Yasmany Tomás, con los bolsillos llenos y el futuro incierto

Ganará este año, por contrato, 17 millones de dólares… pero la gerencia de los Arizona DiamondBacks al parecer no lo tiene en sus planes para esta campaña

A pesar de ser el cubano que más salario ganará este año con 17 millones de dólares, el capitalino Yasmany Tomás no tiene aún garantizado un puesto para esta temporada en el equipo grande de los Arizona DiamondBacks.

Su historia es atípica y pocos entienden cómo es posible que este slugger, quien además es el mejor pagado de la organización, esté condenado a jugar en las Ligas Menores y haya sido excluido del roster de los 40 desde el 2018.

“Tomás tiende a engordar fácilmente, tiene mal cuerpo y un deficiente enfoque en el cajón de bateo. Sus estadísticas defensivas no son sobresalientes y anota pocas carreras. No hay lugar para él” -declaró hace un tiempo Bernie Pleskoff, un afamado experto en temas beisboleros.

Sin embargo, Yasmany Tomás fue firmado hace seis años por una jugosa cifra de 68.5 millones de dólares y apenas estuvo cinco partidos en Triple A antes de subir a las Mayores. En su temporada de “rookie” descosió la pelota al sacar 31 de ellas fuera del parque, remolcar 83 carreras y concluir con una línea ofensiva de 272/313/508.

Una lesión en 2017 tan solo lo dejó jugar 47 encuentros y desde entonces ha sido relegado para siempre, a pesar de tener muy buenas campañas en el circuito menor.

En 2019, con su equipo de Reno Aces, siguió encendido con el madero en ristre y en 102 choques promedió para 301 con 122 imparables, 24 dobles, 3 triples, 29 cuadrangulares y 82 carreras impulsadas. Esta actuación le valió la invitación al Juego de las Estrellas de las ligas menores.

No obstante esos números impresionantes, la gerencia de los Arizona DiamondBacks al parecer no lo tiene en sus planes para esta campaña, aunque fue invitado a los entrenamientos del Sprint Training, en los que ya ha consumido nueve turnos al bate y ha disparado tres incogibles, entre ellos uno de vuelta completa.

“Creo que soy un pelotero de Grandes Ligas y simplemente estoy buscando una oportunidad para demostrarlo. Sé lo que puedo hacer y confío en mí mismo. He tenido mucho éxito en Triple-A. Lo único que puedo hacer es controlar mi trabajo y el resto depende de la oficina. No me puedo preocupar por eso”-le comentó este fin de semana Yasmany Tomás en los campos de entrenamiento al colega Jesse Sánchez de MLB.com.

“Si me vuelven a bajar, ¿qué puedo hacer? Estoy aquí trabajando duro para hacer el equipo, porque sé que puedo producir. Todo el mundo siempre está hablando de la defensa, la defensa, la defensa conmigo. Yo puedo hacer las jugadas de rutina y quizás un poco más que eso. Yo no robo bases tampoco, pero tienes que verme como un jugador completo y lo que puedo aportar”-se defendió.

Lo cierto es que todo este proceso injusto que ha tenido que sufrir el capitalino parece no afectarlo psicológicamente y ha continuado todo este tiempo enfocado y trabajando para lograr su objetivo principal: demostrar su calidad.

“Lo que me llama más la atención es que no ha dejado que eso lo afecte. Ha seguido siendo un buen compañero y se ha mantenido trabajando fuerte, practicando y jugando duro, sin importar dónde está”-confesó Torey Lovullo, manager de los Arizona DiamondBacks, al periodista Jesse Sánchez.

“El tanque”, como es conocido en ese ámbito, al salir de la isla formó parte de la llamada generación de “Bono inflado”, un grupo de cubanos que firmaron contratos desorbitantes y quedaron por debajo de las expectativas como Rusney Castillo (72.5 millones), Héctor Olivera (62.5 millones), Alex Guerrero (30 millones), y el mismo Ersibel Arruebarrena (25 millones). En ese entonces no estaban reguladas las contrataciones por la dirección de la liga, algo que ya cambió en la actualidad.

Roque Díaz

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