El anuncio de la reanudación de deportaciones masivas de migrantes venezolanos por parte del gobierno de Joe Biden ha destapado la preocupación de miles de cubanos que se encuentran en un «limbo» en su estatus migratorio dentro y fuera de Estados Unidos.
Aproximadamente 50.000 ciudadanos de Venezuela cruzaron ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México sólo en septiembre, según reportes de la prensa norteamericana que califican de «cifra record» esta estadística preliminar filltrada por el Departamento de Seguridad Nacional.
La administración Biden ha deportado a México a 17 mil extranjeros desde mayo, indicaron autoridades del DHS. Blas Nuñez-Neto, encargado de la política fronteriza del DHS, dijo que desde el 12 de mayo se ha deportado a México a más de 17 mil individuos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela desde la frontera.
Los venezolanos son considerados como el grupo más grande de extranjeros localizados en la frontera entre México y Estados Unidos.
El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el cubanoamericano Alejandro Mayorkas, calificó la nueva medida como una de las “consecuencias estrictas” que el gobierno de Biden aplica en paralelo a la ampliación de las vías legales para los solicitantes de asilo.
Su comentario lo hizo desde Ciudad de México, donde participó en una reunión bilateral con sus pares mexicanos y otros altos funcionarios estadounidenses, incluido el secretario de Estado, Antony Blinken.
En un giro inesperado en la política migratoria entre Venezuela y Estados Unidos, ambas naciones anunciaron un acuerdo para facilitar la repatriación de ciudadanos venezolanos que se encuentran en territorio estadounidense. Funcionarios estadounidenses negaron que se trataba de un cambio de política de Washington hacia el regimen de Maduro.
La decisión afectará a aquellos migrantes que llegaron a territorio estadounidense después del 31 de julio y que no califican para un programa de ayuda humanitaria.
Las deportaciones son una “pieza clave” para estabilizar el fenómeno migratorio en la región, estimó Blinken quien instó a otros países de la región a expandir las vías legales para absorber a los migrantes, buscando reducir la presión sobre los Estados Unidos.
De acuerdo con cifras oficiales, se estima que hay cerca de 550 mil venezolanos en Estados Unidos.
El sistema migratorio de EE.UU parece rebasado al igual que el de México.
Sólo en lo que va del año el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha deportado a cerca de 45 mil migrantes que se encontraban de manera ilegal en México. Esta cifra es 23 por ciento mayor a la registrada el año pasado, de acuerdo al Insututo Nacional de Migración.
La entidad informó que entre el 1 de enero y el 3 de octubre de este año, han sido identificados 1.566.948 extranjeros irregulares en su territorio, a través de acciones de control y verificación migratoria a nivel nacional.
En un comunicado dijo que de ese total 138.251 son menores de edad y que México busca que los gobiernos de Cuba, Brasil, Colombia, Nicaragua y Venezuela acepten los vuelos de retorno de sus migrantes desde territorio mexicano. El INM informó que ya hace las gestiones diplomáticas con esos países.
También se conoció que será el 22 de octubre la reunión convocada por México con los cancilleres de los 10 principales países expulsores de migrantes en la región entre ellos Cuba.
«Las acciones que emanen de este encuentro tienen que tener resultados palpables y de inmediato”, señala el comunicado del INM.
También se supo que más de 30 mil migrantes, cubanos entre ellos, llegarán a Tapachula en próximos días luego de su tránsito por Centroamérica, de acuerdo al director de la organización internacional «Pueblos Sin Frontera», Irineo Mújica Arzate.
«Será el éxodo más grande que se tenga registrado en una sola movilización» dijo al medio El Orbe.
Entrevistado a su llegada a Tapachula, señaló que hizo un recorrido desde Venezuela hasta Guatemala y se encontró con miles de indocumentados que ya han dejado sus países de origen y se dirigen hacia Chiapas.
«Es un descontrol total y no creo que esta sea una migración saludable, en especial para las mujeres embarazadas», porque asegura que le tocó ver a quienes estaban pariendo o abortado en el camino, sin que nadie las ayudara.
