Reino Unido condena recientes medidas contra Cuba

El Reino Unido actuó como era de esperar con relación a las medidas anunciadas por la administración estadounidense de Donald Trump en las últimas horas con respecto a cambios en su política hacia Cuba, y fieles a su tradición de soberanía e independencia, esa que un día sembraron los primeros colonos en EE.UU., y condenaron las mismas.

La agencia Reuters citó declaraciones hechas este jueves desde el Reino Unido en las que se recoge que este se encuentra “preocupado por los nuevos intentos de Estados Unidos de exigir a las compañías extranjeras que respeten las sanciones estadounidenses contra Cuba”, y señaló que estas medidas ya “han sido rechazadas por Gran Bretaña y otros países europeos”.

“La aplicación extraterritorial de. … las sanciones, que consideramos ilegales según el derecho internacional, amenazan con dañar a las empresas del Reino Unido y de la UE que hacen negocios legítimos en Cuba al exponerlas a la responsabilidad en los tribunales de los Estados Unidos“, se expresa en la declaración hecha.

“Nosotros trabajaremos junto con la UE para proteger los intereses de nuestras empresas”, agregó el comunicado.

De acuerdo con lo anunciado el miércoles por el Secretario de Estado de los EE. UU., Mike Pompeo, a partir del próximo 2 de mayo, la administración de Donald Trump implementará el Título III completo de la polémica ley sancionada por el entonces presidente Bill Clinton en 1996.

Bajo ese capítulo, los ciudadanos de EE. UU. podrán para presentar demandas contra empresarios y compañías que tienen inversiones en propiedades nacionalizadas por Cuba después del triunfo de la revolución en 1959.

Hasta el momento, todos los presidentes de los Estados Unidos habían venido suspendiendo cada seis meses, rigurosamente, la aplicación del Título III, pues a juicio de expertos asesores ponerlo en práctica representaría un embrollo legal para los propios Estados Unidos.

Con el anuncio hecho por el Reino Unido, que aunque miembro de la UE, suman ya cuatro socios importantes económicos de EE.UU. los que expresan el rechazo a la implementación de este controvertido carril 3 de la Ley.

Con anterioridad al Reino Unido lo habían hecho la Unión Europea, Canadá y México; estos dos últimos miembros del llamado TLC.