Primero fue el hombre de hierro. Ahora es el hombre de palo. Y este último como el primero también se da golpes en el cuerpo para demostrar que es inmune al dolor. La diferencia es que usa un palo en vez de la mandarria del de hierro.
Y manda mensajes a los cubanos. «El hombre de palo cubano», dice mientras se golpea los brazos, los nudillos, los antebrazos, la frente. «Esto fue un entrenamiento en casa del hombre de palo cubano», repite y sigue exigiéndole al cuerpo con un palo.
El video tiene miles de reproducciones. Al parecer este muchacho tampoco siente dolor al golpearse con un palo diversas partes de su cuerpo. O si lo siente lo disimula muy bien para emular al de hierro. Todo indica que si las cosas siguen como van en cualquier momento saldrá un ejército de superhéroes con superpoderes para conquistar el mundo desde Cuba.
El de palo se está convirtiendo en una nueva sensación en las redes sociales. Y el de hierro no ha dejado de serlo. Está ayudando a cubanos que viven en situaciones precarias y necesitan de ayuda económica y de recursos. Y a cada rato hace sus ejercicios en las redes para demostrar que sigue siendo el de hierro. Incluso escribió al pie del video del de palo que la gente en nombre suyo se está convirtiendo pero no específica en qué.
La ciencia tiene una explicación para la condición del hombre de hierro y quizá le sirva también al de palo. Dice la ciencia: “Se llama insensibilidad congénita al dolor y es una enfermedad en la que el sistema de transmisión del dolor no funciona de manera adecuada. Se trata de una patología muy rara cuya prevalencia no se conoce de forma exacta”.
Y añade la ciencia: “La insensibilidad congénita al dolor puede deberse a diversas razones, aunque todas ellas comparten un mismo origen: el genético. En este sentido, las causas más frecuentes son por una mutación en un canal de sodio (Nav 1.7, codificado por el gen SCN9A) o en un receptor para un factor de crecimiento nervioso (TrkA, codificado por el gen NTRK1). En cualquiera de los dos casos, “las neuronas encargadas de transmitir el dolor, los llamados nociceptores, no funcionan de manera adecuada y no son capaces de transmitir el impulso nervioso con normalidad».
Lino Tomasén Camacho, que es el nombre del de hierro, dice que se da 1000 golpes diarios desde los 15 años con un mazo y no siente dolor. Lo hace para mantener su fuerza y bien visto parece que eso de martirizarse le ha dado buen resultado. Ahora bien, no sabemos en qué se basa el entrenamiento del de palo, pero sí parece que quiere seguirle los pasos al bueno de Lino. Aunque, lo sabemos, no es lo mismo el palo que un hierro.
Por lo pronto esperemos que no salga uno a decir que es inmune a las balas o que se come los sables porque ya la cosa se tornaría bastante seria y La Habana podría convertirse en cualquier momento en una Gotham City. Pero con un hombre de hierro y otro de palo.
