Edesio Alejandro es uno de los músicos más polifacéticos de Cuba. Ha compuesto obras para cine, televisión, animados y se ha movido en diversos registros, desde la música electroacústica, el rock y la música popular. Es, en resumen, uno de los artistas más importantes de la historia de Cuba durante las últimas décadas.
A pesar de la magnitud de su carrera tuvo que salir de Cuba hacia Madrid. Quedarse en Cuba para él era una decisión que lo llevaría a la muerte. Edesio padece cáncer de próstata y no tenía el tratamiento para enfrentar su enfermedad en la isla. Lo confesó en una entrevista con Diario de Cuba.
“Vine porque llevo cuatro años conviviendo con el cáncer de próstata. En estos últimos tiempos se acabó en Cuba la medicina, la vacuna que controla ese cáncer. Y como soy (ciudadano) español vine a verme aquí para hacer el tratamiento. Pero parece que por el tiempo que estuve sin ponerme la vacuna se hizo resistente el cáncer, y me han cambiado el tratamiento por uno que no existe ni ha existido nunca en Cuba. Entonces tengo que estar aquí, no me queda otra: si quiero vivir, tengo que estar aquí.»
Edesio dijo que en la isla vivió los problemas de falta de medicamentos pese a ser una figura reconocida. «Realmente yo estaba tratado por los mejores médicos», explicó. «Lo que pasa es que va más allá del médico. Hay veces que no hay ni el reactivo para hacer el análisis. Es un tema complejo. Hemos buscado las cosas hasta en el Hospital CIMEQ donde hemos tenido relaciones a través del propio Ministerio de Cultura, y no las ha tenido tampoco ese sitio. El tema de la medicina en Cuba es un problema grave y general. Imagínate que la compañía que exportaba mi medicamento a Cuba eran personas que tienen relaciones con mi médico. Tocamos su puerta directamente y no había nada».
El artista ha dicho que ha sentido el dolor del desarraigo en Madrid. “Lo importante en la vida, por lo menos para mí como artista, es tener un lugar donde yo me pueda desarrollar. O sea, mi música sale de las calles de La Habana, del pueblo de Cuba. Me falta la rumba, me falta la conga, me falta el son. Me da igual comer cualquier cosa, lo que pasa es que no me quiero morir.Yo puedo hacer cualquier tipo de música, pero me falta la vivencia. Un día estaba caminando por el centro [de Madrid], y en la Puerta del Sol un tipo se baja de un carro, un cubano que yo no conocía, y me dijo entre abrazos: ‘¿Qué tu haces aquí?’. Realmente eso falta, me falta mi gente, mis fotos, mis libros, todas mis putas mierdas me faltan».
El músico recordó cómo el diagnóstico de la enfermedad en Cuba le cambió la vida. Pero el efecto fue devastador cuando le dijeron que el tratamiento se interrumpía por falta de insumos. Al llegar a España le dijeron que el cáncer había avanzado y ya no podía frenarse con vacunas. «Llegamos, me hicieron varios análisis en el hospital y el PSA (Prueba del Antígeno Prostático Específico) estaba subiendo bestialmente. Después de ponerme la vacuna siguió subiendo el PSA y los médicos cambiaron el tratamiento. Había estado cuatro o cinco meses sin poder ponerme la vacuna porque no la había en Cuba. Realmente fue sorpresivo, traumático, difícil. Cuando tú tomas una decisión que es algo que te obliga la vida, es realmente muy complicado».
En Madrid ha gastado una buena parte de sus ahorros según contó y señaló que sufrió la decepción de que varias personas que esperaba lo ayudaran no lo hicieron. «Toqué varias puertas cuando supe que tenía que quedarme a vivir aquí, pero casi todas se cerraron. Hubo personas que pensé que me iban a dar empleo y no me lo dieron. Fue bien complejo, nos fuimos a casa de unos amigos a vivir. Aquí es bien difícil rentar un apartamento aunque seas español; si no tienes una nómina no te rentan», dijo.
El artista reconoció que le duele mucho lo que está pasando en Cuba. “Me duele mucho la Isla, me duele mucho Cuba, me duele mucho la distancia que tengo. Trato de estar lo más apartado que puedo de la actualidad de allá porque me duele, de verdad», dijo. «Cuando uno está enfermo y pasa por todas estas mierdas, es mejor estar sicológicamente apartado, pero me jode lo que pasa en Cuba y la situación que está pasando la gente. Trato de estar —sin que se me malinterprete— lo más ausente posible, porque si no, aunque haya encontrado la medicina, creo que no voy a poder seguir viviendo».