Directora de Aniplant: «Yo hubiera esperado que 3 o 4 personas brincaran la cerca para parar aquello»

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De las declaraciones dadas por Nora García Pérez, presidenta de la Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas (Aniplant) en Cuba, y del modo en que una frase dicha por esta pasó de largo, ante los oídos de la joven periodista Claudia Rafaela Ortiz Alba, se pueden sacar varias enseñanzas.

Una, que el periodismo cubano está muy mal, pésimo salvo algunos ejemplos, cuando un periodista realiza una entrevista a la presidenta de la Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas (Aniplant) en Cuba y esta le dice así, de manera muy relajada en su cara que ella » hubiera esperado que tres o cuatro personas al menos brincaran la cerca para parar aquello» y la (el) periodista quedarse así, como si nada; como si la frase no encerrase un peligro mayor.

Y antes de abordar esta peligrosa declaración que pasó desapercibida para la periodista, hay que decir que la entrevista dada por la presidenta de la Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas (Aniplant) en Cuba a la revista Juventud Técnica nos deja otra amarga enseñanza relacionada con el inmovilismo. Algo que en su momento, el ex gobernante cubano Raúl Castro calificó como «Jefes de Café con Leche».

Si bien la directora de Aniplant, sobre la que pesan cientos de quejas por parte de la comunidad animalista, pero ella sigue en su puesto, confirmó la muerte del gato que fue víctima de maltrato animal en el Recinto Ferial Rancho Boyeros, en medio de un espectáculo de Fiagrop 2022, varios días después de sucedido el hecho a la pregunta de «cómo encontraron el animal», respondió la funcionaria:

«No lo sé»

Y añade:

«Tampoco sé si agonizó.»

Luego, se dice que de la gata utilizada para «tapar» el gato muerto, «Nora solo sabe que continúa en el Recinto Ferial sin otras noticias.»

Por si fuera poco, se confiesa que tampoco sabía «Cuántos gatos tenía ese hombre para practicar el lazo» y dice que a ella «han llegado denuncias previas sobre incidentes allí, con becerros, con terneros» y que van a indagar.

Es obvio, que la Directora de Aniplant está bastante desinformada y es muy poco conocedora de lo que a todas luces le compete.

Sin embargo, a su frase de «la población está muy indignada», con lo cual hasta pudiera sugerir que ella no lo está; añade otro dislate conformista. Al hablar de la ley de Beneficio Animal firmada a la carrera en la isla, y no precisamente por su labor, sino por el hecho indiscutible y harto conocido por todos de que un grupo de jóvenes protectores valientes les habían plantado cara y hecho pulseo fuerte a las autoridades con dos sendas protestas, una frente a Zoonosis y otra frente al Ministerio de l Agricultura, reconoce con suma comodidad y conformismo, la funcionaria de que la ley es «floja» y «poca»; «pero mientras» es la «que está» y «hay que hacerla valer».

Lo peor llegaría después, cuando – lean bien – la presidenta de la Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas (Aniplant) en Cuba, al referirse a lo sucedido ese día en el rodeo, echa culpas sobre todos, principalmente sobre el público presente, al cual el estado cubano ni la organización que ella dirige y representa, ni el Ministerio de Educación los han enseñado e inculcado en el amor y el respeto a los animales, porque ellos – los funcionarios – no han articulado los mecanismos para hacerlo, y dice:

«“En ese espectáculo había niños, había mucha gente aplaudiendo y riendo, siento mucha vergüenza,» con lo cual, cualquier activista animalista o persona vinculada de cerca al protectorado animal pensaría que ahí mismo renunciaría.

Pero no, la presidenta de la Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas (Aniplant) en Cuba, no renuncia, sino que dice:

«Nadie brincó la cerca.»

Y añade la Directora de Aniplant:

«Al parecer nadie hizo absolutamente nada por defender a esa criatura.»

Para luego culminar con una frase que resume en sí misma, todo el la inacción y el inmovilismo del cual hacen gala la inmensa mayoría de los funcionaris cubanos «cómodos» en la verticalidad y en la espera de decisiones y orientaciones de arriba:

«Yo hubiera esperado que tres o cuatro personas al menos brincaran la cerca para parar aquello”.

Si la la presidenta de la Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas (Aniplant) en Cuba, que tiene toda la potestad del mundo para detener un acto de crueldad animal dice que ella «hubiera esperado que tres o cuatro personas al menos brincaran la cerca para parar aquello”, ya los cubanos pueden tener seguros que su mal, no tiene cura; porque de jefes así que esperan que otros salten y se expresen para saltar ellos, está lleno la isla de Cuba.

¿Qué hubiera podido hacer una persona de a pie? ¿Uno solo, que hubiese saltado?

No lo sabemos, pero podemos especular a que muy probablemente, hubiese sido multado con 3000 pesos por desacato.

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