Gobierno cubano “blinda” el Ministerio de Cultura

Alpidio Alonso y Fernando Rojas, ministro y viceministro, vuelven a quedar al descubierto. Nada de diálogo. El Ministerio de Cultura no parece aceptar más reclamos

No parecen dispuestos para ningún diálogo, pese a que el viceministro Fernando Rojas dio su palabra. Los alrededores del Ministerio de Cultura han amanecido bien “blindados”.

En Facebook, el artista cubano Reynier Leyva Novo posteaba una foto con este texto: “Así amanece la cuadra del #MINCULT esta mañana… el cerco se hace extensivo a los demás accesos al ministerio y brigadas de trabajadores con overoles celular en mano merodean por el lugar”.

En los comentarios a la publicación de Leyva Novo, otros cubanos expresaban sus pareceres: “La dictadura tiene miedo ellos saben que en cualquier momento se rompe el corojo”; “Ellos mismos están presos, desde hace tantos, tantos años, que ya ni siquiera pueden entender que los otros quieren ser libres”, “muy triste, decepcionante como siempre, lo único que van a lograr es decirle a el mundo entero que no tienen palabra, bueno una vez más”.

Desde ayer en la tarde en redes sociales se hablaba de ciertos movimientos por la ciudad de camiones con boinas negras al tiempo que se preparaban otros actos “espontáneos”, como el del Parque Trillo.

Este ambiente, cargado, intentaba contrarrestarse hoy desde el portal oficialista Cubadebate. El fotorreportaje “La Habana que vivió este lunes más allá de las redes sociales”  procura camuflar los gritos de libertad desde dentro de la isla que han encontrado apoyo hasta en otras latitudes.

Si todo es tan normal en la capital de Cuba, ¿por qué permanecen cerrados todos y cada uno de los accesos al Ministerio de Cultura? ¿A qué le temen? ¿A nuevas huelgas como las de Damas 955 o a jóvenes exigiendo ser escuchados durante largas horas, sin cansarse?

En su último artículo para The Washington Post, el periodista independiente Abraham Jiménez Enoa escribía: “En los últimos días el Movimiento San Isidro le ha hecho un desnudo al régimen cubano. Se le ha parado de frente, como pocas veces sucedió, y lo ha hecho posar en su estado más puro. El resultado es un retrato de época que conocemos desde seis décadas atrás, pero que ahora con la ayuda de internet sacudió el polvo, ganó en nitidez y alcance: el horror, como método coercitivo de Estado, para imponer la dominación”.

Andreu Romero

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