En 2020 los medios oficiales cubanos reseñaban el regreso de la inolvidable Jacqueline Arenal a las pantallas cubanas. La hermosa actriz que había sido Verena Contreras en una de las telenovelas más vistas e inolvidables del país, Tierra Brava, anduvo triunfando en Colombia pero volvía a los medios nacionales con la misma pasión y profesionalismo que ya se le conocía.
Jacqueline fue por muchos años la esposa de MIjail Mulkay, otro recordado actor de cine y televisión en Cuba quien radica ahora en Miami y con el que tiene en común una hija. La mejor obra de la actriz cubana, ha dicho, es su hija, la cual no solo heredó la belleza de su madre, sino también la pasión por el arte. Tanto a la madre, como a la hija, es algo que les corre por las venas.
Además de bella, Jacqueline es también una artista de notable cultura. Su padre es Humberto Arenal, un escritor y dramaturgo de probado renombre en el país y su madre fue la actriz Marta Farré. Ella admite que terminó haciéndose artista gracias a sus padres, pero el talento indiscutible, aunque le pudo ser cultivado después, se nota que le vino en los genes.
También con su hermana Marta Díaz a quien todos conocen por Riri y es la directora artística del grupo infantil Okantomi teatro, Jacqueline se integró hasta hoy en el apasionante mundo de las tablas y en el reto que es crear una obra para niños. Hasta hoy, la actriz comparte con entusiasmo los estrenos y presentaciones de ese grupo y las recomienda con el mismo entusiasmo que sus estrenos en Netflix.
Precisamente este año, la cubana ha sido parte de Pálpito, una de las series más populares de esa plataforma y la más vista de habla no inglesa. Según lo que publicó la actriz hace unos meses en su cuenta de Instagram ya se alistan detalles para una segunda temporada en la que también dará vida a uno de los personajes más importantes de la trama.
Otros hitos en la carrera de Jacqueline Arenal fueron su trabajo con Humberto Solas en el El siglo de las luces, e incluso, un trabajo prácticamente incógnito que realizó en un filme del afamado director Lars Von Trier, a quien no llegó a conocer a pesar de trabajar en su cinta porque el hombre no montaba aviones. Sin embargo, ella ha confesado que su gran director de cine es Fernando Pérez, el cubano al que ha considerado como un ser de otro planeta y con quien después de mucho tiempo de conocerlo y soñarlo, logró la oportunidad de trabajar a su lado.
A pesar de toda su labor en el arte, de sus estudios de ballet, sus obras de teatro, sus películas y sus novelas y teleseries dentro y fuera de Cuba, Jacqueline sigue siendo la Verena de siempre. Ha llegado a preguntarse incluso si el resto de sus interpretaciones no fueron en realidad tan buenas como para que se le llegara a identificar con ellas y la verdad es que se equivoca. Toda su carrera es impecable, ella triunfa donde llega, pero justo como sucede a los actores y actrices más populares, siempre hay un solo personaje que les hace perder la identidad.
La he visto en novelas colombianas. Bellísima y gran actriz.