Gobierno cubano insiste en su versión de “La Red Avispa”

Para cualquiera con toda la información a la mano, es innegable que eran espías. Y no héroes, como recalca la versión del gobierno cubano sobre la denominada Red Avispa, desarticulada en 1998

Bajo el título “La Red Avispa sigue picando en Miami: hablamos en Cuba con sus protagonistas reales”, el portal  oficialista Cubadebate presenta un video que insiste en la versión de quienes gobiernan en la isla.

En el canal de Youtube puede leerse esta presentación: La Red Avispa es una de las películas más vistas, en Netflix, en las últimas semanas. Su trama nos acerca a la historia real de quienes, en los años 90, fueron enviados desde #Cuba a EEUU para infiltrarse en grupos terroristas del llamado “anticastrismo”. Penélope Cruz y Edgar Ramírez interpretan a quien son los protagonistas reales de la historia, Olga Salanueva Arango y René González Sehwerert, con quienes estamos en línea, desde La Habana. Cubainformación y Resumen Latinoamericano les ofrecen esta entrevista en exclusiva, realizada en coproducción.

Ya sabemos que los cubanos de la isla tienen que conformarse con las historias tergiversadas -en muchas ocasiones- de la prensa oficialista. Veremos ahora qué nuevo van a contar Olga Salanueva Arango y René González Sehwerert, cómo adornan su versión (la del gobierno de la isla) de que no eran espías sino héroes dentro de La Red Avispa.

René González aduce que le parece ridículo el argumento de que la película Wasp Network,  sea propaganda comunista. “Creo que es una muestra de la mentalidad fascistoide de este elemento recalcitrante, extremista de Miami. En teoría defienden la libertad de expresión, la libertad de prensa y todas esas libertades, pero cuando les toca enfrentarse a un producto como este de pronto saltan”, dice González, y obvia todo el tiempo que la cinta del realizador francés Olivier Assayas está basada en el libro Los últimos soldados de la Guerra Fría (2012), del periodista brasileño Fernando Morais, que tuvo toda la colaboración de las autoridades cubanas para escribirlo.

En el video de casi 42 minutos de duración, también se escucha a Olga Salanueva Arango: “me parece que la película tiene ese mérito, y me gusta, me gusta que enloquezca. Tenemos que recordar que ellos estuvieron todo el tiempo después que lograron encarcelar a una parte de la Red Avispa -que silenciaron todo lo que ocurría alrededor de ellos-, que lo llevaron a un juicio amañado, lleno de violaciones. Lograron que se encerraran en las cárceles, que nadie se acordara de ellos, que fueran olvidados y silenciaron a toda la prensa. Las avispas evidentemente le hacen alergia: las avispas primero picaban y sacaban la verdad para alertar al pueblo de Cuba”.

Olga Salanueva y René González conscientemente no hacen alusión alguna a otros integrantes de la Red Avispa como Juan Pablo Roque, quien hoy reside en Cuba y en la película es interpretado por el brasileño Wagner Moura. Cuando en diciembre pasado Wasp Network se estrenó en La Habana -y durante una entrevista con el periodista Carlos Cabrera– manifestó: “Varios compañeros recomendaron al escritor y el cineasta que hablaran conmigo, pero a mí nadie me vino a ver y, aunque la película es más fiel a la verdad que ‘ese libro de mierda’, no deja de ser un filme comercial que se aleja bastante de la realidad porque cuenta las cosas como no fueron”.

El gobierno de Cuba y sus voceros también obvian el daño que se hizo a Ana Margarita Martínez, la mujer real que en la ficción es la actriz Ana de Armas. Ana Margarita recientemente posteó en sus redes sociales lo que pensaba de este largometraje de Olivier Assayas.

 

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Una publicación compartida de Ana Margarita Martinez (@anamargaritam) el 30 Jun, 2020 a las 9:27 PDT

René y Olga pueden soltar este discurso en el que quizás intentan suavizar -o no- que toda la vida deberán llevar sobre sus conciencias la muerte de cuatro pilotos tras el derribo de dos avionetas de Hermanos al Rescate, porque saben que casi ningún cubano de la isla puede consultar las “10 mil páginas desclasificadas por el gobierno de Estados Unidos con los mensajes cruzados desde la Dirección de Inteligencia (DI) de Cuba y los miembros de la Red Avispa“. Tampoco cuando sea publicado quienes viven en la isla podrán hojear el libro testimonial Nadie me lo contó, del exagente cubano Edgerton Ivor Levy.

Los llamados héroes por el gobierno de La Habana fueron interpretados en Wasp Network por reconocidos actores internacionales como Penélope Cruz, Edgar Ramírez, Gael García Bernal o Wagner Moura. Ellos quizás algún día expliquen a todos los cubanos por qué se prestaron para secundar la versión parcializada que cuenta el largometraje.

Desde la plataforma Change se impulsó una petición para Netflix retirara la película. Casi 19 mil personas ya han firmado. En su perfil de Facebook el artista cubanoamericano Geandy Pavón se refirió así a esta iniciativa: “Wasp Network es propaganda? Sí, una malísima pieza de propaganda. Hay mucho cine de propaganda bien hecho, películas maravillosamente cinematográficas que defienden y promueven ideologías terribles. En Netflix podemos encontrar filmes de este tipo como The Birth of a Nation de D. W. Griffith o Triumph of the Will de Leni Riefenstahl. La primera es un retrato del Ku Klux Klan como salvaguarda de los “valores” americanos y la “superioridad racial” de los blancos frente a los negros recientemente liberados como consecuencia de la Guerra Civil. Birth of a Nation cambió la manera de hacer cine, desde el punto de vista cinematográfico es una joya, desde el punto de vista moral y humano es una vergüenza. Algo parecido sucede con Triumph of the Will, una película de propaganda nazi -comisionada por Hitler- sobre el congreso del partido nazi de 1934 en Nuremberg. Triumph of the Will también revolucionó la manera de hacer cine, su valor estético es inversamente proporcional a su falta de valor ético y humano. Nada de esto se puede decir de Wasp Network, un filme doblemente malo, ética y estéticamente. Habría que prohibirlo? No lo creo, déjenlo ser, es un testimonio de un mal que no se sabe contar bien a sí mismo. Aún más importante: no queremos prohibirlo porque se supone que nosotros no somos como ellos. Varios amigos me han escrito para que sume mi firma a una carta que pide a Netflix cancelar la película. Yo he firmado muchas cartas por la Libertad y prefiero no firmar una contra ella, aunque la libertad en este caso me revuelva las tripas, es un precio que vale la pena pagar”.

Neus Francino

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