El escritor cubano Jorge Fernández Era denunció que su número telefónico fue puesto en un anuncio para la venta de huevos en Revolico, presuntamente por las autoridades de la isla, como una suerte de hostigamiento por la notoriedad que alcanzó su reciente detención por motivos políticos.
“Ya no tienen qué inventar. Resulta que ahora vendo cartones de huevo. Me han llamado un montón de gente y me han hecho más agradable el día”, escribió el exintegrante del grupo humorístico Nos-Y-Otros, mostrando una captura de pantalla del sitio Revolico, en el cual aparece como el supuesto vendedor de huevos, a mil pesos el cartón.
Al parecer intrigado por los recurrentes llamados, el escritor googleó las palabras “huevos” con su número telefónico, y apareció el anuncio de marras. Podría tratarse de un “troleo” o una “corrida de máquina”, pero la reciente detención del escritor y el escándalo que derivó en su liberación luego de cinco horas sugiere la posibilidad de que se trate de un intento de achacarle algún delito.
De hecho, varios foristas reaccionaron a la publicación entre la incredulidad, la risa y el espanto. Uno reveló que el día de la detención de Fernández Era le dijeron que al también periodista lo habían cogido preso por vender huevos en el parque. “Parece planeado”, alertó.
Otros comentaristas señalaron que el anuncio ofertaba los huevos más baratos de lo que suelen estar en el mercado negro, con el presunto propósito de que llamaran más a Fernández Era, en una suerte de tortura sicológica. Salieron a relucir, además, otros ejemplos de “anuncios” similares con los datos de personas en el ojo de las autoridades, por sus críticas al sistema.
“Si el operativo cae, comprueba que me quedan tres. Espero consigan los huevos para echarle encima”, acotó Fernández Era, recurriendo una vez más al humor corrosivo, suerte de mecanismo de defensa que, a la vez, desnuda a sus perseguidores.
Fernández Era escribe columnas de opinión y humor político en el portal La Joven Cuba, y sus críticas al reciente proceso electoral en el país le valió varias citaciones del Ministerio del Interior, a las cuales no asistió por irregulares en el procedimiento, y apelando a sus derechos constitucionales, por lo cual fue detenido en días recientes.
Tras el episodio rompió con el cineasta y escritor Eduardo del Llano, su viejo amigo de infancia y secuaz de múltiples proyectos artísticos, a quien acusó de “doble moral” y de sacar provecho de su detención, “dibujándose como el preocupado socio que llama a todo el mundo enterándolo de que Era está preso y de que, a pesar de nuestras diferencias, me quiere un montón y no desea mi mal”.
Del Llano se limitó a responder que no entraría en “tiradera”, que sigue considerando a Fernández Era un hermano, aunque él reniegue de su vínculo. “Es su derecho. Esas cosas pasan”, concluyó.
