Un reportaje reciente del medio Univisión nos muestra a las claras cómo la ciudad de Hialeah, Florida, se enfrenta a una creciente crisis migratoria que ha llevado a muchos de sus recién llegados, especialmente migrantes cubanos, a vivir en condiciones extremadamente difíciles.
El medio hispano señala que ante la escasez de viviendas asequibles y los altos costos de alquiler, algunos han optado por dormir en sus autos y vivir en las calles, una realidad sombría reflejada en un reciente reportaje de Univisión. La renta de un «efficiency» en Hialeah puede alcanzar los $1,300 dólares, una suma inasequible para muchos migrantes que apenas están comenzando su vida en Estados Unidos.
Un cubano recién llegado entrevistado dijo que él prefiere «dormir en una camioneta que pagar una renta», y dijo que «hay quien paga 1,800 dólares”.
La situación ha llevado a que muchos migrantes hayan conocido el rostro más duro del llamado sueño americano durmiendo en camionetas estacionadas, bajo puentes o al lado de autopistas, en un intento por ahorrar dinero para un futuro mejor.
A decir verdad no es una situación nueva aunque, la masiva llegada de cientos de miles de inmigrantes – tan solo cubanos se calcula hayan llegado más de medio millón en tres años – ha hecho que el problema luzca más serio. El 75% de los cubanos que llegaron a Estados Unidos en los últimos dos años eligieron asentarse en el sur de la Florida, con un estimado de 80,000 estableciéndose en Hialeah.
Sin dudas, se está viendo gente pidiendo limosna en mayor número, incluso familias con niños pequeños y gente durmiendo en las calles.
Ernesto García es un cubano, amigo de este redactor, quien durmió dos meses en una camioneta. Rafael Rodríguez, y su esposa e hija, también amigos de quien escribe vivieron dos años en un efficency pequeño, en Hialeah precisamente, por el cual pagaban 400 dólares en el año 2011. Dos años después se compraron su primera casa. El efficency que alquilaron entre el 2011 y el 2013 ahora está en 1100 dólares.
«Es súper pequeño, por eso está tan barato», dijo Rafael en una llamada telefónica.
Todo esto ha generado un impacto significativo en los servicios públicos, las escuelas y el mercado laboral de la ciudad. «Se ha vuelto muy difícil vivir aquí, abundan más las personas que los trabajos», explicó Antonio, un migrante cubano que busca empleo diariamente.
La administración de la ciudad, liderada por el alcalde Esteban Bovo, ha reconocido la gravedad de la situación y busca soluciones, incluida la posibilidad de solicitar ayuda federal.
Los talleres sobre inmigración realizados por la ciudad buscan determinar el impacto real de la afluencia masiva y cómo apoyar a la comunidad migrante recién llegada. «No es algo antiinmigrante, sino una forma de saber cómo apoyar a esa comunidad que está llegando», afirmó Bovo.
Bovo recientemente firmó una ley que prohibía la presencia de dos o más trailers en los patios de las casas, pues muchos migrantes se encontraban viviendo en estos.
Otros incluso, vivían en botes que están dentro de los patios. Algunos en la parte delantera de la casa.
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