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Cocina

Estafan al pueblo de Camagüey con pasta de tomate engañosa

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Gente que en Camagüey resultó estafada por una pasta de tomate de mala calidad ofrecen su testimonio.

¿Legalmente pueden demandar al fabricante? Sí. El decreto Ley 9/2020 los ampara y protege.

El medio oficialista agramontino Adelante, resalta hoy en su página digital que una pasta de tomate procedente de la mini industria espirituana El Mango, en realidad no era pasta, sino una plasta y no precisamente de tomate.

El hecho, tiene varias aristas interesantes y una de ellas es la siguiente: ¿quién y por qué autorizó la venta a la población de un producto engañoso?

Pasta de tomate, engaño por partida dobleAsí titula Enrique Atiénzar Rivero su artículo, el cual, lamentablemente adolece de imágenes en video más explícitas del puré de tomate que, dice Enrique, resulto ser una vil estafa.

El periodista recogió declaraciones de personas que adquirieron el puré de tomate esperanzados en poder llevar un mejor sabor a las mesas.



Dice que cuando hace dos meses llegó el camión procedente de Sancti Spíritus a Camagüey a vender el producto, de inmediato un pueblo entero se personó en el lugar a adquirirlo. La decepción llegó luego, cuando llegaron a casa.

Una de las estafadas fue Ana Guerra, trabajadora de Comunales y vecina de la calle Padre Valencia.  Otra fue Ireida Agüero Álvarez. Una tercera, Maricel Rodríguez López.

Otro entrevistado cuyo nombre no fue dado a conocer resume la mala experiencia de todos con el puré de tomate así:

“Abrí la lata, era cualquier otra cosa, pero ni pasta ni puré de tomate. Es una lástima el gasto de tanta hojalata en un producto que no reúne los parámetros de calidad para comercializarlo”

El mismo puré de tomate se vendió luego, también, en el punto de venta El Modelo, en la esquina de las calles San José y Bembeta, adscrito al mercado agropecuario estatal El Coco.

El periodista señala que Héctor Terrón estaba interesado en adquirir el “puré de tomate”, pero Ireida Agüero Álvarez, una conocida del barrio, lo alertó a tiempo.

“No lo compré,” dice.

Según su testimonio el puré de tomate se vende en dos formatos: uno grande a $ 200 CUP y el de 1 600 gramos a $ 125, y según los datos que se pueden leer en la lata dice de su procedencia: UEB Granja Urbana, San Andrés, Sancti Spíritus, mini industria El Mango, Licencia comercial ADO 494, Licencia sanitaria: 07081009.

El diario entrevistó a Rugni Díaz Duro, director de la unidad empresarial de base de Conservas y Vegetales de Camagüey, quien de inmediato le tiró el paño al Estado diciendo que esa “pasta de tomate” que se ha comercializado no es de ninguna de las entidades del país pertenecientes a la Empresa Nacional de Conservas y Vegetales, sino de minindustrias, en varias de las cuales realizan procedimientos inadecuados, en muchas ocasiones con extensores de calabaza, fruta bomba y colorantes.”

Rugni aclaró que esos extensores pueden utilizarse, pero en su dosificación adecuada.

Clientes estafados y con el golpe dado

Sin embargo, el problema con esta pasta de tomate y cualquier otro producto adquirido en minindustrias, con dudosa calidad, es que al margen del derroche y gasto de recursos, la población es quien sufre las consecuencias pues prácticamente queda desprotegido el consumidor luego del acto de compra-venta.

Aunque el Estado ha establecido recientemente decretos que amparan y protegen al cliente en casos similares, mediante el Decreto Ley 9/2020, en la práctica, tantos años de “revolución”, parecen haberle inculcado en el ADN a los cubanos la consabida desidia. La gente resulta estafada y se queda con el golpe dado. 

Sucede así, por ejemplo, en los restaurantes. Comida cocinada con dudosa calidad, ni te la cambian del plato, y si te la comes tienes que pagarla. Incluso, si te lo cambian, hasta pueden cobrártelo doble. Si protestas te llaman a la policía.

“A mí me acusaron hasta de contrarrevolucionaria, por protestar unas papitas fritas que al parecer la frieron en un aceite viejo,” dijo Sandra, colaboradora nuestra, hace unos días, con relación a una mala experiencia sufrida en un Ditú.

Habrá que seguir ahora la ruta de esta pasta de tomate y ver, por ejemplo, si el diario espirituano Escambray entrevista a los fabricantes del producto, allá en Sancti Spíritus; pero ojo, la razón principal de todo esto radica en un derecho que Ud. como consumidor tiene, y que repetidamente se viola en la isla donde a veces te expresan tajante: “Mi hermano, o lo compras o lo dejas, pero no me formes el caos aquí”.

por Roberto A.

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