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Cuba

Otero Alcántara sigue “a merced de un Estado mafioso”

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Desde la madrugada del 2 de mayo, Luis Manuel Otero Alcántara permanece aislado y vigilado en el hospital Calixto García

Hace apenas dos horas en el perfil de Facebook de Anamelys Ramos -una de las activistas que se acuarteló en Damas 955 en noviembre pasado- se publicaba una nota firmada por ella misma y por Omara Ruiz Urquiola acerca del secuestro de Luis Manuel Otero Alcántara por agentes del G2.

Dicen Ramos y Ruiz Urquiola en el texto: “Luis Manuel Otero Alcántara lleva más de dos semanas secuestrado en el hospital Calixto García por la policía política cubana. Ellos han decidido quién llega a él, bajo qué condiciones y toda la información que de él se ha hecho pública. En medio de esta situación es casi imposible obtener noticias certeras, confiables. Aún así nos ha llegado la información de que Luis Manuel está en huelga de hambre, sed y silencio, desde el lunes pasado, firme en su decisión de no ceder hasta no ver cumplidas sus demandas. Desde la semana anterior la Seguridad del Estado pone nuevas trabas para la entrada de su familia y solo su tío materno consiguió verlo el fin de semana. De él procede esta información que compartimos ahora”.

Tanto Anamelys como Omara admiten lo aventurado de ofrecer esta información sobre la nueva huelga de hambre, sed y silencio del joven artista, y así lo expresan: “Asumimos la responsabilidad que entraña semejante revelación, pero dada la gravedad de la situación preferimos la inexactitud al silencio.Hay algo que es incuestionable: Luis Manuel no ha dejado de estar en situación de vulnerabilidad, a merced de un Estado mafioso que no cesa de violar sus derechos y que será el máximo responsable de la muerte o de cualquier daño infringido a Luis Manuel. Dejarlo morir es un crimen horrendo, también lo es medicarlo y retenerlo en contra de su voluntad. En ambos casos, lo que se muestra es la prepotencia y la crueldad de un régimen asesino, cuya única lógica es la violencia y el castigo”.

El pasado 8 de mayo el medio independiente ADNCuba organizaba una charla en la que participaron Ariel Ruiz Urquiola, Carlos Manuel Álvarez, y también Anamelys Ramos y Omara Ruiz Urquiola. Hablaron de cómo el régimen del 59 ha empleado “la tortura psicológica desde el comienzo de su llamada ‘Revolución'”.

Días después el colega José Raúl Gallego posteaba en su Facebook: “Luis Manuel Otero está recluido contra su voluntad en el Hospital Calixto García. La KGB soviética, de donde aprendió el G2 cubano, con frecuencia usó los hospitales para quebrar psicológicamente a los disidentes, bajo los diagnósticos de “esquizofrenia lenta” desarrollados por el psiquiatra Andrei Snezhnevsky”.

Ayer en el portal de Rialta (Alianza Iberoamericana para la Literatura, las Artes y el Pensamiento A. C., asociación civil con sede en Querétaro, México) aparecía el artículo La costumbre: quince días sin Luis Manuel, firmado por la periodista Mónica Baró. La Premio Gabo de Periodismo analizaba:

“El blanco preferido de la Seguridad del Estado nunca ha sido el cuerpo sino la psique. Eso es lo que busca destruir. Con la grotesca hospitalización de Luis Manuel (incluso si Luis Manuel mañana saliera diciendo que se lo pasó fenomenal todo este tiempo), no sólo está atacando la psique de Luis Manuel, sino la de toda la sociedad que observa: la Seguridad del Estado nos está aleccionando. ¿Quién no se ha preguntado si no es posible terminar igual o peor? ¿Quién, a estas alturas, puede confiar en el sistema de salud cubano? ¿Qué puede haber más íntimo que la salud? Hasta en las guerras los hospitales suelen ser territorios respetados. En Cuba no. En Cuba no hay un solo sitio en el que puedas estar a salvo de la política, de la ideología, de la violencia”.

Neus Francino



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