Algo raro hay con esta declaración a destiempo del embajador de Cuba en China sobre el tema Xiaomi. ¿Será que teme que Apple y Samsung hagan lo mismo?
Lo de la agencia oficialista Prensa Latina y lo del embajador de Cuba en China, Carlos Miguel Pereira, no tiene precio. El medio divulgó hoy el rechazo manifiesto del embajador cubano en ese país al bloqueo de celulares en Cuba protagonizado por la compañía Xiaomi, ¡horas después que el asunto se resolviese!
Resulta rara esta nota de la oficialista Prensa Latina por varios motivos. Sobre todo por las palabras del embajador de Cuba en China, ese país asiático tan «solidario» con la isla caribeña.
Como muchos cubanos recordarán, la pasada semana Xiaomi bloqueó de golpe miles de sus teléfonos en propiedad de ciudadanos de la isla -que los han comprado por diversas vías- y muchas horas después reactivó el servicio.
Ayer, el diario Global Times recogió declaraciones de un portavoz de Xiaomi en las que citaba «problemas de seguridad de clientes», y un intento de evitar el contrabando de sus celulares «en el mercado gris». El portavoz dijo que después de haber hecho las verificaciones correspondientes, se reactivó el servicio, y negó que hubiese un interés en perjudicar un sector específico: en este caso, los ciudadanos de Cuba, o del resto de otros países en una lista, que incluye a Sudán, Siria, Irán, Corea del Norte y la República de Crimea.
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No está claro por qué Prensa Latina saca ahora las declaraciones del embajador de Cuba en China, y en las que se lee:
«El diplomático se opuso a la decisión porque singulariza al país caribeño ‘en listas espurias y promueve acciones como bloqueo de dispositivos sin un fundamento legal’ y en claro apego al cerco económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos desde hace más de medio siglo».
Evidentemente el embajador lucía perdido en el tema, porque nada tiene que ver EE.UU. con lo hecho por Xiaomi, pero luego tiró otra «perla»:
«Se trata un claro ejemplo de singularización y estigmatización que contradice la postura firme del PCCh (Partido Comunista de China) y del gobierno chinos en este importante tema»
Lo más cutre vino después. Cuando manifestó que «la alusión a la presencia en Cuba ‘de un mercado gris asociado a dispositivos Xiaomi, es injusta e inexacta, dado que el consumo de estos dispositivos es privado e individual, en tanto esta compañía no cuenta con representación local ni Cuba es parte de un proceso de exportación'».
El embajador de Cuba en China no aporta información alguna (eso sí, repite el discurso del papagayo perdido en un desierto), por cuanto él desconoce la cantidad de celulares Xiaomi que hay en Cuba -se habla de que la cifra está entre 800 mil y 1 millón- y tampoco hace referencia a un detalle clave: en Cuba miles de cosas son ilegales, se entran al país ilegalmente y se comercializan ilegalmente.
En el caso de los celulares, es muy probable que tenga él razón al decir que el Estado no participa de esta maniobra, pero en el mercado informal hay mucho y variado que asombraría al mismísimo embajador cubano en China. Otra cosa es que sean todos o la mayoría ilegales. ¿Conoce él cuántos de esos son Xiaomi producidos globalmente? ¿O cuántos fueron producidos para China y se usan en Cuba? Paradójicamente, Xiaomi tiene todo el derecho a hacer lo que hizo.
Evidentemente, además, esa mezcla de compañías privadas con gobiernos extranjeros hizo lucir pésimo al embajador y peor aún a una agencia como Prensa Latina, que debió haber recogido las declaraciones del embajador cubano en China antes y no después de que Xiaomi se pronunciara.
¿Y si el embajador cubano en China está preocupado porque «la Revolución se defiende en las redes» con celulares de dudosa procedencia? ¿Acaso él intuye que tras este «xiaomizazo» vendrá una acción similar de Apple? ¿O de Samsung?
No sabemos si el embajador está preocupado por los celulares que se bloquearían en Cuba si se descubriesen que son «ilegales». Incluso -repetimos- se desconoce cuántos celulares funcionan ilegalmente en Cuba. De EE.UU. desbloqueados de manera «pirata» hay miles.
Un detalle que no se nos escape. Tal vez y hasta el embajador cubano en China esté preocupado porque a los cubanos les dé por investigar el pasado de Xiaomi. Y descubran que en apenas 10 años un emprendedor privado logró colocar a su empresa entre los tres más grandes vendedores de smartphones en el mundo. Eso sería «un mal ejemplo» para los cubanos emprendedores, y tal vez el embajador esté intentando evitar otro 11 de julio.
