Cubano sigue sin refrigerador, aunque consiguió la pieza

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«Ni porque consiguió la pieza…», así titula el oficialista Juventud Rebelde la queja de este cubano

Un cubano, Alberto Paneque Montero, residente en Calle 7 no.42, altos, entre Avenida Milanés y Bayamesa, Reparto Camilo Cienfuegos, en la hermosa, hospitalaria e histórica ciudad de Bayamo, está viviendo una situación tan extraña con su refrigerador, que no solo se trata del agua caliente que se está tomando, sino de que además es muy amarga.

Es amarga porque amarga es la situación de este cubano. Porque es amargo sentirse desamparado; sin protección como consumidor.

Alberto compró un refrigerador en dólares, en una tienda MLC, y este presentó problemas. Y el refrigerador estaba en garantía.

Sin embargo, estar en garantía no le ha servido de mucho a este cubano, que lejos de cruzarse de brazos se dio a la tarea de conseguir la pieza defectuosa porque -misterios inentendibles de Cuba- la empresa reparadora no pudo afrontar esa tarea.

Resumiendo: desde el pasado 21 de abril Alberto anda con los nervios crispados. Súmese a ello el hecho de que dos meses después de haber hecho el reporte, y con la garantía «andando», ningún técnico había ido a visitarle.

Un mes después de haber reclamado que en dos meses nadie había ido a su casa, se apareció el técnico. Este dictaminó que el equipo botaba el gas. Necesitaba un «fitting». Una pieza como esta de aquí debajo.

 «Si él lo conseguía, ellos se lo instalaban y el refrigerador quedaría como nuevo», le dijo el técnico.

Con el «fitting» en la mano, y el refrigerador parado

Resuelto el «fitting» con una amistad, lo más lógico es que le reparasen el refrigerador pero…

Cuando llamó nuevamente a la empresa encargada de la reparación le comunicaron que ¡tenía que llevar el refrigerador! Alberto vive en un segundo piso.

Tenía además que conseguir el transporte. Entonces le prometieron que se haría el trabajo en su casa, sin necesidad de que él llevase el refrigerador -aún en garantía- al taller.

Sin embargo, todavía no ha ido nadie a su casa a ponerle el «fitting» al frigidaire (como diría cualquiera de nuestros abuelos).

«Ha transcurrido tiempo y todavía nada. He visitado el taller y he recibido muchas evasivas: Que si hubo cambio de director, que si no tienen gas, que si no hay combustible… y otras más que ni voy a mencionar».

«En mis reiteradas visitas a este lugar he podido constatar el descontento de varios clientes con este taller, pues al igual que yo llevan meses esperando ser atendidos. ¿Para que te hacen esperar en la tienda para llenar la garantía cuando compras, si eso no cumple ningún objetivo? Qué tipo de garantía tiene el cliente en Bayamo si te tratan como si te estuvieran haciendo un favor y no como si fuera parte de un contrato que deben cumplir?», expresa el cliente insatisfecho.

Ahora de seguro se creará una comisión que investigará lo sucedido y en un santiamén le pondrán el «fitting» al refrigerador de este cubano, que consiguió una pieza y soñó con un arreglo y volver a tomar agua fría. No tan amarga.

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