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Cuba

Blanca Rosa Blanco entra a la polémica sobre San Isidro

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Blanca Rosa Blanco dijo además que seguirá confiando en el diálogo y en la responsabilidad que tienen los artistas con el pueblo cubano, con la nación y con la Patria.

La afamada actriz cubana Blanca Rosa Blanco decidió aportar su granito de arena con relación a la polémica del momento en la isla: El Movimiento San Isidro y el respaldo que a este le dieran un grupo de artistas e intelectuales cubanos.

Blanca Rosa Blanco en las últimas horas defendió la importancia de la libertad de expresión y la diversidad de criterios en Cuba, a través de una publicación en Facebook donde expresó: “Nada puede detener el ejercicio del pensamiento diverso. Respetuoso y legítimo”.

Blanca Rosa, al parecer estuvo allí, llegó después, como la mayoría de los presentes, y aunque llegó tarde dice que pudo ver de cerca “en cada uno de los que estaban allí un nuevo pensamiento, una nueva generación”.

“Vi a otros que no se han cansado, esos también estaban”, expresó la querida artista y también directora de cine.

Su mensaje fue publicado el sábado, y dijo además que seguirá confiando en el diálogo y en la responsabilidad que tienen los artistas con el pueblo cubano, con la nación y con la Patria.

Sin embargo, mientras ella publicaba su reflexión, desde las altas esferas de la dirección del país se pensaba “otra cosa”.

Ese día, temprano en la mañana, la página oficial en Facebook del Ministerio de Cultura de Cuba violaba algunos de los “acuerdos” alcanzados horas antes con los artistas, sobre todo el referido al cese de la difamación y la injuria contra ellos.

Poco le faltó al MINCULT sacar otras “cuatro latas de atún”, y demostrar un vínculo, entre los artistas presentes y “el enemigo a 90 millas”.

De eso se encargó la Seguridad del Estado, con su aparato de trolles cibernéticos y periodistas mal pagados por el gobierno. En el colmo del paroxismo llamaron al tal “Mauro Torres” periodista independiente, cuando es harto conocido que Mauro Torres es un perfil falso de la Seguridad del Estado, que ni es periodista ni es independiente; aunque sí un individuo con mucha suerte, que lo mismo le da “de casualidad” una botella a la enfermera que atendió al policía herido por el asesinado Hansel Hernández el pasado 24 de junio, que le cae en la mano un vale de compra, de 4 latas de atún, hecho a favor de los que se encontraban recluidos en la sede del movimiento de San Isidro, en La Habana Vieja; algunos en huelga de hambre.

Ya, en ámbitos “más arriba”, el gobierno cubano acusó a Estados Unidos de injerencia en los asuntos internos del país, por su apoyo a los huelguistas del Movimiento San Isidro.

Carlos Fernández de Cossío, director general para EE.UU. (Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba), compareció en la televisión cubana para “demostrar”, una supuesta actividad subversiva de la administración estadounidense en Cuba, en complicidad con el Movimiento San Isidro.

Carlos Fernández de Cossío no aportó ninguna prueba testimonial, más allá de algún tuit de respaldo, aunque no cesó de hablar de incitaciones desde el exterior a realizar acciones terroristas.

Según el alto funcionario, al que se sumó el canciller Bruno Rodríguez Parrilla en conferencia de prensa y en Twitter, Luis Manuel Otero Alcántara vendría a ser algo así como “el terrorista” más comebola de la historia. Un hombre que se vendió al imperio, por cuatro latas de atún que nunca se comió.

por Ariel P.



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