¡Última hora! Pensilvania pasa a ser de Joe Biden

Tal y como estaba previsto que sucediese, esta mañana  Pensilvania acaba de actualizar su reporte electoral con la suma de nuevos votos y el estado se tiñó de azul, luego de al menos casi 36 horas teñido de rojo. Se confirman así las previsiones de la campaña del demócrata Joe Biden.

No por esperado por parte de los demócratas deja de ser impactante que Biden, en menos de 6 horas -aunque claro, con el acumulado de otras 36- le haya dado un giro trascendental a las elecciones con su subida al primer escaño en Georgia y Pensilvania.

El primer alegrón para los demócratas llegó esta madrugada, alrededor de las 4:30 am cuando se informó que Georgia acababa de actualizar sus datos y Biden superaba por unos pocos votos a Trump. Horas después se sumó un estado que la campaña demócrata esperaba desde al menos ayer por la noche pasara de elefante a burro.

Aunque nada es definitivo, y tanto un candidato como el otro tienen posibilidades parejas de ganar, ya las huestes demócratas casi que están a punto de salir a la calle y festejar el triunfo.

Increíblemente no vino desde Nevada la señal, estado que parecía ayer jueves en la mañana el que le daría el empujón definitorio a Biden, pero donde sus funcionarios electorales se tomaron todo el tiempo del mundo para no cometer errores y ser precisos en el conteo, que es en realidad lo que necesita el pueblo estadounidense y no especulaciones y acusaciones sin evidencia sustancial de fraude electoral.

Por más que “moleste” hay que admitir que “la ley” de modo general, acepta como válida una boleta que llegue y que tenga el matasellos del día de las elecciones.

Es por eso que se reciben muchas boletas tardías -en este caso se reciben hasta hoy viernes- porque hay muchas personas indecisas que esperan hasta última hora para votar, y aunque pueda parecerles raro es así: se aparecen en el correo el mismo día de la votación.

Otro ejemplo son las personas que pensaban ir a votar físicamente ese día y de pronto, se fracturan un pie, se enferman y rellenan su boleta que les llegó por correo y mandan a alguien a que la lleve a las oficinas postales.

Están también aquellas, de los militares, que están desplegados fuera del país, que son mayoría siempre entre las boletas “retrasadas”.

Ariel P.

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