Ingresan a cubanos por sospecha de dengue sin realizarles los exámenes adecuados

Texto y foto: Silvia Alemán Fundora

Si tienes fiebre y acudes a un centro cubano de salud, ante la sospecha de dengue serás ingresado

Cuba es un país afectado por los absolutismos. Desde que el jefe descarga una orden toda la estructura anterior se derrumba y la nueva maquinaria se echa a andar sin importar los precedentes.

Así ocurrió con la orden del ministro de Salud Pública cuando, en un estado de epidemia por dengue, decidió que todos los febriles fueran hospitalizados. Esto llevó a que muchos, que con un simple examen de laboratorio se hubiera descartado la naturaleza de su enfermedad, pasaran días en centros de salud innecesariamente. Como se sabe, son de los lugares donde con mayor frecuencia se adquieren infecciones nosocomiales durante las cuarentenas.

Lamentablemente esa práctica sigue vigente. Basta llegar al cuerpo de guardia de cualquier centro de atención primaria con fiebre para ser catalogado como febril inespecífico o sospecha de Arbovirosis, sin un correcto interrogatorio ni un simple análisis para confirmar.

Así le sucedió a Maritza Vallejo, de 36 años, quien luego de presentar un catarro común, fue al cuerpo de guardia del policlínico de su municipio. Luego de preguntarle su nombre y motivo de la consulta, le obligaron a esperar la ambulancia. Jorge es doctor en el Hospital Naval, al respecto afirma: “Yo solo sigo los mandatos. Todos los febriles tienen que ser ingresados”.

“Me tuvieron esperando un rato y les pregunté si no me iban a hacer alguna prueba. Me dijeron: Señora, por favor, espere a que llegue el carro a buscarla. Por supuesto que me indigné. Le contesté al médico: no me quedo por un catarro. Y recogí mis cosas y me fui. Yo tengo una niña y vivo sola con ella. No tengo con quién dejarla”.

La excusa más frecuente es la falta de reactivos de laboratorio para no hacer las pruebas pertinentes. Pero no solo se logra un diagnóstico con un simple test. También es necesario una buena charla con el paciente y un examen físico, prácticas casi extintas en los cuerpos de guardia.

Algo similar le ocurrió a Estela Oliver, del municipio Plaza. Cuenta que fue al Calixto García con fiebre de 38 y le indicaron que debía internarse. No lo hizo. Se fue bajo su propia responsabilidad.

En los últimos meses ha aumentado considerablemente el número de febriles. Los medios oficialistas refieren que es debido a la alta cantidad de mosquitos que proliferaron durante este período.

Las personas con síndrome febril inespecífico son puestas en cuarentena durante siete días, hasta que se les realiza la IGM, prueba para determinar el número de inmunoglobulinas G circulante en sangre. Este  método corrobora una infección por el virus. Además, los pacientes son sometidos a otras pruebas para evaluar su estado general, que incluyen hemograma con diferencial, leucograma y conteo de plaquetas. Como el tratamiento es sintomático, en caso de presentar algún signo de alarma son trasladados a salas de cuidados más rigurosos.

Hasta septiembre de 2019 se habían reportado en Cuba un total de 1 542 casos confirmados, y solo tres reportados de grave, para una tasa de incidencia de 13.6 por cada 100 000 habitantes, según datos de la Asociación Panamericana de la Salud.

“Estaba en la casa pensando que la fiebre no me duraría más de una noche, porque había tomado unas duralginas por la tarde, pero al otro día tuve que ir al policlínico porque seguía y además tenía dolor de garganta”, cuenta Miguel Osorio, cienfueguero de 23 años que vive en casa su tía en La Habana mientras estudia en la universidad.

“Le expliqué al doctor que tenía temperatura alta con coriza y expresó que me tenía que internar. No me quisieron hacer pruebas allí. Ahora estoy esperando a que me hagan el IGM dentro de tres días, pero no sé para qué si a mí lo que me duele es la garganta y tengo mucha sed. Por la atención no me puedo quejar. Han sido atentos conmigo hasta donde han podido, aunque las condiciones del lugar dejen mucho que desear”.

Habrá que replantearse la situación actual y las medidas que se toman sin acudir al raciocinio mientras los cubanos siguen esperando días para acudir al médico por el temor a ser ingresados.