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Cuba

Preparar la mesa de fin de año: ¿cómo lo hacen los cubanos?

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En cada casa cubana, cómo surtir la mesa para la comida de fin de año es una tarea compartida. Cada uno aporta algo para la tradicional cena familiar

Vivimos los dos últimos días del 2019. Con cada minuto que transcurre estamos más próximos a una de las fechas más esperadas durante el año: 31 de diciembre. Para los cubanos, por tradición, es la gran cita familiar en espera del advenimiento del nuevo año.

Cada hogar se planifica de forma diferente, pero siempre encaminando sus esfuerzos a preparar los platos de la cena. Nuria, su esposo Roberto y su hijo, religiosamente lo pasan en casa de su madre. A las celebraciones se unen su hermana, los sobrinos y un amigo. “Como somos muchos nos repartimos las tareas. Las mujeres nos encargamos de casi todo, pero la cuestión de la carne es de los hombres. Desde temprano se prepara el carbón y ellos ahí, vigilando el asado para comer a buena hora y después gozar hasta las doce”, comenta Nuria.

Meses antes se comienzan a dar los primeros pasos para tener un festín decente. Lo principal es guardar el dinerito para comprar la pierna de puerco, que generalmente es la mayor inversión para esta comida. Aunque “siempre se busca la manera de servir un buen cochino, con sus pellejos tostados y jugoso”, no se descarta la posibilidad de que el banquete lo protagonice otro animal como el pollo.

La mesa se organiza al gusto, el centro ya sabemos que queda ocupado por el “mamífero nacional”, y a su lado un gran plato de congrí con ajíes, chicharrones, comino, cebolla. Nancy acostumbra a montar dos ollas de arroz, “por si aparece alguien a la hora justa. Las costumbres te enseñan a invitar. Se da lo que se tiene y en mi mesa nadie puede quedar con hambre”.

Cuando la proteína y el acompañamiento esencial están listos se buscan otros alimentos. “Hogar que se respete tiene sus buenas yucas con mojo, de las que se ablandan en 20 minutos y quedan hecha una pasta”, dice Roberto. El mojito para que quede al punto -según los que saben del arte culinario- demanda de ajo, sal, ácido y aceite. “Si a eso le pones unas cebollitas salteadas en grasa caliente, ¡ay, Dios!, pa’ chuparse los dedos”, agrega el señor.

Solo vendría faltando la ensalada surtida con vegetales de varios tipos, o los que abundan en la época: tomate, col, pepino y lechuga. “Mínimo dos fuentes adornadas, con su aliño al punto para no darle amargor a las verduras”, enfatiza.

Ya de postre se disfruta de la excelencia de dulces caseros como flanes, torrejas, o buñuelos con dulce de coco. Sino un pedazo de turrón de Alicante”, opina Nuria.

La fiesta no acepta que falte la cervecita fría, ya sea la Polar de 10 CUP, la Mayabe de 20 o la Heineken de 1.25 CUC. De lo contrario, el brindis se hace con vino. “De lo que sea, cuando está frío la garganta lo asimila bien”, jaranea Roberto. Sino ron, refresco o agua. Lo imperdonable es olvidar el momento del brindis para desear salud y muchas cosas buenas a los seres queridos.

A las 12 de la noche, cuando el manjar ya fue aprovechado al máximo y los más ancianos bostecen en un sillón, retumbará cada rincón de la isla. El descorcho de las botellas de sidra, los abrazos entre familiares, amigos, vecinos y el grito de ¡felicidades! anunciará a los cubanos la llegada del primer día del año 2020.

Texto y fotos: Vladia Rosa García

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