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Cubanos: La Selva del Darién no es El Nicho

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Muchos cubanos, acostumbrados al campismo y el montañismo se aventuran en el cruce de la Selva del Darién.

Un ex miembro de las Tropas Especiales (Boina Azul) dice: “El Darién no es El Nicho”

La Selva del Darién no es El Nicho, en Topes de Collantes. Eso lo tienen claro miles de cubanos que la han cruzado, más que con los pies con el alma, como fue el caso de una amiga, Taira Morales, natural de la provincia de Matanzas.

Probablemente Taira no estuviese tan entrenada para el cruce de arroyos y ríos; o para trepar escarpadas laderas, o resbalar en el fango, bajar en segundos lo que le había costado minutos subir. Desde la comodidad de su casa, en el municipio de Colón, donde ejercía como peluquera, quizás no estuviese habituada a la picada de mosquitos que parecen elefantes; o a escuchar ruido de animales en el medio de la noche.

Es quizás que tampoco hubiese trepado por los senderos de Topes de Collantes.

Pero Danilo Paradela sí.



Este ex integrante de las Tropas Especiales, durante el tiempo que estuvo en el Servicio Militar Obligatorio, estaba habituado a todo eso y mucho más.

“El 5 de agosto del 2013 llegamos a la costa de Colombia para cruzar a Panamá. Eso se llama Turbo. A las 6am del otro día, una lancha nos llevó a un lugar que según el lanchero era “lo más cercano posible a Panamá, ” comienza su relato este cienfueguero, que vino desde Ecuador “caminando”.

“Los guardacostas panameños avistaron la lancha, así que para evitar ser detenidos, nos dejaron lejísimos del lugar que ellos esperaban dejarnos, y que nosotros pensábamos. Nos dejaron del lado de allá de Capurganá, un centro turístico colombiano, pegado a la costa, ya limítrofe con el Darién. Así comenzó nuestro cruce, bordeando toda la costa, huyéndole también a los militares colombianos.

Fue duro, duro duro. Horas y horas caminando por la selva. Ibamos con unas mochilas inmensas, la mía medía 54 pulgadas. 

Empezamos a subir las lomas, y no se me olvida, que cuando llegamos al nacimiento de la Loma de la Muerte, la muchacha que andaba conmigo miró hacia arriba y me dijo: “Danilo, me quedo aquí. No puedo seguir”.

Lloraba como una niña. Yo solo le dije: si llegamos hasta aquí, tenemos que seguir. No nos para nadie.

Tuve que echarme encima la mochila de ella. Una delante y otra detrás, el equivalente al peso de otra persona. Como si llevara una persona encima, cargada. A ella la tuvimos que amarrar con una soga, para comenzar a subir la loma, con ella, arrastrándola prácticamente. 

La loma es tan alta y tan húmeda que resbalas continúamente. Mira, nosotros no veíamos cuándo terminaba aquella loma. Tras ocho horas, llegamos a la cima y de ahí comenzamos a bajar.”

Danilo resume la bajada con esta frase:

“¡Madre mía! Si duro fue subir, más duro fue bajar. Oye, ¡eso hay que vivirlo!”

Cubanos documentan en video su travesía.

En ellos dos pensaba, ahora, mientras escuchaba el testimonio de un grupo de emigrantes cubanos que recién “coronaron” el cruce de la que es considerada una de las selvas más peligrosas del mundo: la selva del Darién.

Ellos lo resumen así: “Esto no es para todo el mundo”.

Un grupo de migrantes cubanos avanza por la Selva del Darién y alertan que esta peligrosa travesía “no es para todo el mundo”.

“Aquí estamos, en la Selva del Darién. Desde antier a acá hemos subido 4 montañas. Esta es una de las más “fulas”, la Montaña de la Muerte. Un consejo para todas las personas que quieran coger este camino… Este camino no es para todo el mundo. Así que tienen que tener tacto y talla”, dijo un migrante cubano en un video que fue publicado por la internauta Aime Tamayo en el grupo público Migrantes en la Selva del Darién.

“Bueno, hoy vamos a acompañar la cena de plátanos con un oso perezoso que cogimos en el camino y una guanábana”, comentan los migrantes sobre la cena que tendrán esa noche.

En los comentarios a la publicación una compatriota narró que ella había superado la travesía y que no olvida que en la Montaña de la Muerte sufrió tanto que hasta tuvo convulsiones.

“A mi la loma esa me dejó traumada. Dios mío… yo convulsioné y todo. ¡Qué fuerte Dios mío!. Mis respetos para todos”, dijo en los comentarios una migrante que a puro esfuerzo superó la travesía por la Selva del Darién, y a quien la Montaña de la Muerte la dejó marcada para siempre.

No pocos migrantes han muerto en esa travesía.

Durante el mes de abril se ha conocido del caso de Analay Corcho Moret, quien entró al Darién y desde que entró, se desconoce de su paradero; y del caso de una familia, madre e hijo, que tampoco pudieron cruzar la selva.

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Muchos prefieren quedarse, por doloroso que parezca, con el recuerdo de Yosmel Barrios el cubano que documentó su travesía por la Selva del Darién en las redes sociales, y cuyos testimonios, consejos y ayudas, sirvieron de mucho para migrantes que venían detrás. Yosmel, luego de superar la difícil experiencia del Darién, falleció días después en México, en Tapachula, en el estado de Chiapas, en la mañana del viernes 16 de abril, a los 35 años, debido a una deshidratación.

Así lo recuerda hoy Cibercuba Noticias, que al hacerse eco de los videos publicados por Ana Tamayo, recuerda a Barrios y dice:ç

“Sus vídeos han inspirado a miles de cubanos para documentar esta travesía en busca de un futuro mejor. Un camino que entraña miles de peligros que Barrios supo narrar, recordando siempre que lo hacía inspirado en su niño y pidiendo a la gente que nunca arrastren a sus hijos al Darién.”

por Ariel P.

pd: al terminar la redacción de esta noticia se confirmó la muerte de un migrante cubano, cuyo caso se abordó aquí en días pasados. Porfirio Galdo, padre del cubano Esneiquel Galdo Arechea, confirmó en Facebook que su hijo murió a principios de este mes luego de intentar cruzar el Río Bravo para adentrarse a territorio estadounidense.

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