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Cuba

Pedro de la Hoz, Oni Acosta y el ron que no aparece

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Ni los críticos musicales Pedro de la Hoz y Oni Acosta Llerena, revolucionarios a toda prueba, han defendido a Raúl Torres.

¿Tomarán ron para coger valor y defender el tema Patria o Muerte por la Vida?

Una de las anécdotas más graciosas que en vida contara ese cuentista que se llamó Enrique Núñez Rodríguez hablaba de un hombre que un día, para decir unas palabras de presentación a un político, tuvo que tomar ron. Y seguir tomando ron.

Que me disculpen los más fieles a la obra de ese cronista y costumbrista cubano, criollísimo como pocos -revolucionario y fidelista también- con una gracia envidiable para hacer los cuentos que hasta el mismísimo Guillermo Álvarez Guedes lo pudo haber odiado en algún momento. Y sobre todo: con una memoria prodigiosa.

Contaba Enrique Núñez que una vez, este hombre fue contratado para anunciar la llegada a la capital agramontina del político cubano Federico Laredo Bru.

El vocero tenía a Laredo como un hombre abyecto; un perrito faldero de Fulgencio Batista pero… pincha es pincha, se dijo.

El hecho es que el hombre conocedor de que el otro era tremendo camaján pidió, para coger valor y decir lo que a todas luces nadie -ni él mismo- se iría a creer, un trago de ron. Y luego otro.



Según contaba el maestro, al hombre le dijeron que tenía que anunciar a Laredo Bru como un “gobernante ejemplar, patriota distinguido, político honesto, demócrata insigne”.

“Aquello era demasiado, más de lo que podía soportar”, recuerda el historiador Ciro Bianchi en un texto relacionado con las crónicas más excelsas de Núñez Rodríguez publicada en el Juventud Rebelde.

Pero como tras el anuncio le iban a caer unos pesos en el bolsillo, con los cuales alimentaría a su familia, el hombre, todo un profesional, siguió tomando ron.

Así lo contaba Enrique Núñez:

“Para darse valor, ya que estaba consciente de la mentira que encerraban aquellas palabras, consumió, antes de salir a cumplir su cometido, dos botellas de aguardiente, trago a trago, mientras ensayaba su texto. Salió, por fin, hacia el centro mismo de la ciudad. Muy cerca de la casa natal del Mayor, frente al bar Correos, se colocó la bocina ante los labios y con voz clara y precisa exclamó:

—¡Camagüeyanos!

Lo rodearon decenas de curiosos. Prosiguió la arenga:

—Todos a recibir al Honorable Señor Presidente de la República. Ejemplar gobernante. Patriota distinguido…

De pronto se detuvo, y sin quitarse la bocina de los labios, exclamó:

—¡Qué va… hasta borracho me da pena!

Recuerdo esta deliciosa crónica mientras pienso en Pedro de la Hoz y Oni Acosta Llerena, revolucionarios ambos, críticos musicales. Fieles al sistema. Mientras leo el comentario que le dejó Andy Vázquez al propio Raúl Torres.

Seguro que a los dos -a Pedro de la Hoz y a Oni Acosta- le han dado la encomienda de defender musicalmente el esperpento musical de Patria o Muerte por la Vida, de Raúl Torres. Tal vez los dos andan comprando ron, para tomárselo justo antes de esgrimir una palabra de apoyo al adefesio musical.

Mientras, esta mañana, en la Universidad de Cienfuegos, el Partido Comunista de Cuba  mandó a citar a los jóvenes miembros de la FEU para “pedirles” a modo de orientación revolucionaria, que le den like en Youtube al desdichado tema.

Tal vez el gobierno no tenga en Cienfuegos, ni en los almacenes de la Empresa de Bebidas y Licores (EMBELI), el ron necesario para darle a todos esos jóvenes.

Y es que hasta borrachos… ¡a cualquiera le da pena!

Ariel P.

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