Raúl Torres: Del bagre erecto para las madres a defensor de mujeres

Esta sí que no se la traga nadie. El hombre que hace apenas unos meses hablaba de un falo erecto para mujeres y madres, defiende a Annie Garcés.

¡Hay que tener jeta! Raúl Torres, un hombre que prácticamente robó la adolescencia de su última esposa; el mismo que hace apenas un año se defendió de muchos de sus críticos con el bagre erecto para sus madres y que jamás reconoció su machismo y misoginia; el hombre que jamás ha destacado, que se sepa, por ser defensor de las mujeres sino que al contrario, es su más fiel reverso, salió ahora como todo un feminista a defender a la cantante Annie Garcés de los haters.

Vamos, que su actitud no está mal.  Uno puede criticarle a Annie su participación en el fatídico tema de Patria o Muerte por la Vida, pero jamás justificaríamos los ataques contra ella. Ni contra ninguna de las mujeres que participaron en el audiovisual.

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El problema se entroniza cuando Torres -y no solo Torre – defienden a Annie Garcés y no, por ejemplo, se solidariza con el acoso sufrido por mujeres como la cantante Haydée Milanés, la periodista Mónica Baró Sánchez, la curadora Anamely Ramos, la artista Tania Bruguera y la escritora Katherine Bisquet.

Torres, fanático a pasar todo por el filtro político y revolucionario -ahora, porque hasta hace unos años era todo lo opuesto- no movería un dedo para defender a ninguna mujer de las anteriormente mencionadas, pero eso sí: se ha esmerado en defender a las que le acompañaron en el desastroso video musical.

Otro que salió en defensa de Annie Garcés es uno de esos guerrilleros cibernéticos, bastante “popular” en Internet, trabajador del MINREX, que se nombra Julio Almaguer Lara.

Lara, que sobre él pesan “acusaciones” -por internet- de ser maltratador sicológico de varias de sus ex, salió también en defensa de Garcés. Lara, que se sepa, jamás se ha pronunciado en defensa de ninguna opositora. No recuerda, este que les escribe, que Lara haya saltado en defensa de los mítines de repudio que le han hecho a Iliana Hernández; tampoco contra el encierro forzoso reiterado a que es sometida Luz Escobar; o contra los golpes recibidos por Camila Lobón el pasado 27 de enero.

A responderle su oportunismo y falsedad, ha salido Mel Herrera.

Mel nos recuerda que “se puede criticar el producto audiovisual sin caer en ataques personales contra ella ni el resto de los músicos”, pero afirma con total autoridad -ella lo conoce muy bien- que “lo que sí me parece de un grandísimo cinismo es que esta persona, justamente esta persona, diga que quien acose a una mujer, más si es por política, va a tener un obstáculo en él”.

“En primer lugar creo que hay que distinguir lo que es crítica de lo que es acoso, y lo que es acoso en base al género. No estoy segura de que acosar o criticar a una mujer sea siempre por cuestiones de género. No lo veo. ¿O es que acaso a las mujeres nunca nadie nos podrá hacer alguna crítica? Aun cuando sea una crítica que pasó a ataques personales, si no veo misoginia ni descalificativos por ser propiamente mujer, no hay sesgo de género. Mientras no sea así, expresiones de este tipo en defensa de la mujer como un sujeto débil, en la cual el caballero desenvaina su espada para defender su honor, me seguirán pareciendo micromachismos, y en este caso específico, se trata además de oportunismo y parcialidad, porque de ser así como él dice, a partir de ahora vivirá siendo un obstáculo para el Estado cubano que, por política, acosa a muchísimas mujeres. Voy a acordarme de esto cuando el acoso, el hostigamiento y la violencia sean con Mónica, Tania, las Camilas, Anamely, Luz, Celia, Katherine, Aminta, Marta María, Matienzo, Leidy Laura, Carolina Barrero, Sandra, Salomé, la profesora Alina (que últimamente la acosan desde un grupo de Telegram llamado La manigua, que es un horror, y la invita constantemente a debate un chileno desagradable que solo quiere la linchen en ese espacio, que está perfectamente diseñado para eso), con las novias y esposas de periodistas independientes y de opositores, con sus madres, sus abuelas…

Yo puedo incluso no siempre estar de acuerdo con todas ellas, pero como dice Butler: “si vamos a objetar el acoso y las amenazas, como seguramente deberíamos hacer, también deberíamos asegurarnos de tener un panorama amplio de dónde está sucediendo, quiénes son los más afectados y si es tolerado por quienes deberían oponerse. No basta con decir que las amenazas contra algunas personas son tolerables pero que contra otras son intolerables”.

En fin, no promovamos el acoso ni la misoginia. En eso estamos claros; pero a estos “falsos defensores” de la causa, conviene halarle las orejas. Por oportunistas.

Ariel P.