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Cuba

Secretismo apuñala por la espalda a gloria del béisbol cubano

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Reinaldo Costa se enteró por la televisión que no estaría este año con el equipo de béisbol de Cienfuegos.

La leyenda fue víctima del “secretismo”, un fenómeno que continúa lacerando a la sociedad cubana.

Uno de los mejores pitchers cubanos que ha pisado un montículo de béisbol en la isla -integrante por varios años de aquel equipo Vegueros que raramente permitía carreras a los contrarios-, el derecho Reinaldo Costa, fue víctima del secretismo, ese que tanto daño ha hecho en Cuba durante tantos años y que ha sido denunciado hasta por los gatos.

La leyenda pinareña y gloria del béisbol cubano se enteró por la televisión que no estaría este año con los pativerdes paquidermos del Cienfuegos, un acto que sin dudas es una burla hacia un hombre que lo entregó todo por la afición y la alegría del pueblo cubano.

“Me enteré por la televisión que no estaría con Cienfuegos”, dijo Reinaldo Costa al periodista de Radio Guamá, Ernesto Amaya Esquivel.

Costa, que durante las últimas dos temporadas de la Serie Nacional de béisbol, ejerció como entrenador de pitcheo en Cienfuegos, parece ser que no cumplió con las expectativas, y las autoridades deportivas decidieron aplicarle el llamado “plan grúa” y como a menudo suelen ejecutarlo a las mil maravillas: mediante el secreto.

Costa afirma que todos conocían de los problemas con el bullpen del Cienfuegos, pero sin dudas enterarse por la televisión que no volvería a ejercer como entrenador de pitcheo en la pelota cienfueguera no es para nada una actitud honesta.

Está claro que si de algo adolece el béisbol cubano es de honestidad. En la pelota cubana sobran los ejemplos de peloteros sancionados por “supuestos” sobornos (Rey Vicente Anglada); “supuestas” llamadas telefónicas recibidas desde los EE.UU. de un “traidor” (Rolando Arrojo a Paret); hasta el despido masivo de peloteros (Gourriel, Kindelán, Linares, Víctor Mesa, entre otros) en plena forma deportiva por caprichos -aparentemente- de Fidel Castro, pues nunca se supo quién ordenó la salida de esos estelares de los diamantes cubanos.

La deshonestidad de la Comisión Nacional de Béisbol en Cuba y los federativos del deporte en la isla es tal que hasta participaron en un “operativo” para facilitarle un pasaporte falso al granmense Alfredo Despaigne, a fin de que este pudiese participar sin restricciones en la Liga Mexicana de Béisbol, entidad adscrita a las Grandes Ligas, no como cubano, sino como “dominicano”.

Entonces, ¿asombra lo sucedido con Reinaldo Costa? ¡Para nada!

Acosta dice que mientras él estuvo con los Elefantes, el equipo al menos clasificó para los play offs.

Que ninguna autoridad deportiva le haya comunicado que no seguiría como entrenador del equipo de béisbol en Cienfuegos, y que él haya tenido que enterarse por la televisión, forma parte del “modus operandi” dentro de la isla.

Los agentes secretos no actúan solo en la política, y Reinaldo Costa lo ha vivido en carne propia.

Ariel P.

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