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Cine y TV

La cubana Massy fue perjudicada en NBL y algunos temen que lo de Alina Robert se repita

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por Roberto Ariel

Una de las virtudes que más se aplauden en un actor de teatro, presentador, locutor, es su capaz de improvisar ante los problemas que pueden surgir durante una transmisión en vivo.

“Salirse del guión” con elegancia, prestancia e histrionismo es una virtud que no pocos logran sortear incluso, con varios años detrás de las cámaras.

Pues bien, anoche, durante la transmisión del reality de Nuestra Belleza Latina luego de la sorprendente eliminación de Daniel Darlin – una chica que sabe actuar, bailar, tocar saxofón – la única concursante cubana que quedó con vida en el concurso, Massy, arrancó de manera deslumbrante su reto pero, justo en medio de su “actuación” una pantalla táctil que estaba sobre el escenario y a través de la cual la jovencita cubana debía guiarse para su desenvolvimiento se bloqueó y dejó de funcionar.

Un fallo técnico que a más de un avezado le hubiese dado por malgastar segundos en intentar resolver infructuosamente pero la cubana decidió resolver de otra manera. ¿Cómo? Improvisando.

Su improvisación que fue todo un éxito, y empastó muy bien con lo que había venido haciendo segundos antes de romperse caprichosamente el artefacto, curiosamente, en vez de darle un pase directo a la mansión, pues no, la puso en peligro y ahora deberá optar por un segundo chance.

El fallo del jurado, no cayó muy bien en la garganta de miles de cubanos que se encontraban anoche frente a sus televisores presenciando un reality que, en el pasado, ha enfrentado críticas por “bullying” o “burlas” hacia alguna de sus participantes; y también ha enfrentado fuertes críticas con manifestaciones incluso frente a la sede del edificio de Univisión en el Doral, por el modo poco transparente en que se eliminan unas chicas que estaban en la punta de las votaciones, y se “rescatan” desde el fondo, otras con un talento más que cuestionable.

Luego de la salida de Daniela Darlin, y haber puesto en peligro a la otra concursante cubana, Massy, el fantasma de Alina Robert – la joven cubana que en el año 2014 pasó de ser la favorita del público y diríamos que del jurado a quedar eliminada -, vuelven muchos a pensar y creer con certeza que este “show” de justo, tiene bien poco, y de favorecer a las representantes de México – el país que más televidentes aporta al bodrio televisivo – tiene bastante.

Algunos inclusos critican cómo alguien de un rostro tan hierático como Giselle Blondet puede dar consejos sobre cómo uno debe estar o actuar sobre el escenario. La presentadora lleva años en la TV haciendo lo mismo y del mismo modo. Se expresa igual, actúa igual, y el público en las redes sociales lo ha notado. Algunas, como Yudelkis Ruiz apagó su televisor anoche. Y no fue la única.

El concurso se anunció este año como “diferente” y en pro de lucir diferente “pasaron a la mansión” a candidatas que, en otros años, apenas si hubiesen obtenido la boleta.

Pero lo más triste resulta cuando uno ve que tras la actuación paupérrima hecha por la mexicana Andrea Bazarte – quien se hizo todo un manojo de nervios y parecía un ventilador moviendo manos y cantinfleando – ,  y haber sido esta “salvada” por el jurado, uno no tiene más remedio que ir hacia el origen geográfico de todas las cosas: hacia el sur del Rio Bravo.

Comentarios
1 Comment

1 Comment

  1. Adriana

    December 4, 2018 at 6:53 am

    Yo trabajé en Univision durante 2 años. Ha sido la peor experiencia de trabajo que he tenido en mi vida. El 80% de los que trabajan en los estudios del Doral son cubanos, sin embargo es como si no existiéramos. Yo había oído hablar de la discriminación y la envidia hacia los cubanos en Miami, pero nunca lo había experimentado en carne propia. No importa lo inteligente, lo telentoso, o lo trabajador que seas. Si eres cubano en Univision te partió un rayo. Solo vas a subir de una sola forma: lamiéndole las botas a los latinoamericanos que tengas sobre ti. Vi cosas muy tristes y muy indignas como cubanos cambiando el acento para congraciarse con sus jefes latinoamericanos. El miedo que se respira es espantoso. En Univisión hay más miedo que en Cuba. A todos los niveles.
    En fin. ¡Menos mal que ya no trabajo ahí! Muchas gracias, Univision, por enseñarme cómo se hace la televisión en Latinoamérica. Es decir, por enseñarme como NO se debe hacer televisión en ninguna parte.

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