Díaz-Canel: Más mentiroso que Bruno Rodríguez

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Ya no se sabe quién dice más mentiras: si el canciller o su amo.

Cuando hace 48 horas comparecía en conferencia de prensa el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, miles de cubanos creyeron ciertamente que Bruno estaba bajo los efectos de alguna pastilla -empastillao le dicen- pues la cantidad de mentiras, argumentos falaces, desviaciones del tema y otras fueron tales que quien único lo ha superado en toda la «magnitud de la palabra» ha sido su jefe y amo, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez.

Más mentiroso que Rodríguez ha resultado Miguelito, el llamado «puesto a dedo». ¿Saben qué ha dicho? ¡Que todo eso que hemos visto en imágenes y videos es MENTIRA!

Increíble, pero cierto: en menos de 48 horas Díaz-Canel ha resultado más mentiroso que Bruno; pero no solo eso, con su discurso le está diciendo a millones de personas que nada de lo que han visto es real, sino «fabricado». Y créanme, algunos se lo creen. Ya oí de cierto «revolucionario» que el video visto en las redes sociales, en el que una mujer en Cárdenas muestra como policías, miembros del Ministerio del Interior (MININT) y de las Tropas Especiales llegan a su casa, le dan patadas a la puerta, la derriban y entran con un revólver por delante, está interpretado por «actores».

Así lo «desmintió» el noticiero.

En igual cuerda anda Díaz-Canel entonces. En un inusitado alarde de imaginación o descaro, asegura que nada de lo que hemos visto ha existido. O sea, la foto del miembro de las Fuerzas Especiales fusil en mano dándole las últimas órdenes a un grupo de reclutas del SMO, armados de palos, para ir a reprimir al pueblo, es mentira.

En un video, visto en el NTV, Díaz-Canel dijo, entre otras perlas, lo siguiente.

Para el que perdió la paciencia de verlo y escucharlo, se los resumo: según Díaz-Canel, es falso que el gobierno que él preside esté reprimiendo manifestaciones pacíficas.

«Ese discurso de que el Gobierno está reprimiendo manifestaciones pacíficas o esa petición que hacen de que Cuba o el Gobierno respete la opinión de sus ciudadanos es una total mentira y es una total calumnia», dijo el gobernante cubano delante de una camarilla de funcionarios que acuden regularmente todos los días a escucharle sus «orientaciones» sobre la covid-19 y la economía del país.

Díaz-Canel negó que los manifestantes lo estén haciendo «de manera pacífica», y luego, como es normal en él, echó pestes de los actores externos: entre ellos, las redes sociales.

«Están llamados por el odio que les ha ido inculcando toda esa estrategia de subversión tan indignamente montada, tan perversa, tan malvada, que ha sido montada en las redes sociales», manifestó Canel, pues en Facebook, Twitter, Instagram, etc. «se pretende construir una realidad» que Cuba no está viviendo. Posteriormente instó a sus acólitos a dejar las redes y concentrarse en ver el NTV y leer el oficialista Granma.

El gobierno, planteó el mandatario, está dando «información transparente de lo que está pasando».

Sin embargo, un análisis a fondo de lo dicho por Díaz-Canel nos incita a pensar en que «el Diazca» -como también se le conoce- no está jugando limpio entre lo que dice y cree.

Y es que sus palabras de que Cuba algún día denunciará «que los que se plegaron en este momento a esas campañas lo hicieron apoyando el terrorismo», sugieren que se tomarán medidas en tribunales contra cualquiera que haya sido detenido y -permítaseme decirlo- por ejemplo, no está claro ni nunca lo estará -pues lo conozco- ¿por qué detuvieron al joven realizador cubano Manuel Rodríguez Yong, y lo lanzaron por los aires, cual saco de papas, a la parte de atrás de un camión?

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De igual modo, y queriéndolo muy implícitamente, Díaz-Canel ha revelado claves de que para él las protestas no son una sola, sino dos: las violentas y las no violentas, aunque el trasfondo es el mismo; el origen tiene una misma causa. Una causa que tiene 62 años. Y también que para él hay dos pueblos: el revolucionario y el contrarrevolucionario. Uno merece vivir en Cuba y ser gobernado bajo su bota; el otro que se largue. O que muera. No hay ni atisbos de inclusión.

Así se entiende todo. Desde las mentiras de Bruno Rodríguez «Pastilla» de que no ha sido el gobierno cubano quien cortó la internet en la isla, pasando por su argumento a lo Fidel Castro de «peores escenas he visto yo en Europa», hasta lo dicho ahora por Díaz-Canel, de que ellos no están actuando contra nadie sino que defienden al pueblo.

Realmente no sé cómo puede entenderse esto último, pero por si lo han olvidado, el pasado domingo Díaz-Canel dio unas órdenes muy similares a dos que tiempo atrás dio el difunto Fidel Castro.

Órdenes «mal intepretadas» que generaron violencia entre los cubanos

«Sorprendido» por las circunstancias de lo sucedido en los campamentos de las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP) -especie de campos de concentración creados por el difunto mandatario para castigar con labores productivas a ciudadanos con «conductas antisociales» en medio de una Revolución, homosexuales incluidos-, dijo Fidel Castro años después que «él mandó a parar todo eso» pues sus instrucciones habían sido «mal ejecutadas».

Curiosamente, sus instrucciones dadas en el 80´, cuando llamó al pueblo «revolucionario» -nótese la similitud aquí sobre todo- a «manifestarse» contra aquellos que querían irse del país, también fueron malinterpretadas.

Según él, año 1980, muchos días después de tomada la embajada de Perú y comenzado el éxodo, cuando imágenes y testimonios de cubanos golpeados con palos, piedras, mangueras, por parte de «otros cubanos», bajo la mirada complaciente de agentes del MININT, le llegaron a su oficina, él también mandó a parar todo eso, porque ¡otra vez! sus órdenes habían sido mal interpretadas; como si el mero hecho de acosar a una persona por tan solo querer irse del país no fuera condenable, pero los golpes sí.

Pues el domingo, Díaz-Canel hizo un llamado a los defensores, cuando les pidió «salir a la calle a defender la Revolución», que no se puede interpretar de otra manera como esta: autorizar a los defensores del sistema -y suministrarles las armas, además (palos)- para reprimir a los manifestantes en la calle.

“Estamos convocando a todos los revolucionarios del país, a todos los comunistas a que salgan en las calles en cualquiera de los lugares donde se van a producir estas provocaciones, desde ahora y en todos estos días. Y enfrentarlas con decisión, firmeza y valentía”, arengó durante una transmisión especial de la televisión nacional.

Un llamado al enfrentamiento entre cubanos, que ahora si le preguntan a él diría que no. Seguramente diría que este video estaría fabricado, sería mentira, y que esto no fue lo que él pidió.

Esa misma idea la reiteró en Twitter -ah, las redes sociales que él tanto condena y le pide a sus seguidores que no se «intoxiquen» con ellas- para seguir ordenando lo mismo; para seguir autorizando la represión de las fuerzas policiales.

“La Revolución Cubana no va a poner la otra mejilla a quienes la atacan en espacios virtuales y reales. Evitaremos la violencia revolucionaria, pero reprimiremos la violencia contrarrevolucionaria. Quien ataca a los agentes del orden ataca al país”, expuso en Twitter el mandatario.

Debido a su incitación al odio, el Movimiento San Isidro (MSI) pidió denunciar la cuenta del gobernante Miguel Díaz-Canel en Twitter.

La violencia desatada desde el domingo, la historia de lo sucedido en Cuba, en el pasado, con otras «órdenes» dadas por Fidel que «se malintepretaron» -hay que ser descarados- amparan el reclamo legítimo del MSI para que Twitter, que ya dejó sin cuenta a Donald Trump tras otra orden «mal interpretada», deje sin cuenta a Díaz-Canel.

Esta vez, los cubanos se organizan. ¿Se quedará el «Díazca» sin el pajarito azul?

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