su lánguido sueño cubiertas del espinoso arbusto marabú, ante la falta de solicitantes del usufructo de tierras. Se necesitan radicales reformas para reactivar la deprimida esfera agropecuaria.»

Este, y no otro, ha sido el legado de Fidel Castro en la ganadería cubana.

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