La Habana contará con un sistema de bicicletas públicas, cuya primera fase se implementará antes que finalice el año en curso. El objetivo, además de ayudar a la preservación del medio ambiente, será aliviar el escaso transporte público de la ciudad.
Los motivos de uso por trabajo o estudio serán los principales a tener en cuenta por las autoridades, según dijo a la Agencia Cubana de Noticias Reinier Campos Pompa, el jefe de Desarrollo de la Dirección General de Transporte Provincial de La Habana.
Además detalló en que se buscaba fomentar el uso citadino de ese medio de transporte no contaminante. Para ello se ideó un programa desde la Universidad Tecnológica José Antonio Echeverría (CUJAE), que contará con un total inicial de seis cicloestaciones. Dos de ellas estarán ubicadas en la zona de Reloj Club y las otras cuatro estarán disponibles en el conocido corredor Fontanar-Abel Santamaría-Wajay, perteneciente al municipio de Boyeros.
El sistema público iniciará con 300 bicicletas mecánicas operadas por la marca Inteliforja, las cuales fueron ensambladas en la empresa nacional Narciso López Roselló y que a decir de los especialistas se hallan provistas de un “diseño especial y tratamiento planificado de mantenimiento”.
La estación central para estos medios de transporte estará ubicado en la propia CUJAE, pero según indicaron los expertos la idea es que permanezcan allí el menor tiempo posible y que circulen de manera constante para ayudar a resolver los graves problemas con la transportación de pasajeros en la ciudad, sobre todo los profesionales y estudiantes.
En abril pasado se estableció la peor crisis de la última década en los servicios de transporte público, de acuerdo con las declaraciones de la viceministra primera del sector, Marta Oramas Rivero. Aun hasta hoy, la disponibilidad de vehículos resulta muy inferior a la demanda de pasajeros que se mueven a diario en la ciudad y que ascienden a más de 500 mil personas.
Ante la grave situación fueron los propios miembros del gobierno provincial en La Habana, quienes llamaron a la población a establecer el uso de la bicicleta, una necesidad que estuvo muy de moda en Cuba durante la década de los noventa. En ese contexto, varios negocios y emprendimientos locales favorecieron el uso de ciclos y ciclomotores para el traslado de personas y para los negocios de mensajería que también se hallan en alza en la ciudad.
Además de las bicicletas, cuyos precios en el mercado nacional solo están disponible en Moneda Libremente Convertible, las motorinas eléctricas han venido a ocupar un importante puesto en la transportación de personas y recientemente fue aprobada su exportación desde los Estados Unidos, algo que seguramente llegará a beneficiar a muchos cubanos que cuentan con alguna vía de ingresos desde esa nación.