Cuba y la reescritura del Maleconazo por la prensa oficialista

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Veintisiete años después, voceros de la prensa oficialista «dibujan» los sucesos del 5 de agosto de 1994: versionan el Maleconazo

Quizás la prensa oficialista pueda confundir con esta versión del Maleconazo a los que aún no habían nacido, a quien no haya nacido en la isla o a esos eternos enamorados de la llamada Revolución de 1959. Quizás.

Han pasado 27 años. Aquel día, en medio del Período Especial, los cubanos se lanzaron a la calle hastiados de penurias. Varias publicaciones hoy en redes sociales rememoran lo acontecido el 5 de agosto de 1994.

Hoy el diario oficialista Juventud Rebelde, bajo la firma de Mileyda Menéndez Dávila -quien según su perfil en Ecured nació en 1968- publica un texto sobre el Maleconazo que titula «El heroísmo de la paz«.

Se lee en un fragmento de lo escrito por Menéndez Dávila, que en el 1994 tenía ya 26 años: «el 5 de agosto… supimos de la tiradera de piedras a las tiendas recaudadoras de divisas y las bravuconadas ¿espontáneas? en varias calles habaneras. ‘Tranquila —le decía un vecino. Es lo mismo que hicieron en el 80 con las embajadas, creando escándalos y haciéndose los héroes del anticomunismo; y míranos aquí, resistiendo. Parece que quieren otro Mariel y por eso siguen los enredos migratorios'».

Más adelante la periodista oficialista -como si hablara de las recientes manifestaciones en la isla- retoma la idea de que algunos eran confundidos y que el principal responsable, hasta de que el Sol saliera el 5 de agosto de 1994, es el archiconocido bloqueo:

«Los disturbios… que los medios dieron en llamar el Maleconazo, movieron a miles de apátridas e ingenuos, ahogados por la difícil supervivencia o ilusionados con lejanas zanahorias del mismo Gobierno estadounidense que intensificaba los palos del bloqueo para extender la crisis económica interna y provocar un estallido que justificara su invasión y sus sueños de refundar la Cuba deseada para su traspatio».

Otra reescritura se lee también en el oficialista Granma, «Del 5 de agosto de 1994 a hoy: Fidel Castro y la política como contragolpe«. Iroel Sánchez, «destacado» entre los voceros de la dictadura, versiona así el Maleconazo:

«El grupo que se había concentrado allí –cuadros y trabajadores de distintas dependencias de la UJC, entre los que me encontraba– comenzó a desplazarse gritando consignas revolucionarias, de las cuales la más repetida era ¡Viva Fidel! Aún en minoría, comprobamos cómo íbamos ganando terreno, unos observaban en silencio y otros retrocedían, las piedras llovían a nuestro alrededor, pero nadie se nos enfrentaba directamente, y así llegamos hasta la esquina de Prado y Malecón, a donde vimos arribar camiones del Contingente Blas Roca, uno de sus integrantes después supimos que perdió un ojo ese día, impactado por objetos que le lanzaron desde un edificio cercano».

Casi tres décadas después, el pasado 11 de julio cuando los cubanos salieron a las calles en protestas, el discurso desde el poder fue el mismo: no eran cubanos cansados de la miseria, eran vándalos, delincuentes, mercenarios pagados por el imperio.

Puede leer también: 1ra Secretaria de la UJC justifica marcha de «celebración»

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