Inflación, desempleo, desabastecimiento golpean a Joe Biden

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Inflación, desempleo, desabastecimiento. Todo en EE.UU. Todo de golpe o acumulado. Todo incide en que el índice de aprobación de Joe Biden se haya desplomado a un mínimo histórico, y que incluso entre los hispanos sea cada vez menos popular.

¿Qué ha sucedido? ¿Qué soluciones existen? ¿Es suya la culpa? ¿Qué puede pasar?

Aunque Ud. no lo crea la clave a esa respuesta pudiera estar en Sudáfrica o en el Reino Unido. Ya explicaremos por qué.

Índice de popularidad del presidente Joe Biden en picada

Según los resultados de una encuesta reciente, los estadounidenses se sienten cada vez más insatisfechos con el manejo del país por parte del demócrata Joe Biden.

Según una encuesta de la Universidad de Quinnipiac publicada el miércoles, el índice de popularidad de Biden se desplomó a un nuevo mínimo del 33% y los votantes hispanos fueron los menos favorables al desempeño laboral de Biden, con solo el 28% de aprobación.

En líneas generales, el 53% de los estadounidenses desaprueba el desempeño del presidente, y esto es un 3% menos en comparación con noviembre de 2021.

Lo apoya – según los datos de la encuesta – el 32% de los votantes blancos y el 57% de los votantes negros.

La desaprobación está en: la economía, la epidemia de COVID-19 y la política exterior.

Descontando la última, que es muy suya, las dos primeras fueron heredadas. De hecho, la segunda, la epidemia de COVID-19, provocó que el gobierno impulsara ayudas financieras para salvar de la crisis a miles de familias en los EE.UU. Dicho de otra manera: Biden puede que haya sido demasiado espléndido o lo fue, pero millones de norteamericanos necesitaban esa ayuda federal.

Y lo que es más real: la crisis con la COVID-19 no fue provocada por Joe Biden.

De hecho, si habría que buscar «culpables», pudieramos mencionar los millones de norteamericanos que no se han vacunado contra la COVID-19. No pocos de ellos creen que la economía está mal o no tan bien, pero no aportan su granito de arena en eliminar del panorama la enfermedad. ¿Cómo? Pues vacunándose.

En el tema del COVID-19, el 55 por ciento no está de acuerdo con el modo en que lo ha manejado Biden, dejándonos solo con una conclusión: la gente no siempre tiene la razón.

A medida que la variante altamente contagiosa del virus Covid-19 Ómicron continúa enfermando a los trabajadores, la escasez de personal para funciones críticas como el transporte y la logística, se adueña del país.

La aerolínea Delta, por ejemplo, dijo en las últimas horas que al menos 8 mil de sus trabajadores se han enfermado con Covid.

La peor parte se está viendo en la entrega de productos y el reabastecimiento de los estantes de las tiendas en todo el país.

Los estantes de las tiendas de comestibles en todo Estados Unidos comienzan a verse vacíos mientras las tiendas luchan por reabastecer rápidamente las necesidades diarias, como leche, pan, carne, sopas enlatadas y productos de limpieza.

La gente ha desatado su furia contra Joe Biden y la administración demócrata en las redes sociales, durante los últimos días, publicando fotos en Twitter de estantes vacíos en las tiendas Trader Joe’s, Giant Foods y Publix.

Todos conocen o deberían conocer que, la cadena de suministro, las tiendas de comestibles enfrentan ahora una serie de otros contratiempos relacionados con el arrastre de dos años de pandemia y la alta transmisibilidad de Ómicron. Hay miles de trabajadores en EE.UU. infectados con el virus del SARS-Cov-2, pero no existe algo que indique que los que faltan por vacunarse, lo harán. Y eso, se sabe, contribuiría a resolver una gran parte del problema.

Hoy se conoció también que las solicitudes de desempleo aumentaron a 230,000 la semana pasada, un aumento de 23,000, con respecto a la semana anterior.

Si bien el mercado laboral de EE. UU. ha mantenido las solicitudes cerca de los mínimos previos a la pandemia durante los últimos dos meses, este aumento tiene una causa, pues se produjo cuando los empleadores trataron con los trabajadores que se reportaron enfermos debido a la variante Omicron de Covid-19.

El promedio móvil de cuatro semanas de la semana pasada subió a 210.750, dijo hoy jueves el Departamento de Trabajo.

¿Llegó la inflación?

Hace apenas unas horas se conoció que el índice de precios al consumidor aumentó un 7% en diciembre respecto al año anterior, según un nuevo informe del Departamento de Trabajo que fue publicado el miércoles.

De inmediato la noticia sembró alarmas, ya que este 7% no se veía desde junio de 1982, cuando la inflación alcanzó el 7,1%.

Los llamados precios básicos, que excluyen mediciones más volátiles de alimentos y energía, se dispararon un 5,5 % en diciembre con respecto al año anterior, un fuerte aumento desde noviembre, cuando aumentaron un 4,9 % y fue el aumento más pronunciado en 12 meses desde 1991.

El IPC, que mide un grupo de bienes que van desde gasolina y atención médica hasta comestibles y alquileres, subió un 0,5% en el período de un mes desde noviembre.

«Es el número de IPC anual más alto desde 1982 y no está impulsado por los precios de la energía, sino por casi todo lo demás,» dijo Seema Shah, estratega jefe de Principal Global Investors.

«La inflación del 7% no es una broma,» precisó.

Los aumentos de precios fueron generalizados: aunque los precios de la energía cayeron un 1,1% en diciembre con respecto al mes anterior, siguen subiendo un 29,3% con respecto al año pasado. La gasolina, en promedio, cuesta un 49,6% más que el año pasado. Los precios de los alimentos también aumentaron un 6,3 % durante el año, mientras que los precios de los automóviles y camiones usados, un componente importante del aumento de la inflación, aumentaron un 37,3 %. Los costos de alojamiento, que representan casi un tercio del aumento total, aumentaron un 0,4 % en el mes y un 4,1 % año tras año, el ritmo más rápido desde febrero de 2007.

Pero, otra vez Ómicron – no Biden – pudiera ser el responsable.

Así creen los expertos, que sugieren que la propagación desenfrenada de la variante omicron podría generar nuevas dificultades para la cadena de suministro global.

«El aumento de la inflación está acabando con las sólidas ganancias y sueldos y salarios que los trabajadores estadounidenses han visto en los últimos meses: las ganancias promedio reales por hora aumentaron solo un 0,1 % en diciembre, ya que el aumento de la inflación del 0,5 % erosionó el aumento salarial total del 0,6 %, reveló el Departamento de Trabajo en su informe.

Y si ya su nivel de aprobación era bajo cuando se realizó la encuesta de la Universidad de Quinnipiac, este aumento de la inflación se sumó como mala noticia para el presidente Biden.

Los republicanos lo culpan a la agenda de gastos masivos del presidente; los demócratas lo achacan a los problemas en la cadena de suministro y otras interrupciones en la economía inducidas por la pandemia.

«Este informe subraya que todavía tenemos más trabajo por hacer, con aumentos de precios aún demasiado altos y apretando los presupuestos familiares», dijo el presidente Biden ayer.

«La inflación es un desafío global, que aparece en prácticamente todas las naciones desarrolladas a medida que emerge de la recesión económica pandémica. Estados Unidos es afortunado de tener una de las economías de más rápido crecimiento,» precisó.

Por extraño que parezca la «solución» a este problema parece estarse viendo en el Reino Unido.

Allí, los expertos dicen que el Reino Unido parece haber superado el pico de la última ola de covid-19 causada por Omicron, y apuntan a que esta es una señal prometedora de que el impacto de la variante altamente transmisible puede ser breve, aunque intenso, y alimenta el optimismo de que la pandemia puede estar disminuyendo.

Los científicos dicen que los datos británicos ofrecen señales alentadoras para los países detrás del Reino Unido en la ola de Omicron, como es por ejemplo los EE. UU., que la variante se hace eco del patrón que siguió en Sudáfrica, donde los casos aumentaron rápidamente en el transcurso de poco más de un mes, antes de caer de manera abrupta.

Así lo reporta también la agencia AP, que señala como los expertos en salud dicen que Omicron se dirige a una fuerte caída, aun y cuando anticipan que la mayoría de los estadounidenses se infectarán.

Una buena noticia, informa The Associated Press, es que «los científicos están viendo señales de que la alarmante ola Omicron de COVID-19 puede haber alcanzado su punto máximo en Gran Bretaña y está a punto de hacer lo mismo en los EE. UU., momento en el que los casos pueden comenzar a disminuir drásticamente.»

«Va a bajar tan rápido como subió», dijo Ali Mokdad, profesor de ciencias de la métrica de la salud en la Universidad de Washington, cuyo modelo influyente predice que los casos diarios alcanzarán un máximo de 1,2 millones para el 19 de enero y luego comenzarán a caer en picado. El científico lo explica de esta manera:

«Simplemente caerá porque todos los que podrían estar infectados estarán infectados».

La buena noticia para Joe Biden y para todos pudiera ser esa. Súmenle, además, que Ómicron no tiene un alto nivel de letalidad. De hecho, es bajo. Bajísimo.

Pudiéramos decir entonces que Joe Biden tiene tiempo, aún para recuperarse con vistas al 2024. Gran parte de su problema fue heredado. La COVID-19 se resiste a irse. Los antivaxxers no apoyan mucho o más bien no ayudan nada, pero todo indica que este mal rato – económico y de salud – pasará a ser pronto parte de nuestros recuerdos.

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