Madre de funcionaria cubana siente “desilusión” por actos de repudio

Carolina de la Torre, madre de la funcionaria del MINREX Johana Tablada, se desmarcó ayer de la política de actos de repudio que parece haber retomado el gobierno cubano y dijo sentir “desilusión” tras revivir un pasado que ella creía enterrado.

“Yo no sabía ni quién era Iliana Hernández. Pero sí sé que nunca se ha resuelto nada que no sea descrédito, grosería y odio con los actos de repudio. ¿ES VERDAD ESTO QUE HE VISTO? ¿LAS FEMINISTAS MÁS ACTIVAS ESTÁN TRANQUILAS CON ESTE METODO? QUÉ DESILUSIÓN”, expresó la también psicóloga y profesora de varias generaciones de cubanos.

El motivo de su reflexión surgió tras ver las imágenes del acto de repudio que organizó el gobierno en contra de la activista cubana Iliana Hernández. Las imágenes del acto represivo se difundieron como pólvora ayer por la internet. Carolina además fustigó a las femininistas más activas, y con ello hizo un guiño a Mariela Castro, la FMC, Cenesex y otras plataformas oficialistas que a cada rato organizan actos y eventos para hablar de los derechos de las mujeres en Cuba y de cómo el gobierno trabaja por ponderar los derechos de las mujeres cubanas a vivir en una sociedad sin violencia.

Para miles de cubanos estos actos de repudio son una deshonra y un retroceso a la época del pensamiento más retrógado; una época que parecía haber terminado en los años 80´con la salida de cientos de miles de cubanos por el Mariel, y con el tímido acercamiento a la migración cubana que el gobierno de Miguel Díaz-Canel dice estar impulsando.

Carolina, que vivió el proceso del Mariel, que fue testigo -al menos lo debe haber visto en la televisión o en Internet- de los actos de repudio y golpizas, parece temer el regreso de tan oscuro período. Las imágenes violentas del acto de repudio de ayer, que se suman a la violencia vista en días pasados contra la prensa extranjera en el Parque Central, son el triste recordatorio de que el gobierno cubano sabe cómo manipular a buena parte del pueblo, sobre todo a las mujeres y de la raza negra, algunas de profesión humilde, a juzgar por las imágenes. Un hecho que no pasó desapercibido para muchos, entre ellos a la luchadora antirracista Sandra Abdallah-Álvarez.

La activista cubana por los derechos de las personas de raza negra, Sandra Abdallah-Álvarez Ramírez, criticó el hecho de que demasiadas personas de la raza negra son utilizados en los actos de repudio.

Lo curioso del comentario de Carolina, es que su hija Johana, tan activa y revolucionaria en Facebook, y que a cada rato sale defendiendo al gobierno de Cuba a capa y espada, no le comentó nada; como tampoco le ha comentado nada, ni a ella ni a su hermana Claudia Calviño, ni a su cuñado, el periodista independiente Abraham Jiménez Enoa, cada vez que unos u otros han puesto el dedo en la llaga sobre cuestiones medulares en el manejo deshonesto y asqueante con el que el gobierno cubano enfrenta el pensamiento contrario a lo que ellos defienden. Sin dudas parece ser una familia que sabe lidiar con las diferencias; o Johana no parece tener argumentos para rebatir tanta deshonra.

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En octubre pasado, Carolina -la psicóloga de 73 años- había lamentado el regreso de estos mecanismos de represión y odio en contra de los disidentes de la isla.

En un valiente post, que su hija Tablada tampoco se atrevió a comentar expresó:

“Si algún día alguien me ve en un acto de repudio, gritando e insultando a jóvenes que se quieran pacíficamente expresar, ni lo piensen: me amarran, me repudian de vuelta o me llevan a un hospital mental porque estaré fuera de mí”. Ese mismo día señaló:

“Quiero bienestar para mi país, no simpatizo nada con la derecha ni con Trump, he empeñado mi vida trabajando aquí y ni siquiera estoy de acuerdo con todas y cada una de las ideas de los que piensan diferente al gobierno, pero quisiera saber que se pueden expresar”.

Sandro Nieto

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