Teléfonos para hacer denuncias sobre el transporte en Cuba no es solución

Por María Carla Prieto

La Dirección Provincial de Transporte de La Habana habilitó el teléfono 18820 para que los ciudadanos hagan denuncias sobre irregularidades, como puede ser que un vehículo de empresa cobre por transportar pasajeros o que algún chofer de Metrotaxis altere el importe de los tramos. Muchos aseguran que no es la solución

“Ya sabes. Si un carro te para y te pide un CUC por la carrera, se lo pagas y le tiras una foto a la matrícula”. Y es que en medio de esta crisis, que el gobierno cubano parece incapaz de controlar, se han habilitado una serie de teléfonos de Atención a la Población, para que los ciudadanos denuncien cualquier anomalía que se presente a raíz de la actual “coyuntura”.

Dado que las condiciones no han variado en materia de transporte, pues los precios del combustible se mantienen estables, nadie se salva. Los particulares tampoco pueden alterar el costo de las carreras, por el miedo de perder la licencia de conducir.

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La Dirección Provincial de Transporte de La Habana habilitó el número 18820 para que los ciudadanos reporten cualquier incidencia en el ramo, como puede ser que un vehículo de empresa cobre por transportar pasajeros o que algún chofer de la línea Metrotaxis altere el importe de los tramos.

“A mí me parece muy bien porque los boteros son los que mejor están viviendo a costas de esta situación. Hoy, sin ir más lejos, un chofer me quería cobrar un CUC desde el Ministerio de la Construcción hasta la parada de Bohemia. Cuando le pregunté por qué tan caro si iba cerca, arrancó el carro y me dijo que no iba para allá”:

Esta actitud del chofer la justificó Adrián, unos de sus colegas, al explicar que “los boteros no tenemos que pagar la incompetencia de otros; nosotros nos movemos por la ley de la oferta y la demanda: si no hay transporte se sube un poco la parada, el que tenga el dinero que se monte y el que no, que espere la guagua”.

Sacarle las castañas del fuego al gobierno

Aunque no me parece justo que cuentapropistas hagan leña del árbol caído, y mucho menos en esta situación en que los ciudadanos somos los más afectados, me llama la atención que  estas líneas de comunicación se creen justo ahora. “Los boteros siempre se aprovechan cuando la cosa está mala, pero es que los ruteros están igual”.

A mi entender, la situación con el transporte que ofrece el sector privado no ha cambiado en lo absoluto. Pero sí lo ha hecho la “coyuntura”. Ahora los almendrones deben cobrar menos, pues hay que sacarle las castañas del fuego al Estado.

Mas la situación con las gazellas -como se llama popularmente a los taxis por marca original GAZelle- no es diferente. Muchos de los conductores de estos vehículos, que en su mayoría pertenecen a empresas mixtas o a cooperativas en convenio con la administración del país, también se suben a la rueda del abuso, y llegan a imponer costes altísimos por un solo tramo.

“Imagínate. Todo el mundo piensa que yo manejo este carro porque el gobierno revolucionario me lo dio por buena gente. No. Yo le pagué al Estado cubano mil y pico de CUC solo por tener acceso al vahículo, y después de que di mi dinero, me imponen un precio bajísimo. Si la gente se está matando por montar, hay que pagar más”.

La orden en estos casos es retirar el vehículo, sin miramientos. Algunos ven la propuesta como positiva, pues les ayuda a defenderse de las agresiones diarias a las que se enfrenta el cubano. Otros, más visionarios, advierten que “el cubano se está convirtiendo en el lobo de su coterráneo. Ahora ponen ese teléfono para echarnos a fajar todos con todos, así nos entretienen y no vemos lo que ellos hacen mal. Así es la vida del cordero”.