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Cuba

El trueque en Telegram permite sobrevivir a cubanos

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En los grupos de Telegram parecen haber encontrado una solución algunos cubanos: el trueque como solución

Elizabeth, vamos a llamarla así, estuvo buscando un paquete de jabones de baño por todas las tiendas de La Habana que operan en CUC y moneda nacional. Los que venden esporádicamente en las bodegas le causan alergia a ella y a su pequeño hijo de siete años. Finalmente debió recurrir al trueque.

La economista, quien nos pidió no decir su nombre, no tiene familia en el exterior que les recarguen con dólares o euros la cuenta en MLC, ni ha hallado forma para conseguir el “billete fuerte”.

De todas formas se abrió una cuenta en un Banco Metropolitano “por si encuentro algún alma caritativa que me envíe algún dinero”. Hasta el pasado miércoles no había encontrado los jabones que busca desde hace dos meses. Sin embargo, le hablaron de un grupo de Telegram en el que las personas cambian algunos productos que tienen por otros que pueden necesitar. Una especie de trueque en el que no prima el dinero.

Elizabeth entró a Internet desde su móvil, un iPhone 4 negro, abrió el proxy para conectarse a esta red (bloqueada en Cuba por razones aún no precisadas) y comenzó a navegar por Dando y Dando. Deslizó sus dedos por la pantalla y descubrió productos que solo se pueden ver -en la Cuba del 2020- en las tiendas en dólares habilitadas por el gobierno.

Constató como los cubanos intercambian, por ejemplo, una colonia de hombre por bolsas de chocolate en polvo, latas de tomate triturado por paquetes de perro caliente, pomos de mayonesa por champú y acondicionador, entre muchas cosas más. En medio de este increíble intercambio encontró rápidamente lo que buscaba.

“Doy un paquete de jabones Rubis por una bolsa de chocolate en polvo”, rezaba un anuncio. Ella respondió a la oferta sin perder un segundo. Se puso se acuerdo con la persona que puso el producto y acordó llevarlo a su casa en la tarde de este jueves.

Elizabeth no contaba con el paquete de chocolate en ese momento. Llamó al padre de su hijo que trabaja en un almacén del Estado y lo resolvió sin dificultad. Ya con los jabones en su casa ha podido respirar tranquila. “Parece que salí vencedora de una guerra que me tenía al límite”, dice mientras se toma un vaso de agua.

“Fueron dos meses sofocantes. Estuve en la mayoría de las tiendas de La Habana para comprar jabón de tocador pero en ningún sitio había. Cada vez que entraba a una tienda en CUC me daba vergüenza ajena. En muchas me encontré que solo había botellas de ron y algún que otro producto sin importancia. En las bodegas no venden jabones y el que llega casi de casualidad no me sirve. Por suerte una amiga me habló de este grupo de Telegram; de lo contrario tendría que seguir buscando alguien que me pasara aunque fuese 10 USD a mi cuenta”, relata Elizabeth.

Ella ha enseñado a varias amigas en una situación parecida a buscar los productos que necesitan en este espacio virtual, el cual no ha podido aún ser controlado por el gobierno. Algunas, nos cuenta, han intercambiado sorbetos por latas de garbanzo, puré de tomate por papel sanitario, o aceite y cartones de huevos por frijoles.

“Hay casi de todo lo que uno no encuentra en las tiendas. Si uno piensa bien es casi una señal de miseria o depauperación, pero también es otro ejemplo de la inventiva de los cubanos para sobrevivir, que es lo hacemos desde hace tiempo. De cualquier forma, hay que reconocer que Internet también nos ha servido para resolver varios de nuestros problemas”, dice Ane, una licenciada en Derecho que trabaja como cajera en un restaurante privado de La Habana.

Dando y dando es uno de esos espacios que está ayudando a los cubanos a paliar la ausencia de productos básicos. Este viernes seguía aumentando su cantidad de usuarios. Entre ellos hay un numeroso grupo de amigas de Elizabeth que han corrido la voz y acceden diariamente para al menos ver las ofertas que están en intercambio.

“Ayer conseguí un tubo de pasta dental Colgate tras cambiarlo por un acondicionador Sedal. Ahora mismo no creo necesite algo de forma imperiosa pero siempre entro porque una nunca sabe que puede encontrar”, comenta Marta, quien ha hecho un impasse en su trabajo periodístico en una agencia estatal para ocuparse de su pequeño hijo de 4 meses.

Elizabeth se siente satisfecha no solo por resolver el paquete de jabones que buscó hasta la desesperación, sino por haber ayudado a sus amigas a minimizar en algo los efectos de esta grave crisis económica que vive Cuba y cuyos signos se ven especialmente en el vacío perenne de las tiendas a las que puede acceder la mayoría.

Los grupos de anuncios y venta en Telegram han crecido exponencialmente en los últimos meses. En estas plataformas se puede encontrar casi de todo. Desde productos de aseo, alimentos, celulares, equipos de audio, y televisores de última generación. También en varios grupos los cubanos ofertan servicios de albañilería, montajes de equipos de refrigeración, de venta de alimentos a domicilio, entre otros. En una rápida búsqueda podemos encontrar servicios de publicidad, de venta de casas y bitcoins, o de permutas.

La lista de anuncios crece por día. Uno lo deja de revisar algunas horas y cuando regresa ya hay al menos 100 nuevas ofertas. “Estos espacios han sido creados para resolver también las dificultades de los cubanos”, dice un joven de 21 años, quien fundó un grupo para anunciar su negocio de venta de alimentos y productos de aseo, una práctica penada por las autoridades.

En días recientes Telegram dejó de funcionar de pronto en Cuba. Los internautas culparon a ETECSA de la censura, pero otros dijeron que la imposibilidad de acceder no era culpa del monopolio de las telecomunicaciones. Ante esta situación los cubanos encontraron rápidamente la manera de acceder mediante proxys o vpn. Ya la mayoría de los usuarios han seguido utilizando este servicio para comunicarse, defender causas como el matrimonio igualitario o simplemente vender sus productos.

“Si a los cubanos de la isla nos dieran libertad para desarrollar nuestra inventiva este país sería mucho mejor. Pero existen muchas trabas para emprender nuestros propios proyectos al margen del estado. Uno entra a los grupos de Internet en el que interactúan los cubanos y vemos como han crecido negocios privados a base solo de esfuerzo e imaginación. Los emprendedores se han enfrentado a miles de problemas y obstáculos, sin embargo han podido llevar a cabo sus ideas”, dice un joven que se dedica al negocio de los bitcoins en la isla a través de Telegram.

Lucía Paz

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