¿Cómo afecta a los cubanos la restricción en las remesas?

Por Silvia Alemán Fundora

Hoy se divulgaron nuevas limitaciones en el envío de remesas familiares a los cubanos de la isla. ¿Cómo afecta a los cubanos estas restricciones? Conversamos con algunos de los que se preocupan por cómo afrontar el futuro

29 mil millones de dólares de remesas desde el exterior se recibieron en Cuba entre 2008 y 2018, según la firma consultora The Havana Consulting Group (THCG), con sede en Miami. La mayoría de los cubanos tiene algún familiar que se encarga de ayudarlo a sobrevivir en medio de la crisis económica que atraviesa el país.

Este 6 de septiembre, la Oficina de Asuntos Públicos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos hizo oficiales los nuevos cambios en su política de sanciones a la isla. En uno de sus puntos, aclara que se limitan a 1000 dólares por trimestre los que un remitente desde los EEUU puede enviar  a un ciudadano cubano.

Verónica vive con sus padres y su hermano en una casona del Vedado. Sus padrinos le envían 500 USD al mes. Desde abril de este año imaginaba que pudieran existir cambios con respecto a las remesas pues el Departamento del Tesoro había eliminado los viajes grupales y la llegada de cruceros, y se esperaban otras medidas.

“Con ese dinero bandeábamos los gastos de la casa. Íbamos a comprar el televisor y arreglar el techo del cuarto de mi mamá que se está cayendo. Ahora pierdo 500 dólares. Si tumbo el techo, no veo el televisor. Y si veo la novela, se  nos cae el techo arriba. ¡Estamos estresados, y por suerte, nadie en mi casa pertenece al Partido!” Se ríe.

María Lourdes tiene a sus dos hijos fuera de Cuba desde hace cuatro años. Uno en Estados Unidos y otro en España. Sobrevivía con el dinero que le mandaban cada mes porque es jubilada y el Estado solo le paga 280 pesos mensuales. Le preocupan los nuevos cambios: “Me mandaban lo que podían cada mes, de 100 a 150 dólares. Iba a la Western Union. Pasaba horas en la cola y cuando salía, compraba en la tienda un poco de comida, el aseo, y otras cosas”. Siempre ahorraba, por si se presentaba alguna eventualidad a ella o a sus hijos.

−Aunque la tarifa que ponen es la que yo alcanzaba en casi un año, me perturba más el caso de mi hijo radicado en España. No podrá enviarme dinero a través de la tarjeta Visa, una de las más populares en el mundo, ni podrá ir a un banco norteamericano para hacer un envío. Eso significa que hay buscar otras vías.

Alfredo es “paquetero”. Su trabajo consiste en vender en su pueblo el Paquete Semanal, desde que dejó el preuniversitario. Copia a discos duros el terabyte por 25 CUP, y a 10 CUP las memorias flash de 16 gigabytes. El trabajo no da mucho. Su hermana vive en Estados Unidos y le manda dinero cada mes. Alfredo quería  comprarse un Chevrolet para “botear” y pensaba que en menos de un año lo tendría. “Ahora tendré que esperar más y gastar menos. Tendré que estar pegado a la computadora durante horas. Esperar que mi hermana venga y traiga una cantidad más grande, porque a cuentagotas no se puede reunir esa plata”, explica resignado.