San Isidro: verdades incómodas para quienes gobiernan Cuba

Desde el poder intentan difamarlos, pero cada día crece más el apoyo a quienes se acuartelaron en la sede del Movimiento San Isidro

En medio de un fin de semana en que prosiguieron advertencias, asedios y detenciones contra artistas, opositores y periodistas independientes en la isla, el Movimiento San Isidro ha publicado en redes sociales un comunicado.

En el texto refieren: “todos los que nos acuartelamos en San Isidro esos diez días, muchos de los cuales seguimos sitiados y bajo amenazas, nos reunimos y decidimos contar nuestras verdades”.

El comunicado insiste en la exigencia de la liberación del rapero Denis Solís González, y que además los inspiraba los deseos de una Cuba libre y para todos.

“Habría que contar cada una de las historias de vida de los dieciséis acuartelados (ese es el número total contando entradas y salidas), y así exponer los vericuetos de una nación fracturada, que sobrevive en los anhelos de sus hijos más humildes, los que tienen ya poco que perder y mucho que apostar por un futuro que los incluya de manera plena, y que les reconozca sus derechos y deberes ciudadanos”, se lee en otro fragmento.

Los firmantes del comunicado -Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Castillo Pérez (Osorbo), Anamely Ramos González, Omara Ruiz Urquiola, Esteban Rodríguez, Iliana Hernández, Katherine Bisquet, Oscar Casanella, Abu Duyanah, Yasser Castellanos, Osmani Pardo Guerra, Adrian Rubio, Humberto Mena, Jorge Luis Arias,  Anyell Valdés Cruz y Carlos Manuel Álvarez- reiteran una vez más que en su lucha apuestan por la no violencia: “Con el acuartelamiento queríamos romper el ciclo de violencia desatada contra algunos de nosotros en los días anteriores, porque sostenemos la necesidad de un cambio para Cuba a través de vías pacíficas”.

Las razones que determinaron a algunos de los acuartelados a iniciar huelgas, quedan así explicadas:  “En su afán de desarticular ese núcleo de protesta pacífica, la policía política interceptó y robó los suministros de comida que una vecina nos traía, lo cual provocó el comienzo de las huelgas de hambre de nueve de nosotros, cuatro además, de sed. El tono grave que se incorporó a nuestra convivencia a partir de ese momento no acalló la alegría que habíamos conseguido, pero nos impulsó a afinar la organización interna, articulando una dinámica de roles mejor definidos y en función de cuidarnos unos a otros”.

La irrupción violenta de la Seguridad del Estado en Damas 955, sede del Movimiento San Isidro, el pasado jueves 26 de noviembre, mostró “a Cuba y al mundo la naturaleza abusadora de un Estado, que ya no tiene la capacidad ni la voluntad de reunir las partes desechas de la nación, respetarlas, y acatar sus demandas”.

Pese a la represión fehaciente contra cada uno de los cubanos que se acuarteló y quienes los ayudaron, los firmantes reconocen:”Lo que nos mantuvo vivos y felices esos diez días en San Isidro, a pesar de la amenaza real de muerte para algunos de nosotros y el temor a la represalias de la mafia policial, fueron las numerosas y crecientes muestras de apoyo y afecto que llegaban de lo que llamábamos el mundo exterior. Un Cuba haciéndose eco de sus dolores y sus deseos de libertad. Una Cuba despierta, al fin. Nos sentimos infinitamente orgullosos de haber sido esa chispa pequeña que todavía hoy nos une, sin importar distancias y generaciones. Aquí estamos, dispuestos a acompañar a cada persona que hoy se levanta por un Cuba por todos y para el bien de todos. ¡Libertad y Vida para Cuba!”

Andreu Romero

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