El “chamán QAnon” se queda en la cárcel, dictamina el juez

El juez federal Royce Lamberth no cree que el chamán QAnon esté loco ni nada parecido, lo que sí habla muchas sandeces y como no mostró arrepentimiento, pues le dijo en 32 páginas: que se queda tras las rejas.

El “chamán QAnon” afirmó recientemente que se arrepiente de lo sucedido el pasado 6 de enero, pero ahora le dio para atrás a lo que dijo, y ayer lunes, sus argumentos ante el juez que analizó su caso fueron tan insultantes, que el juez determinó que se quedaba en la cárcel, porque el hombre es un peligro.

Así lo reflejaba The Washington Post esta mañana al hablar de cómo el juez federal tuvo que enfrentar el caso, ayer lunes, con el llamado chamán QAnon.

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El “chamán QAnon”, el hombre que fue visto dentro del Capitolio con el torso desnudo pero cubierto con piel de bisonte y con unos tarros en su cabeza, haciendo alarde de fuerza y hasta lanzando unos gritos o alaridos de guerra, fue acusado formalmente por insurrección.

Su verborrea y su actitud en el Capitolio, le hicieron creer al juez Royce Lamberth que “es demasiado peligroso para ser liberado y debe permanecer en la cárcel” mientras su caso avanza.

Su verdadero nombre es Jacob Chansley, -o Jake Angeli- pero el hombre comenzó a llamarse desde hace algún tiempo el “chamán QAnon” y ahora todos lo llaman así.

El juez Royce Lamberth no cree que esté loco ni nada parecido, lo que sí habla muchas sandeces y no mostró arrepentimiento.

Con esos elementos en la mano, Lamberth expresó en esta primera comparecencia que cree firmemente que si el chamán QAnon es liberado, incluso bajo arresto domiciliario, podría planear más ataques contra el gobierno de los Estados Unidos.

El juez le recriminó en su cara sus acciones del pasado 6 de enero y le dijo que todas mostraban “un desapego de la realidad” pasmoso, pues el chamán QAnon afirma que estas fueron “pacíficas e inofensivas”.

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Como el juez cree firmemente lo contrario, y no cree que el chamán QAnon sea buche y pluma, pues en su sentencia el juez Lamberth escribió.

“El Tribunal no encuentra convincente ninguno de sus muchos intentos de manipular la evidencia y minimizar la seriedad de sus acciones”.

La decisión de Lamberth -en un texto de 32 páginas, donde incluso se tomó el placer de refutar usando las propias palabras que el chamán usara en una entrevista que se le hiciera recientemente en la cárcel-  se basó principalmente en el hecho de que Chansley llevaba una lanza en sus manos el 6 de enero pasado, aunque el abogado de Chansley había argumentado que era un asta de bandera.

La opinión del juez Lamberth hizo añicos la poca credibilidad que el chamán cree que tiene con sus argumentos de que es un hombre pacífico y en la sentencia concluyó:

“Las declaraciones que el acusado ha hecho al público desde la cárcel muestran que no aprecia completamente la gravedad de las acusaciones en su contra. Por el contrario cree que él, no el pueblo estadounidense ni los miembros del Congreso, fue la víctima el 6 de enero”.

El chamán, durante el asalto al Capitolio no atacó a nadie, pero el Departamento de Justicia cree que es un agitador nato, con un discurso peligroso y un comportamiento y palabrería que incita a la insurrección.

Algo así como “un mal influencer”.

Roberto A.

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